
Cuando era niño jugaba a ser periodista, agarraba el periódico de su papá para leer las noticias, y equipado con “cámaras” hechas de cajas de cartón y mucha imaginación, “transmitía” partidos de futbol.
Ahora de adulto, Francisco Cobos es ampliamente reconocido por su labor dentro del gremio periodístico, donde se ha desempeñado por casi tres décadas, tanto en México como en el extranjero.
Ha contado con varios cargos en los medios, como reportero, productor ejecutivo, y director de noticias de Televisa Monterrey.
Su paso por la televisora local se recuerda por haberla impulsado y tener una de sus temporadas más exitosas en cuanto a rating, además de haber armado una “cantera” de talentosos reporteros que ahora triunfan en televisoras en el extranjero, como Hugo Chávez, Michelle Galván, Mirna Salas, Alejandro Mendoza, entre otros.
Al finalizar sus labores en Televisa, posteriormente se abrió a un panorama más amplio, cruzar fronteras y trabajar con Univisión y Telemundo.
Su trabajo en la cadena hispana le ha rendido frutos, pues en el 2012 fue galardonado con el premio EMMY en Texas por una serie de reportajes sobre el narcotráfico en Nuevo León titulada “Gobernar en el infierno”, donde se presentó la historia de los alcaldes del área metropolitana que fueron amenazados de muerte.
Además, este año está a punto de hacer historia, pues está nominado al EMMY Nacional, entregado por la Academia Nacional de Ciencias y Artes Televisivas en la categoría de Noticiero o Magazine Noticioso Sobresaliente en Español, gracias a su colaboración en el programa Primer Impacto en el ciclo 2014-2015.
En la comodidad de su oficina, Cobos comparte su emoción por su nominación al prestigiado galardón.
“Estoy muy contento por esta nueva nominación, es una nominación en equipo que se da por el programa Primer Impacto, por las coberturas que se han hecho en el periodo del 2014-2015.
“Yo fui parte de ese equipo, entonces por lo tanto también estoy en la nominación”.
A pesar de éxito que ha conseguido, Cobos no olvida sus inicios en el periodismo desde su adolescencia.
> ¿Cómo inició su trayectoria en el periodismo?
“Cuando era un niño, quería ser periodista, pero ya con el tiempo decidí estudiar otra carrera: criminología. Cuando estaba en segundo semestre entré a hacer mis prácticas profesionales al periódico El Diario de Monterrey, en donde inicié. Me dieron la oportunidad, ahí empecé a hacer mis pininos como reportero, ahí me quedé a trabajar después, estuve varios años, después pasé por el periódico El Norte, fue una gran experiencia también.
“De El Norte hice mi cambio a la televisión, estuve en Televisa durante varios años como reportero; fui coordinador de noticias del Canal 28, luego estuve como corresponsal en diferentes agencias como Reuters Televisión, AP y finalmente me mudé a Estados Unidos para trabajar en la Cadena Telemundo en Houston y después ingresé a Univisión donde ya tengo tres años”.
> Estuvo en la época más exitosa de Televisa…
“Yo estuve tres épocas en Televisa: de reportero, de productor ejecutivo y director de noticias, donde duré cerca de 10 años. La verdad fue una experiencia muy agradable porque tuvimos excelentes resultados, hicimos un equipo de trabajo, de colaboradores, todos muy entusiastas, la mayoría de las personas que elegimos fueron personas recién egresadas de la facultad que entrenamos, fuimos creciendo juntos y finalmente hubo resultados muy halagadores en cuanto a ratings, pues fuimos líderes durante mucho tiempo.
“Fue una época muy bonita en la que se dieron las cosas, hubo buenos resultados. Al final cada quien tomó su camino. Hubo un ofrecimiento de Univisión y tomé la decisión de irme para Estados Unidos y ahora sigo en eso, en mi carrera en medios de Estados Unidos”.
> ¿Qué enseñanzas le ha dejado cada medio donde ha trabajado?
“Cada uno donde he trabajado deja un aprendizaje y un crecimiento: el Diario de Monterrey fue mi escuela, en la que aprendí de grandes compañeros; El Norte fue la etapa donde crecí más todavía, viajé mucho, conocí muchas partes, mis jefes siempre me dieron la oportunidad de hacer los proyectos que tenía en mente.
“En el Canal 28 aprendí a ser jefe, a capacitar para poder enseñar a los demás; Televisa fue de desarrollo a nivel ejecutivo y una constante actualización sobre cómo hacer televisión de la mejor manera con resultados. Fue una etapa donde viajé a otras plazas para renovar los noticieros, para hacer contrataciones de personal, lanzar al aire nuevos noticieros donde no había.
“En Univisión he aprendido todavía más cosas, yo pensé que lo sabía todo y no, aprendes cómo hacer noticias, ser mejor persona, cómo organizar una cobertura, una redacción, etcétera.
“Aprendí cómo llevar a cabo un canal de televisión como lo fue NBC donde lanzamos todo un canal de televisión nuevo en McAllen con nueva programación, nuevos noticieros, nuevas contrataciones. Ahí aprendí a manejar cómo lanzar un nuevo canal de televisión con todos los departamentos”.
> ¿Prefiere la labor de reportero o de productor ejecutivo y jefe?
“La verdad, cada uno tiene sus cosas buenas y yo soy como Jorge Campos: portero y delantero. Me encantan las dos cosas, de hecho nunca he dejado de reportear; cuando he estado como ejecutivo he buscado la manera de una vez a la semana o al mes salir a la calle y buscar una historia, viajar a alguna parte, soy muy inquieto porque no soy una persona de escritorio. Si sé estar en el escritorio, lo hago con todo el empeño pero busco también tratar de nunca quitar el pie del campo de batalla, siempre estar ahí de pie para no oxidarme porque es lo que le da vida a un periodista: estar en contacto con la gente, estar en contacto con fuentes, ir al lugar donde está la noticia para poder tomar las decisiones correctas cuando eres un ejecutivo. En las dos tengo la suficiente experiencia, las dos me gustan, en las dos me ha ido muy bien, entonces las dos cosas me apasionan”.
> ¿Cuál considera su experiencia más fuerte dentro de su trayectoria periodística?
“Fui corresponsal en la guerra civil de El Salvador en 1989, estuve varios meses cubriendo. Fue algo que seguí muy de cerca, aparte me marcó mucho porque fue mi primera experiencia fuerte, era muy joven, tenía 21 años cuando cubrí mi primera guerra. También en Guatemala cubrí la guerrilla, el golpe de estado en Perú en 1991, y el movimiento armado de Chiapas en 1994. Son los conflictos armados que me han tocado vivir, han sido experiencias muy fuertes pero también, a la vez, para la mayoría de los reporteros su doctorado es cubrir una guerra, parece ilógico pero así es, y la verdad ha sido profesionalmente muy gratificante estar ahí en el lugar donde ocurre la noticia, pero obviamente son lugares donde da tristeza ver cómo ocurren ese tipo de cosas.
“También la época violenta de Monterrey, la época del narcotráfico, de los enfrentamientos. Como director de noticias me tocó manejar la crisis de los dos atentados a Televisa Monterrey, dos veces aventaron granadas y me tocó manejar la crisis: estar al frente, estar presente en el edificio cuando ocurrió, calmar a todo el personal, hacer una estrategia de autoprotección general, coberturas más seguras para todos, hacer un curso de autoprotección de periodistas, modificar nuestras rutinas para poder salir a la calle, seguir cubriendo la noticia sin arriesgarnos, y toda esa época fue muy difícil.
“En ese momento Nuevo León era el estado más peligroso, era un lugar donde habían secuestrado a un reportero de TV Azteca junto con su camarógrafo, que nunca apareció, un lugar que cuando a nuestros reporteros que salían a la calle los bajaban de los vehículos a punta de metralleta, les robaban los equipos, se robaban los cadáveres a la vista de todos, fueron amenazados de muerte varios compañeros.
“Yo personalmente recibía llamadas de uno y otro cartel en mi teléfono celular para amenazar para que saliera o no saliera cierta información. Fue una época de impunidad donde la autoridad no tenía un control de la situación, fue una época muy difícil para mí como director haberlo vivido, obviamente para todos mis compañeros periodistas.
“También un conductor de Televisa fue secuestrado en las puertas del canal, nosotros estábamos presentes cuando ocurrió, me tocó llamar a la policía y estar presente en todas las pesquisas y las investigaciones y al otro día el compañero amaneció ejecutado. Esa época ha sido de las más difíciles de mi vida”.
> ¿Estos hechos fueron un parteaguas en su vida?
“Fue un parteaguas porque después de cuatro años de haber vivido todo eso, cuando sale la oportunidad de Univisión tomé la decisión de irme para Estados Unidos y no porque estuviera huyendo, sino porque el ritmo de estrés y la rutina diaria era tan estresante que quería cambiar de vida, quería tener una vida más relajada, ya habíamos solucionado el conflicto de las coberturas, ya habíamos hecho estrategia para tener una cobertura más segura y finalmente me fui a Estados Unidos. Una parte de los elementos que tomé en cuenta para irme a Univisión fue eso y obviamente la seguridad de mi familia y varios factores más que tomé en cuenta”.
> ¿Tomó alguna medida de precaución en su persona o información?
“Sí aprendes porque de alguna manera antes de vivir eso, eres como virgen porque jamás has vivido eso. Una vez que vives una época tan difícil, de paranoia, amenazas, de no saber cuando te levantas si vas a regresar a tu casa en la noche, cambia tu percepción de la vida y de tu profesión. Ya cuando lo ves en retrospectiva, ya piensas cuando vas a un lugar de cobertura difícil, como nos ha tocado ahora que hemos ido a Michoacán, Guerrero, Sinaloa, a hacer coberturas como corresponsales en México, entonces ya sabes que tienes que pisar con cautela, las cosas que no tienes que decir en el lugar, sabes a quién contactar, revisas que alguien no te siga, etcétera, son cosas que ya aprendiste y te sirven de experiencia”.
> El periodismo es considerado como una carrera muy absorbente, ¿lo ha resentido?
“Eso es definitivo, es una carrera tan celosa como una mujer, tan absorbente como ser sacerdote. Tienes que dedicarte en cuerpo y alma y eso obviamente trae sacrificios, sacrificas a tu familia, sacrificas días que no estás con sus hijos, sacrificas matrimonios, hay un índice muy alto de divorcios, me cuento entre ellos.
“Finalmente son cosas difíciles, pero como cuando me preguntan que por qué voy a Guerrero, alguien lo tiene que hacer, hay personas a las que nos gusta, nos apasiona, no importa el sacrificio que tengas que hacer, tal vez haya alguna recompensa por todo eso algún día. Finalmente si no hubiera periodistas buscando la verdad no habría ese contrapeso del poder y no hubiera justicia. Por eso a mí me gusta mi oficio”.
> ¿Cómo disfruta sus ratos libres?
“Me gusta tomar fotografías, es mi hobbie, un poco andar en bicicleta. Me gusta viajar pero cuando viajo de placer me aburro porque no tengo que ir a cubrir algo, entonces prefiero viajar de trabajo. Mi hobbie principal es la fotografía, escuchar música, ir al cine, son cosas sencillas para distraerme. La música me encanta, ir a conciertos, tengo mi colección de música en mi iPod. La música que más me gusta el rock en inglés, baladas en español y en inglés y la música suave como el new age.
“En algún tiempo estudié música en Bellas Artes cuando estaba joven, estudié piano, guitarra, llegó un momento que estuve estudiando la carrera y cuando empecé mis prácticas en el Diario de Monterrey, tuve que tomar una decisión y dejé la música y me dediqué al periodismo. Pero también eventualmente me pongo a tocar el piano para relajarme”.
> A sus casi 30 años de carrera, ¿qué le falta por hacer?
“Muchas cosas. Es una carrera que nunca se acaba, siempre se tienen nuevas metas, me falta por vivir en tres ciudades que me encantaría: Nueva York, Miami, alguna ciudad de Europa o Egipto. Me gustaría vivir ahí por un tiempo, ser corresponsal y profesionalmente me gustaría crecer, voy a ser periodista hasta que me muera, haciendo historias, viajando y tener algún proyecto ejecutivo en alguna parte.
“Me encantaría para poder enseñar a nuevas generaciones lo que yo aprendí a través de estos años y poder trascender en algún proyecto como lo hicimos en Televisa”.