Llámese “lectura del futuro” o simplemente “desconfianza en la justicia local y federal”, los habitantes de la zona metropolitana de Monterrey sabían desde horas antes cuál sería el desenlace inmediato del encarcelamiento preventivo del exgobernador Rodrigo Medina de la Cruz en el penal del Topo Chico.
Si Tamaulipas tiene un #LordProfeta, Nuevo León tiene una #CiudadaníaVidente, y no es difícil averiguar porqué.
Llámese “lectura del futuro” o simplemente “desconfianza en la justicia local y federal” los habitantes de la zona metropolitana de Monterrey sabían desde horas antes cuál sería el desenlace inmediato del encarcelamiento preventivo del exgobernador Rodrigo Medina de la Cruz en el penal del Topo Chico.
Y es que antes de que el Juzgado Quinto de Distrito en Materia Penal ordenara su liberación, la ciudadanía ya avizoraba dicho panorama, de acuerdo con un ejercicio de opinión pública realizado por Hora Cero durante la mañana del 26 de enero pasado.
Con apenas unas horas de haber ingresado al centro penitenciario al poniente de la capital del estado, el 44.7 por ciento, casi la mitad de los 507 encuestados, señaló que el exmandatario sería liberado en menos de un mes ante la pregunta expresa de “¿qué piensa que va a suceder ahora con el exgobernador?”.
En el mismo cuestionamiento, el 28.9 por ciento respondió que el priista “sería perdonado de todos sus delitos”, y apenas el 16.9 por ciento se dijo confiado en que “se quedará en prisión y será declarado culpable”.
El sondeo, que se realizó en los siete municipios metropolitanos de la mancha urbana -Monterrey, Guadalupe, San Nicolás, Apodaca, San Pedro, Escobedo y Santa Catarina-, también evidenció el escepticismo de la población sobre el gobierno independiente de Jaime Rodríguez Calderón.
Al cuestionarle a los ciudadanos si “¿con la detención de Rodrigo Medina, recupera la confianza en el gobernador de Nuevo León?” el 47.7 por ciento indicó que no, y apenas el 16.3 por ciento mencionó que sí.
En el mismo rubro, el 21.1 por ciento destacó que “aún falta cumplir otras promesas”, el 8.6 por ciento que “no le importa el tema”, y el 6.3 por ciento que “siempre ha confiado”.
Y fue así que, como si se tratara de una profecía, la ciudadanía auguró el futuro inmediato del tricolor, quien no cumplió ni 24 horas recluido en el penal del Topo Chico.
NOVELA POLÍTICA
El drama político del exgobernador Rodrigo Medina de la Cruz comenzó con la llegada a la gubernatura de Jaime Rodríguez Calderón, quien en campaña prometió enérgicamente “encarcelar a los Medina” por aparentes actos de corrupción durante su gestión.
Apenas dos meses después de su arribo al Palacio de Cantera, el gobierno de “El Bronco” creó la Procuraduría Especializada en Combate a la Corrupción, que entre otras acciones emprendió el “Operativo Tornado” con el que buscó fincar responsabilidades al exmandatario priista y excolaboradores por supuestos desvíos cuantiosos.
En 2016, Medina de la Cruz libró la vinculación a proceso por posible “peculado” y “daño contra el patrimonio del estado” y sólo se le continuó investigando por ejercicio indebido de funciones.
El 24 de enero, el exgobernador acudió a las instalaciones de la dependencia para conocer una nueva carpeta de investigación que se abría en su contra por supuesto incremento patrimonial inexplicable, en la que se mostró tranquilo.
“Tengo la conciencia tranquila”, aseveró en aquella tarde el tricolor, quien agregó que su patrimonio está “perfectamente declarado año con año”.
Sin embargo, un día después, en una nueva audiencia el 25 de enero de 2017, el Juez de Control Miguel Ángel Eufracio Rodríguez, resolvió vincularlo por los delitos de “peculado” y “daño contra el patrimonio del estado” en una sesión maratónica que se prolongó por más de 18 horas.
Aunado a lo anterior, en un hecho histórico para Nuevo León, el magistrado ordenó la detención del exmandatario priista como medida cautelar “ante la falta de arraigo en Nuevo León”, por lo que Medina de la Cruz ingresó al penal del Topo Chico cerca de las 4:00 horas del jueves 26 de enero.
Lo anterior, a pesar de que la defensa del acusado, encabezada por Alonso Aguilar Zinser y Javier Flores, presentara un amparo para que el exgobernador no fuera detenido.
La noticia del encierro preventivo corrió como pólvora en Nuevo León y México: los portales noticiosos y periódicos locales amanecieron con la información de su encarcelamiento en la portada.
De forma mediática, la detención del exmandatario marcó un hecho sin precedentes en la entidad y sus detractores exigieron que se le aplicara todo el peso de la ley.
Sin embargo, tal y como lo reconoció horas más tarde el subprocurador anticorrupción, Ernesto Canales, la reclusión de Medina de la Cruz no significaba que fuera culpable de los delitos que se le acusan.
La defensa del priista señaló que el juez de control no actuó de forma correcta, pues ordenó prisión preventiva en su contra, a pesar de contar con una suspensión.
Además, cuestionaron la garantía del estado de la seguridad del exmandatario, quien, según sus abogados, combatió a muchos de los delincuentes que también se encontraban recluidos en el Topo Chico.
El recurso legal del exmandatario también fue retomado en rueda de prensa por el fiscal anticorrupción, quien destacó que el amparo se quedó sin efecto al vincular a proceso al priista, ya que su estatus legal también cambió.
Las horas transcurrieron, y nuevamente un golpe mediático desató la ola de comentarios sobre el tema del momento: la filtración de una aparente fotografía del fichaje de Medina de la Cruz en el centro penitenciario.
La mayoría de los medios de comunicación aseguraron que la imagen era auténtica, por lo que por primera vez en la historia de la entidad un gobernador vistió el uniforme de un recluso.
En la fotografía, misma que después cuestionaría el exmandatario, exponía que su número de recluso era el 0238.
Y mientras que la imagen circulaba por las redes sociales, el vocero del grupo de Seguridad del estado, Aldo Fasci, explicó que por seguridad, el priista sería trasladado de penal, sin querer especificar el destino.
“Solo se le avisará a su familia y sus abogados”, detalló el funcionario estatal.
Y mientras que el optimismo se apoderaba de la autoridades estatales, al otro lado de la Macroplaza, en el cruce de Zaragoza y Juan I. Ramón, el panorama no era muy alentador.
Por separado, diversas voces del Poder Legislativo aseguraron que “El Bronco” no podía cantar victoria hasta que el exmandatario fuera sentenciado.
Espero que realmente se haga justicia y que se recupere el patrimonio de las familias de Nuevo León. Que el castigo sea ejemplar y que no sea un show mediático.
“Lo deseable es que continúe tras las rejas todo el proceso hasta que se llegue a una sentencia condenatoria, de otra manera será un fracaso para la administración de Jaime Rodríguez”, expresó el coordinador de la fracción panista, Arturo Salinas.
Mientras que su homólogo del PRI, Marco González, dijo que preferiría no especular y esperar a que el Poder Judicial de Nuevo León dé un veredicto final en torno al caso Medina.
Hasta ese momento, todo parecía indicar que el trabajo de la Subprocuraduría volvería realidad una de las promesas de campaña de “El Bronco” más esperadas: meter a la cárcel a los Medina.
Pero cuando los vientos de triunfo soplaron más fuerte, la hazaña simplemente se escapó.
El equipo de abogados de Medina de la Cruz logró que un juez federal con sede en el Estado de México ordenara la libertad inmediata del tricolor, al considerar que se violentó su suspensión provisional.
A través de una nota informativa difundida por el Poder Judicial Federal se anunció la resolución que permitió salir del Topo Chico al priista.
“El Juzgado Quinto de Distrito en Materia Penal en el Estado de Nuevo León con sede en Monterrey, actuando en el juicio de amparo 39/2017, promovido por un ex Gobernador de esa entidad, ordenó al Juez de Control de ese Estado deje sin efecto legal alguno la determinación tomada en cuanto a la prisión preventiva decretada en contra del promovente, en virtud de constituir un incumplimiento a la suspensión concedida previamente.
“El órgano jurisdiccional ordenó al juzgador que las cosas vuelvan al estado que tenían al momento de concederse dicha suspensión, esto es proveer la libertad e informar de inmediato a este Juzgado de Distrito del cumplimiento, apercibido de que de no hacerlo se le impondrá una multa de cien a mil veces el valor diario de la unidad de medida y actualización al momento de realizarse la conducta sancionada”, citó el texto.
Fue así que alrededor de las 23:00 horas del 26 de diciembre, el exgobernador abandonó el Topo Chico, acompañado de sus abogados, no sin antes calificar de injusta su detención.
Al hablar con medios de comunicación al exterior del centro penitenciario, Medina de la Cruz señaló “que se hizo justicia”, mientras que era “apapachado” por algunos asistentes que le llevaron porras.
Por su parte, al conocer la noticia, el subprocurador anticorrupción indicó que apelarían la resolución del juez federal, y reconoció que el proceso legal del tricolor continúa aunque haya salido de prisión.
Con una sonrisa en el rostro, Rodrigo Medina de la Cruz abandonó las instalaciones del Topo Chico, con apenas 19 horas de estancia, generando más cuestionamientos en la población, como por ejemplo: ¿quién está fallando en el proceso?