
El 25 de septiembre pasado inició la cuenta regresiva para que la capilla de La Luz, ubicada en uno de los barrios más tradicionales de Monterrey, festeje un centenario de vida, misma que ha sido testigo de innumerables historias y anécdotas de muchas generaciones.
Ubicado en la zona centro, el nombre de Barrio de la Luz fue adoptado por la iglesia católica que se localiza en ese mismo sector, donde los vecinos que profesan esa religión acuden a rezarle a sus santos.
El barrio popular comprende el cuadro de Isaac Garza, Doctor Coss, Álvaro Obregón y Modesto Arreola, donde conviven al mismo tiempo negocios y casas habitación -cada vez menos-, con árboles frondosos y una plaza que refleja tranquilidad en la zona.
“Este lugar es histórico para Monterrey; en la plaza principal se presentan orquestas sinfónicas, bailes y otros eventos”, comentó Javier Escamilla Quiroga, de 64 años, que actualmente cuenta con un negocio de imprenta y podrían contar la historia de ese barrio.
“Historiador es decir mucho, digamos que me gusta leer mucho de historia y me gusta aprender de todo”, agregó con humildad.
El nombre original de la plaza principal que actualmente lleva el nombre de Plaza de la Luz, antiguamente era conocida como 27 de septiembre, en honor de la entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México con Agustín de Iturbide en 1821.
Dentro de la colonia, donde las generaciones han cambiado con el tiempo, se observa cómo las calles iluminadas por el atardecer lucen solitarias, pero siguen formando un patrimonio cultural más para Monterrey.
“Para la zona centro, como antes la conocíamos, la Plaza de la Luz era el punto de encuentro para los jóvenes y los niños”, señaló Escamilla Quiroga.
“Hace aproximadamente 12 años indebidamente derrumbaron el teatro al aire libre que estaba en el centro de la plaza y donde se presentaban eventos culturales como bailes. El mayor dolor fue haberlo destruido. Tenía una plancha (explanada) de concreto donde se ponían sillas cuando había algún evento”, señaló.
Don Javier recordó que en el teatro se presentaba la banda sinfónica del Estado y la del municipio de Monterrey. También se reunía gente para mítines políticos.
“Cuando se presentaban alcaldes o candidatos se llenaba”, comentó. “El teatro era un monumento de la ciudad”, expresó Escamilla Quiroga con semblante de tristeza.
Al resucitar los momentos vividos en su juventud, recordó la época cuando encabezó al grupo de futbol de la Iglesia: “Tenía 17 años y jugábamos tanto en la plaza, que dejábamos liso el pavimento”.
Después más de 30 años de haber dejado de practicar ese deporte, los jugadores se reúnen el último miércoles de cada mes para fortalecer su amistad.
Al enfocar su memoria en la capilla tan popular, comentó que las kermeses que organizaba la institución, para conmemorar las vocaciones de las vírgenes, eran muy divertidas y acudían más de 400 personas cada sábado cercano al 8 mayo.
“Había juegos mecánicos, caballitos, muchas cosas con las cuales divertirse”, recordó don Javier.
Mencionó que siempre se ha dicho que dentro de la Iglesia hay un túnel que conduce a calles cercanas de la zona centro de Monterrey.
Entre muros se cuentan muchas historias que hacen aún más especial el lugar. Alicia Treviño de Reyes, hija de ganaderos, es un ejemplo. Lleva más de 80 años viviendo en el Barrio de la Luz y ha presenciado todos los cambios que ha sufrido la zona, lugar donde nació, creció y conoció al amor de su vida.
“Mi papá creció aquí y yo también. Este lugar significa todo para mí”, dijo la residente del popular sector. “Ahorita ya nada es igual a como era este lugar antes”, agregó.
Comentó que antes en la plaza principal había un kiosko, donde se presentaban bailarinas, ponían música y la gente tomaba alcohol, pero sanamente.
Recordó que en esa plaza compartieron vidas alguna vez el padre de Alicia, ella misma, sus hijos y nietos.
Ella fue una persona trabajadora que luchó por salir delante y contaba con un negocio muy conocido en la zona llamado “Carnicería Regiomontana” y “Tamalandia”, donde ofrecía carnes, chiles rellenos y tamales.
“La gente venía siempre los fines de semana a comprar”, dijo y precisó que durante 40 años ofrecieron a la gente del barrio esa variedad de productos para la cocina.
Alicia encantada, como se describe ella misma, mencionó que está conforme con el mantenimiento que esta administración municipal le ha dado a la plaza.
“Nadie le había prestado tanta atención; vienen y cortan el césped, barren y limpian”.
Sin embargo comentó que muchos vecinos que crecieron con el kiosko en el centro de la plaza, se sienten a disgusto con el ex alcalde Felipe de Jesús Cantú porque colocó el monumento de una maestra con su alumna.
En el barrio que ahora luce sin luz, Alicia conoció a la persona con la que compartiría la mayor parte de su vida.
“Yo ya vivía aquí y llegaron nuevos vecinos, y fue cuando llegó él. Jugábamos y así fue hasta que fuimos novios y esposos”, recordó con nostalgia.
“Ahora en la plaza vez inmoralidades de parejas y antes no”, mencionó la señora de 82 años, quien agregó que Monterrey ha ido creciendo y, al mismo tiempo, las nuevas generaciones modifican sus valores morales.
“Yo tengo alarma en mi casa para protegerme, pues ya no es igual que antes”, expresó refiriéndose a que la inseguridad se ha apoderado de la capital de Nuevo León, sin respetar el Barrio de la Luz.
Otro de los problemas que sufren en la actualidad los vecinos del sector son los árboles sobre las aceras.
“Tienen raíces por afuera y destruyen las banquetas y nadie viene a ayudarnos”, comentó.
Los vecinos del barrio han sufrido robos en sus negocios, mencionó Treviño de Reyes, y agregó que durante un tiempo sufrieron por exceso de “salas de masajes” en la zona.
“Gracias a Dios ya las quitaron, porque era horrible ver a la gente ahí”, reiteró.
En cuanto al nuevo edificio que actualmente se construye cerca de la colonia, mencionó que los habitantes no se oponen a la modernización de la zona, ni que pongan departamentos.
“Mientras haya seguridad adelante y que todo esté bien”, dijo.
“Estoy contenta de seguir viviendo aquí, es mi vida”, exclamó feliz doña Alicia, quien sugiere que Monterrey debería aprovechar los lugares antiguos y tradicionales porque cuentan con infinidades de historias.
REGENERACIÓN
El Barrio de la Luz no sólo cuenta con historias y tradición, también incluye modernidad, ya que dentro de los festejos del primer siglo de fundación de la parroquia católica y el sector, iniciaron los trabajos de regeneración en las zonas aledañas para convertirlas en lugares mágicos y culturales.
En la primera fase del proyecto se pretenden unir las plazas populares de la zona tales como “La capital”, “Del Chorrito”, “Los Enamorados” y “La Luz”, trazando un camino que llevará el nombre de “La ruta de la Luz”, la cual busca ser concluida antes del 25 de septiembre de 2013, informó Gilberto Miranda, responsable de la organización de los eventos.
El proyecto de regeneración conjunta los esfuerzos de la iniciativa privada, municipio de Monterrey y organizaciones civiles, que los diferencia de otros proyectos que se han hecho en Monterrey.
En el sector existen alrededor de 4 mil habitantes, en su mayoría adultos mayores, por lo que uno de los objetivos del proyecto es atraer nuevos residentes, a la par de comercios y empleos, dijo Miranda.
El cuadrante de La Luz abarca desde las calles Madero, Félix U. Gómez, Washington y Zuazua, en el centro de la ciudad.
Miranda recalcó que en los primeros meses se harán diagnósticos de opinión con los vecinos de la zona. Y añadió: “Primero debe de existir un proceso de planeación donde ya hay arquitectos y urbanistas que nos están apoyando”.
Con el proyecto de regeneración se espera que el Barrio de la Luz, que ha ido envejeciendo, se vuelva un centro de convivencia.