Hay quienes usan el nombre de instituciones financieras para engañar a la gente al atraerlos con la promesa de una cámara Go Pro 4, boletos para un concierto en el Auditorio Banamex o un regalo sorpresa, todo a cambio de la compra de un servicio que en ocasiones no existe. Una reportera de Hora Cero acudió a uno de estos lugares para conocer cómo funcionan.
Por Berenice Rojas Rosas
“Buenas tardes, el motivo de mi llamada es porque usted ha sido el ganador de un premio por el buen uso de su tarjeta bancaria…”.
Cuantas veces no se han recibido llamadas de ese tipo. Cada vez que se escucha fraude telefónico se piensa en un telefonema donde se intimida, amenaza o, inclusive, se asegura que se tiene secuestrado un familiar para pedir un rescate.
Sin embargo también existen llamadas que buscan estafar pero el interlocutor utiliza un tono más amable.
En un edificio ubicado en la calle Belisario Domínguez 2703 de la colonia Obispado se cita a la gente con la promesa de que se les va a entregar un obsequio por parte de “Puntos Premia”.
“Puntos Premia” es un programa de recompensas utilizado por Banamex en el que, cuando el cuentahabiente utiliza su tarjeta de crédito, se va haciendo acreedor de puntos, mismos que después puede cambiar por dinero en efectivo.
Sin embargo, hay quienes usan el nombre de este programa para engañar a la gente pues, en lugar de cumplir con lo que marca el sistema, los atraen con la promesa de una cámara Go Pro 4, boletos para un concierto en el Auditorio Banamex o un regalo sorpresa, todo a cambio de la compra de un servicio que, advirtió la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), en ocasiones no existe.
Una reportera de Hora Cero acudió a este lugar para conocer la manera en la que estas personas, quienes usan el nombre de “Puntos Premia” sin estar relacionados con Banamex, convencen a cientos de personas de adquirir productos y servicios con la promesa de un atractivo regalo. Este es su testimonio:
LA LLAMADA
Hace un par de semanas recibí una llamada a mi teléfono celular. La voz al otro lado de la línea se escuchaba juvenil y entusiasta, definitivamente estaba haciendo una buena labor de convencimiento.
‟Nuestros patrocinadores Visa, MasterCard y América Express, llevaron a cabo una dinámica en centros comerciales, por lo cual en esa dinámica usted realizó una compra o pago con las tarjetas de créditos de nuestros patrocinios y la seleccionaron como buena referencia comercial y le están haciendo acreedora a uno de los regalosˮ, expresó quien dijo llamarse Alejandra Domínguez.
Lo curioso es que yo ni siquiera tengo tarjeta de crédito, por lo que le pregunté a Alejandra el motivo por el que me había ganado el supuesto premio.
‟Le comentaba que todo esto es debido a nuestro aniversario, por lo cual la entrega de dicho regalo se llevará a cabo el día de hoy en nuestras oficinas en un horario a partir de las 6 de la tardeˮ, agregó.
Después de decir que sí me interesaba ir a recoger el premio, me proporcionó un horario junto con la dirección a donde, supuestamente, podía pasar por el.
Lo único que me pidió era llevar una identificación junto con mi tarjeta de crédito (que no tengo) donde se mostrara el logotipo de Visa, Mastercard o American Express, ya que el evento era exclusivamente para titulares.
Tras confirmar mi asistencia, Alejandra me comunicó con quien dijo, era su supervisora, quien sería la encargada de darme una clave de acceso para reclamar mi premio.
Segundos después alguien que se identificó como Verónica Gil y quien dijo ser supervisora de ‘Puntos Premia’, me proporciono la clave AM02S “para poder tener derecho a mi premio”.
‟La esperamos en el horario de las 7 de la tarde le deseo un excelente día y muchas felicidadesˮ, concluyó la llamada.
Minutos antes de la hora de la cita recibí una segunda llamada que parecía ser de la misma chica que me marcó en la mañana, quien me dijo que sólo quería confirmar mi asistencia.
Al llegar a la dirección, donde se encuentra un edificio, subí hasta el tercer piso. Noté que había más gente esperando, me dirigí con la recepcionista y cuando hablé con ella no me quedó ninguna duda que era Alejandra.
De tez morena y cabello suelto que le llegaba a los hombros, estatura mediana; vestía una minifalda negra y una blusa estampada, utilizaba zapatillas altas y un maquillaje para aparentar más edad pues, creo, no tenía más de 18 años.
Me pidió la clave que me proporcionaron, mi identificación y que le mostrara mi tarjeta de crédito, como no tengo una, se conformó cuando le mostré la de débito.
Después de esperar unos 10 minutos, pude constatar que el personal del lugar eran en su totalidad jóvenes no mayores de 20 años. Tres mujeres que también esperaban decidieron retirarse, por lo que me quede en compañía de otra persona.
Los reclamos de una señora, no mayor de 50 años, quien molesta acusaba a los empleados del lugar que le habían hecho perder su tiempo, rompieron la tranquilidad de la espera. Mientras era escoltada por un trabajador del lugar hacia la puerta, pasó frente a mí y me lanzó una advertencia: ‟No les creas mija, no te van a dar nada, es un fraude”.
Los empleados solo sonreían de manera nerviosa, otro joven mayor de 30 años y que parecía estar supervisando al resto de los jóvenes, se acercó para calmarla, mientras que un joven quien dijo llamarse Roberto Hernández me invitó a pasar a una sala.
Al entrar pude constatar que había personas, que estaban siendo entrevistadas. Roberto, me invitó a tomar asiento y me dio un pequeño discurso de bienvenida.
Aseguró que muchas asistían incrédulos al lugar y que era de muy mal gusto que la gente fuera “cerrados de mente”.
Fue entonces cuando me preguntó sobre el lugar donde trabajaba, cuánto ganaba y si tenía dinero disponible en mi tarjeta.
Al comentarle que mi tarjeta solo era de débito y que no contaba con dinero (que era cierto), dio por concluido la entrevista. Le mostró sus anotaciones a otra persona quien movió la cabeza afirmativamente y salió de la sala por una par de minutos.
Cuando regresó lo hizo con una hoja que decía: “Certificado de regalo, 3 días y 2 noches gratis” (no decía en qué hotel).
Al explicarme cómo funcionaba este “regalo”, Roberto me dijo que la oferta era disponible para “cualquier hotel del país” y que sólo tenía que comprar -con ellos- los boletos del avión del destino de mis vacaciones.
Sin embargo no me dijo con qué aerolínea podía comprarlos y no vi ningún sistema que me ofreciera precios o fechas disponibles para viajar.
FRAUDES NO REGISTRADOS
El Presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública del Estado, Julio Cesar Puente, dijo que no se lleva un registro de las personas que han sido estafadas con este tipo de operaciones debido a que no denuncian, pero sí es muy común que haya quienes son engañados con estos métodos.
Puente recomienda ser caso omiso a este tipo de llamadas.
“Es un acto básicamente de comercialización por medio del engaño, no hay que hacer caso, porque cómo es posible que alguien gane mediante un sorteo objetos, viajes y demás”, dijo Puente.
Y agregó: “Esto lo llevara al final de cuentas al ‘permítame tantito, ahora le vamos a ofrecer un plan con destino turísticos en donde usted puede viajar con grandes descuentos y nada más tendrá que pagar su pasaje, todo lo demás lo manejamos nosotros’; pero mientras ya se entrego una serie de datos y lo que sigue es que te piden que recomiendes a dos personas con los teléfonos y todo esto lleva a decirle tenemos paquetes en el cual va a pagar a 10 meses sin intereses, le piden su tarjeta y la planchan”.
El abogado y presidente del Consejo ha tenido que llevar dos casos de personas que fueron defraudadas por este método, una por 40 mil pesos y otra por 80 mil pesos.
Debido a la forma de operar, Puente aseguró que estos casos son difíciles configúralos como delito, debido que existe un convenio de voluntades, que cuando uno quiera hacerlo efectivo por la vía civil no se va encontrar a quien demandar por la manera tan hábil de operar de las compañías, que terminan desapareciendo sin dejar rastro.
LOS FRAUDES MAS COMUNES
Entre los casos más comunes de extorsión el más común es el Ganador ficticio, donde recibes una llamada en la que te dicen que has sido ganador de un premio.
Otro caso es el del familiar secuestrado, este tipo de extorsión se volvió muy común desde 2001. Una persona marca diciendo que tiene un familiar secuestrado y amenazan con matarlos si no les da cierta cantidad de dinero.
La extorsión de familiar detenido, consiste en que un supuesto familiar lejano con el que hace tiempo no se tiene contacto, busca que su víctima se emocione, confunda o dude, argumenta diciendo que ha sido detenido por la autoridad aduanal y requiere que se le envíe dinero en efectivo.