Tras enfrentar la crisis más severa de su carrera política, que estuvo a punto de costarle el puesto como alcalde de Monterrey, Fernando Larrazábal Bretón se prepara ahora para enfrentar a su partido y tratar de salir con el menor daño posible.
La pérdida de sus derechos como panista y quedar excluido de un puesto de elección popular a través de Acción Nacional en 2012, es lo que está en la balanza y que podría frenar sus aspiraciones de ser senador por el PAN y candidato a gobernador de Nuevo León en el futuro cercano.
Pero ambas cosas no son seguras, ya que una vez que inicie el procedimiento en el PAN estatal el alcalde tendrá derecho de audiencia ante el órgano interno, donde presentará pruebas a favor.
En caso de ser sancionado por los panistas de Nuevo León, Larrazábal Bretón puede impugnar a nivel nacional e incluso acudir al Trife, tal como lo hizo Adalberto Madero, quien salió triunfador de su pelea con el PAN.
LA HISTORIA
El 31 de agosto, apenas seis días después del incendio en el Casino Royale, donde murieron 52 personas, un medio de comunicación local publicó fotos y videos del hermano del alcalde, Jonás Larrazábal Bretón, recibiendo dinero en la mesa de un casino.
Esto provocó un escándalo de tales proporciones que dejó de lado toda la tragedia y el luto que se vivía en Monterrey y que en su momento llegó a trascender fronteras continentales.
La atención de los medios se centró ahora en el alcalde de Monterrey, quien de inmediato se deslindó de su hermano y pidió a la autoridades investigar y llegar a las últimas consecuencias.
El Comité Ejecutivo Nacional del PAN lo recibió en la ciudad de México y le pidió tomar una licencia para dejar que las averiguaciones en el caso de su hermano Jonás se desarrollaran tranquilamente.
A cambio, Larrazábal Bretón “mandó en prenda” la cabeza de su secretario de Desarrollo Humano, Miguel Ángel García Domínguez, considerado su sucesor natural en la alcaldía.
García Domínguez aparece en otros videos dados a conocer el 4 de septiembre donde se le ve platicando con Jonás Larrazábal y Sergio Gil, el controvertido dueño del Casino Red y ex funcionario priistas en la administración de Ricardo Canavati.
Mientras los priistas se unieron en torno al gobernador Rodrigo Medina de la Cruz cuando manifestantes pedían su renuncia en una marcha pacífica, los panistas de Nuevo León -sobre todo de la vieja cúpula- encendieron sus antorchas y comenzaron la cacería.
Personajes como Fernando Canales Clariond y su hijo, Luis Santos de la Garza, Kana Fernández y Rebeca Clouthier exigieron al alcalde se separara de su cargo para no entorpecer las investigaciones.
El sábado 10 de septiembre, Larrazábal Bretón dio una conferencia de prensa en la que anunció que se mantiene en el puesto ya que eso no interfiere con las investigaciones y que será respetuoso de lo que determinen las autoridades en torno a su hermano Jonás, quien fue arraigado.
“Soy el alcalde de Monterrey por mandato de miles de regiomontanos y, con los valores de mi familia y los principios de mi partido como mis ejes rectores, les digo que continuaré al frente de este Gobierno, y que lo haré como hasta ahora: diciendo la verdad de frente, con la conciencia tranquila y apegado a la ley”, expuso Larrazábal Bretón teniendo a su esposa e hija al lado.
El desacato puso a sus detractores de mal humor, pues la mayoría esperaba que el alcalde se hiciera a un lado.
Larrazábal Bretón siempre ha sostenido que no tiene nada qué ver en el tema y que todo se debe a un chantaje de Sergio Gil contra su gobierno porque le clausuró varias veces su casino.
Precisamente el 25 de agosto, minutos antes del incendio del Casino Royale, personas del ayuntamiento de Monterrey clausuraban el Red, propiedad de Sergio Gil.
Sandra Pámanes, así como los panistas considerados de la vieja cúpula, tronaron contra la decisión del alcalde.
“Él es la cabeza de toda una administración municipal que está involucrada a través de sus miembros, incluso hasta su propia familia, con actos de corrupción que se evidencian a través de la información que conocimos en los medios con los videos”, dijo Pámanes.
LAS OPINIONES
Panistas considerados de la “vieja cúpula” por haber tenido sus mejores momentos políticos entre los años 80 y 90, criticaron a Fernando Larrazábal por no pedir licencia.
José Luis Coindreau dijo que no entiende por qué el alcalde llevó “acarreados” para que lo apoyaran y armó una consulta popular.
“El PAN pierde, él no gana. Como quiera ya perdió a su candidato a la sucesión”, comentó en alusión a Miguel Ángel García Domínguez.
Uno de los más interesados en exhibir a Larrazábal fue Fernando Canales Clariond, ya que su hijo, Fernando Canales Steltzer, tuvo fricciones con el edil regiomontano en los meses pasados.
“No es el Alcalde que necesita Monterrey, ya que su único objetivo es permanecer en el puesto”, manifestó el ex gobernador y ex secretario de Economía.
Mauricio Fernández, alcalde de San Pedro, tampoco avaló el hecho que Larrazábal Bretón no pidiera licencia de su cargo.
“Yo simplemente creo que se le va a complicar, no puedo verlo de otra forma, a él y al partido”, dijo.
Raúl Gracia, a quien se le considera junto con Larrazábal Bretón y Zeferino Salgado Almaguer como los “dueños del PAN” en Nuevo León, también estuvo en contra de la decisión de su colega.
“Complica mucho las circunstancias en función de que marca una distancia entre el partido y el gobernante y que nunca es lo idóneo”, comentó.
SE LAVAN LAS MANOS
El CEN del PAN determinó el 14 de septiembre solicitar a la Comisión de Orden de Nuevo León iniciar un proceso contra Larrazábal Bretón por haber incurrido en indisciplina al no separarse del cargo, tal como se lo solicitó la dirigencia panista.
Por más de cinco horas se reunieron los funcionarios para definir el proceso de sanción y dedicieron iniciar un procedimiento en su calidad de miembro activo de ese partido, el cual culminará con la suspensión de sus derechos partidistas y no con la expulsión, de acuerdo con el líder nacional de ese partido, Gustavo Madero.
“Acción Nacional reitera que no tolerará ningún tipo de indisciplina de alguno de sus miembros y manifiesta que por encima de cualquier proyecto particular está la imagen, el prestigio y el compromiso del parido con los ciudadanos, con la transparencia y contra la corrupción y la impunidad”, dijo Madero.
Explicó que en el caso concreto de Larrazábal hay tres tipos de sanciones que pueden ser aplicables: una amonestación, una suspensión de derechos o una expulsión.
“El caso particular, por los hechos que se han presentado, que son básicamente de indisciplina, lo que corresponde es que la Comisión de Orden le dé la audiencia para desahogar precisamente su presunta responsabilidad en actos de indisciplina con el partido y la suspensión eventual de sus derechos”.
Además detalló los derechos partidistas que serían suspendidos: “Intervenir en las decisiones del partido de por sí o por delegados; participar en el gobierno del partido desempeñando cargos en sus órganos directivos, y ser propuestos como precandidatos y en su caso candidatos de Acción Nacional a cargos de elección popular, entre otros”.
En este escenario más local, Fernando Larrazábal apelará a toda su experiencia política para tratar de salir con el menor daño posible y mantener su esperanza de ser considerado por el PAN en el futuro. v