Por Guadalupe Carranza
Apenas llega al área de box en el Gimnasio Santa Catarina 2000 y no aguanta las ganas de comenzar a golpear la pera. Gabriel Navarro no oculta su afición por el deporte del combate, la felicidad se refleja en su rostro con tan sólo verse rodeado un poco de este ambiente.
Proveniente de una familia en donde el box era deporte conocido por dos de sus tíos, el próximo alcalde de Santa Catarina recuerda que la primera vez que tuvo contacto con los guantes y los costales fue acompañado de su hermano mayor, por recomendación de su padre.
“Cuando era muy pequeño mi papá me llevaba a la Arena Coliseo a ver las peleas de box y pues así me gustó. Mi papá nos orilló a que nos entrenara un señor que le llaman el Chichifo, que es amigo de mi papá; mi hermano mayor, José Fernando y yo, íbamos a entrenar, pero nada más como defensa personal”, recordó.
Desde los 17 años comenzó con su entrenamiento en una quinta de este municipio llamada Santa Alicia; Candelario Vázquez era el encargado de preparar en este deporte a él y otros chicos.
Después de un tiempo de estar inmerso entre costales y guanteletas, el jurista de profesión admite que era imposible que no le atrajera poner en práctica sus conocimientos en un combate real, de ahí surgió la idea de probar su talento a nivel amateur.
La primera oportunidad que tuvo Navarro de pisar un ring fue cuando acariciaba los 19 años de edad, la pelea definiría quiénes serían los encargados de disputarse el torneo Guantes de Oro a nivel estatal en 1988.
Aunque ya hace algunos años de eso, el político recuerda aquel momento como si acabara de suceder; describe perfectamente la emoción que sintió al pisar el ring de la Arena Coliseo y la desilusión de que sus padres le hicieran dejar de lado ese sueño que apenas comenzaba.
“Yo quería ser boxeador, pero no me dejó mi papá y mi mamá, dijeron que era muy peligroso, que me pusiera a estudiar. En una ocasión estuve contendiendo, pero fue nada más una pelea, realmente mis papás no me dejaron, cuando ellos se dieron cuenta de que estaba en este torneo me dijeron: ‘retírate’, y pues yo no quería desobedecer a mis padres.
“Yo realmente quería seguir esa carrera del box, pero bueno ahora me doy cuenta que esta es una carrera muy difícil, muy peligrosa y afortunadamente le hice caso a mis padres, empecé a estudiar, me recibí de Licenciado en Derecho y pues bueno ahora soy político”, expresó.
Sin embargo, esa adrenalina aún la recuerda al asegura que “es bien bonito que te den un golpe, pero también responder es bien bonito”, y que no olvida la emoción y el nerviosismo que sintió en aquella ocasión.
Aquel combate se resolvió por decisión, un punto fue la diferencia que lo separó de la victoria, y aunque estaba convencido de que podía figurar en el boxeo, optó por obedecer a sus padres y seguir admirando únicamente como aficionado a Pipino Cuevas, Salvador Sánchez, “Ratón” Macías y Julio César Chávez.
Posteriormente siguió practicando este deporte, aunque ya encaminado más hacia la abogacía, solamente tomándolo como defensa personal, misma que confiesa una vez puso en práctica cuando cursaba la preparatoria.
Ahora su nuevo reto es subirse al ring de la alcaldía y terminar la pelea completa dando la victoria a la gente que le dio su confianza en las urnas; admite que esta nueva encomienda en la que empezará a partir del mes de noviembre, requiere del mismo valor que se debe tener para subirse a enfrentar una pelea de box.
“Los dos son difíciles, pero subirse al ring de la alcaldía es muy difícil, se requiere mucho valor, mucho conocimiento y más como está la situación ahorita, se requiere de mucho valor, enfrentar una administración pública municipal, es un bonito reto y creo que vamos a poder con él”, dijo.
En el rubro del deporte Navarro espera sembrar en los santacatarinenses la semilla que los haga tomar la actividad física como parte de la convivencia familiar, ya que considera que es muy importante que los hijos se sientan apoyados por los padres y un vínculo importante para lograrlo puede ser el ejercicio.
“Tenemos la ciudad deportiva, tenemos que darle vida como construcción, como obra no va a ser un beneficio a la comunidad si no le damos vida, y precisamente es entrando a la realización de eventos deportivos familiares, que los padres estén apoyando a los hijos en algún deporte, que los hijos se sientan arropados por los padres, que es muy importante fortalecer en estos días los lazos entre padres e hijos”, comentó.
Y sin dejar de lado su corazón boxístico, admite que le gustaría traer a “El Chichifo”, quien era su entrenador de juventud, a trabajar con los muchachos del municipio, ya que considera que sin duda podría hacer un buen papel con quienes practiquen esta disciplina deportiva.
La absorbente actividad política ha hecho que deje en segundo plano el ejercicio, aunque confiesa que en su casa tiene una pera y un costal para practicar los fines de semana o cuando haya tiempo, y no perder la costumbre.
Ahora que es padre, se siente feliz de haberles hecho caso a sus progenitores y dedicarse al estudio, ya que tampoco le gustaría que alguna de sus hijas practicaran el box de manera profesional.
“No, la verdad no quisiera eso, ahora comprendo a mis padres que es un deporte mucho muy peligroso, muy bonito pero si muy peligroso”, expresó con una sonrisa el político.