
Por Arturo Ortega Morán
Aunque ya lo sabíamos, en el proceso electoral de Nuevo León se puso en evidencia que hay encuestas y hay seudoencuestas. Las primeras nos muestran que las Ciencias Estadísticas funcionan cuando se aplican con conocimiento y honestidad. Las segundas, nos dejan ver que la mentira estadística es un recurso de los candidatos (o sus grupos de apoyo) para manipular la opinión de los votantes y, en un momento dado, justificar fraudes mayores.
Como ciudadanos, esto nos lleva a la pregunta: ¿cómo vamos a saber si lo que vemos es una encuesta o una seudoencuesta? Por ahora es difícil, el prestigio de las casas encuestadoras es muy subjetivo. Nos apantallan con nombres rimbombantes como “Consulta Mitofsky”, “Covarrubias y Asociados” y otros, haciéndonos creer que estas casas son las meras meras petateras en estas lides.
En mi opinión, ya es hora de que el prestigio pase de ser subjetivo a ser cuantitativo. No debe ser tan difícil establecer un índice de credibilidad basado en el historial de cada casa encuestadora. Para empezar a abrir boca, yo propongo uno muy simple basado en “la diferencia promedio entre el pronóstico y la realidad”. Se calcularía así:
Para una encuesta específica
:: Suma de diferencias |P1-R1|+|P2-R2|+|P3-R3|+…+|Pn-Rn|
:: IEi= Suma de diferencias / N
:: Pi : Pronóstico de un candidato
:: Ri: Resultado real
:: N: Número de candidatos considerados
:: IEi: Índice de credibilidad de una encuesta específica
:: Índice de Credibilidad Histórico “ICH”
:: El índice de credibilidad histórico, se iría construyendo con el promedio de las encuestas realizadas a través del tiempo
:: ICH= (I1 + I1 + I1 + … + I1 )/No. de encuestas
Este índice seguiría el criterio de “menor es mejor”, o sea que un ICH=0 indicaría la máxima credibilidad, mientras que a mayor valor de ICH, menor credibilidad.
Hagamos un ejercicio con algunas encuestas y seudoencuestas que se presentaron en el reciente proceso electoral de Nuevo León:
Analizando las tablas anteriores, vemos que el mejor IE (índice de credibilidad) lo consiguió un grupo de investigadores del ITESM, entre los que se encuentran Olivia Carrillo, Jesús Cantú, Martha Ochmann y Tomás Sánchez, que aplicaron las ciencias estadísticas con conocimiento y honestidad. Lamentablemente, esta encuesta no fue del dominio público porque para ellos es solo parte de un proyecto académico más amplio. No obstante, yo la tuve en mis manos el 3 de junio, gracias a un post perdido en Facebook que amablemente nos compartió Tomás Sánchez.
Ya fuera de la Academia, de las casas encuestadoras, el mejor resultado lo consiguió HORA CERO, con un IE=4. Muy de tomarse en cuenta porque ya en encuestas del pasado ellos han demostrado la calidad de sus pronósticos. Si se calculara su ICH (índice de credibilidad histórica), no tengo duda de que sería de las mejores casas encuestadoras, si no es que la mejor.
Excelente también el IE=4.3 que alcanzó El Norte, faltaría ver si al calcular su ICH refrenda esta credibilidad, ojalá que así sea. El Universal y Saba Consultores, con índices de credibilidad IE=6 e IE=7.7 también obtuvieron buenos resultados.
En todo este grupo, se aprecia que lograron sacar en sus respectivas “radiografías” la ventaja de El Bronco. Todos ellos ya tienen puntos buenos para futuros comicios.
El grupo de los que a mi juicio presentaron seudoencuestas, pone en evidencia lo hueco de los nombres rimbombantes. Sus malas notas, índices que van desde IE=11.3 de Mitofsky hasta un lamentable IE=16.3 de GEA-ISA, solo se explican por dos posibles razones: Su método de trabajo es de pésima calidad o hicieron negocio con las mentiras estadísticas. En ambos casos quedan muy mal parados. Es de anotar que todos ellos daban como ganadora a la candidata del PRI.
CONCLUSIONES
Urge ya no dejar la credibilidad de las casas encuestadoras a percepciones subjetivas, que se la ganen con su trabajo y que se refleje en un índice cuantitativo que esté a disposición del público. No necesariamente el que yo propongo aquí, estudios más sesudos pueden establecer uno mejor.
Pienso que este paquete lo pueden tomar instituciones no gubernamentales, quizá la UNAM, el ITESM, la UANL, cuando sus autoridades dejen de tener intereses insanos o alguna organización ciudadana de probada honestidad. ¿Quién se apunta?… Ahí la dejo por lo pronto.
Es importante que los ciudadanos sepan que las Ciencias Estadísticas funcionan, tan así es que son fundamentales en muchos negocios como: los seguros, la mercadotecnia, la salud y un largo etcétera. Un daño colateral de las seudoencuestas, es que generan confusión y la percepción de que mentiras y estadística, son nombres para lo mismo. Esto alimenta el “analfabetismo matemático” que tanto nos ahoga.
Solo resta decir que espero que muy pronto, las casas encuestadoras presuman su credibilidad no con su nombre, sí con un número ganado a ley. v