
En pleno siglo XXI existen comunidades en Nuevo León que no cuentan con un sanitario digno o con el servicio de agua potable, provocando entre sus habitantes problemas serios de salud.
Esto ha obligado al llamado Estado de Progreso a buscar métodos alternativos para potabilizar el vital líquido y crear formas para llevar los servicios a la zona sur de la entidad.
El Instituto del Agua de Nuevo León construyó una unidad piloto utilizando la tecnología de potabilización para comunidades con alguna fuente natural de abastecimiento, como presones, pozos o agua de mar, pero cuyo líquido esté gravemente contaminado, como por sal, arsénico o flúor.
La Tapona Moreña es una comunidad que pertenece al municipio de Mier y Noriega, en la que sus habitantes cuentan desde hace unos meses con un equipo de potabilización de agua mediante ósmosis inversa con energía eólica, es decir, generada por el viento; y además 500 personas se han beneficiado con 12 sanitarios secos.
El director general del IANL, Belzahet Treviño Arjona, explicó que la idea de implementar los dos servicios surgió luego de realizar un diagnóstico de las problemáticas del agua en la zona rural.
“Nos dimos a la tarea de buscar una forma para proveer de agua potable y saneamiento a las comunidades rurales, pero bajo las tecnologías comercialmente disponibles no era económicamente viable, salía extremadamente caro el poder llevar el servicio.
“La primera tecnología que desarrollamos es un sistema de potabilización de agua, pero que utiliza la energía eólica, el sistema de potabilización es el normal de ósmosis inversa, que es la tecnología que se utiliza para producir el agua de garrafones o botellitas, que sin embargo, en un esquema tradicional.
“Esa tecnología requiere de energía eléctrica y tiene un costo relativamente alto el poder operarlo, por eso los garrafones valen 15 ó 18 pesos y mediante el desarrollo que llevamos a cabo el costo del garrafón es de 3 pesos, lo cual es muy atractivo.
“Ahora algunas comunidades se pueden dotar de la suficiente cantidad de agua para poder proveer de sus servicios básicos como el procesamiento de alimentos y la ingestión directa del agua”, comentó Treviño Arjona.
Los ejidos que se benefician son aquellos que cuentan con menos de mil personas y que se encuentren muy alejados de las cabeceras municipales; ya que por ejemplo en una comunidad que tiene una distancia de 30 kilómetros representaría un gasto de 10 millones de pesos poder introducir agua potable a través de tuberías.
La inversión para instalar la tecnología en La Tapona fue de dos millones 700 mil pesos, de los cuales 700 mil fueron para la unidad de potabilización de agua y dos millones para instalar una serie de los sanitarios secos dentro de cada casa. Diariamente la unidad genera mil 500 litros de agua lista para beber.
Las potabilizadoras, que usan el método de ósmosis inversa, fueron diseñadas para optimizar costos y requerir viento con una velocidad mínima de 10 metros por segundo que en lugar de almacenar energía eléctrica se almacena el agua limpia, que es más barato, “los papalotes no generan energía eléctrica, generan agua a presión, que es más simple que generar energía, la energía eólica cubre en su totalidad la necesidad de energía de la potabilizadora”.
Además para este proyecto analizaron otros métodos como paneles solares; sin embargo, los costos de inversión y mantenimiento se elevaban de dos a cuatro veces y el costo de cada sanitario seco supera los 15 mil pesos.
“La potabilizadora eólica cuesta 650 mil pesos, abasteciendo hasta 4 mil litros de agua diario, que es suficiente para 500 personas y el costo de cada sanitario seco es de 16 mil pesos, es más caro que un sanitario común y corriente, pero estás sustituyendo el sanitario, el drenaje y la planta tratadora de agua”, explicó Treviño Arjona.
Pero lejos de que sea un gasto para las familias que habitan en las comunidades, representa una ayuda, ya que se les instala el sanitario seco luego de que tengan dos meses de estar comprando agua de garrafón que tiene un costo de 6 pesos.
“Sin necesidad de energía eléctrica, la tecnología toma agua de la presa, la presiona en la unidad de ósmosis inversa, limpia el agua, la almacena en un tanque elevado y de ahí se surte a una toma comunitaria. El agua que se bebe es purificada, como de las botellas de plástico, y la gente paga 6 pesos por cada garrafón, el costo por mantenimiento es de 3 pesos por garrafón, que pagan las familias al momento de recargar y también pagan 3 pesos para el mantenimiento de los sanitarios secos que instalamos, una familia de cinco integrantes puede consumir un garrafón de agua por semana.
“A quien no compre el agua, no se le pone su sanitario y tiene que ser gente que ya tenga por lo menos dos meses comprando el agua y la demanda es mucha, nosotros somos una entidad de investigación y de-sarrollo y lo vamos haciendo con nuestros propios recursos porque nos interesa que esa población este completa en su agua potable y en su saneamiento”, comentó.
Las potabilizadoras se monitorean desde Monterrey mediante un sistema de telemetría, mediante el cual se checa la velocidad y dirección del viento, presión, flujo y conductividad en la línea de permeado.
Con esta tecnología se han ido reduciendo considerablemente las enfermedades estomacales, ya que anteriormente tomaban agua de las presas donde beben los animales y que es agua de lluvia, pero era la única fuente que tenían.
Además el Comité del Agua creado en las comunidades son quienes documentan quién está comprando el agua.
Existe también el ejido San Felipe en el municipio de Doctor Arroyo, donde 70 personas ya pueden utilizar agua limpia y otros estados están recibiendo los mismos beneficios: Guanajuato, Tamaulipas y próximamente será instalado en Amaro, Doctor Arroyo y en Coahuila, pero será con recursos de los gobiernos estatales.
DESECHOS PUEDEN SER UTILIZADOS COMO ABONO
Pero ¿qué pasa con el sanitario seco? Dado que la calidad de vida de la gente no depende nada más de proveerles de agua potable y específicamente el criterio de calidad de vida al que nos estamos refiriendo es al índice de personas que presentan enfermedades gastrointestinales reportadas por el centro de salud que se encuentra en cada comunidad, el sanitario seco no representa ningún peligro ya que los desechos orgánicos de las personas tienen un manejo correcto.
En la tecnología de este servicio, las heces y orines del usuario caen directamente a un reactor con matriz de mezclado, en tanto el reactor junta el contenido formando una masa homogénea, al interior mismo de la matriz y por medio de un motor, la excreta acelera su biodegradación hasta quedar a un nivel sólido y sin olores encerrados.
Luego la composta se extrae cada 6 meses, o hasta cada dos años, y se puede reciclar como fertilizante o condicionador de suelo. Los gases de la descomposición orgánica son expulsados hacia el exterior a través de un extractor de aire.
“Con los dos servicios se puede bajar el índice de las personas con problemas de salud.
“El sanitario seco a diferencia de una letrina (actualmente muchas comunidades rurales la tienen y es un baño en donde existe un hueco y los desechos orgánicos son depositados y se les tiene que adicionar cal o cenizas con el propósito de inhibir la degradación anaeróbica con el fin de controlar los malos olores), es una analogía a lo común en la ciudad donde se tiene una planta de tratamiento de agua a distancia, en las comunidades no las hay, ya que se encuentran debajo del sanitario y no es necesario transportar los desechos de un lado a otro”, dijo Treviño Arjona.
“Lo que se hizo es que se desarrolló un reactor individual para procesar los de-sechos orgánicos abajo del sanitario, de tal forma que ya no requiere del agua como vehiculo de transporte, pero a diferencia de la letrina no es nada más un hueco en donde tiene uno que estar echándole cal, es un reactor biológico equivalente a los vectores que tienen las plantas de tratamiento de agua en donde se lleva a cabo la degradación de la materia orgánica y por lo tanto se puede estar utilizando el sanitario durante un tiempo muy prolongado porque se esta degradando a diferencia de la letrina que se va acumulando, en la letrina los desechos se acumulan y en los sanitario secos se degradan” detalló el director del IANL.
“El baño, que es un sanitario con un reactor, tiene una ventilación inversa: entra el aire por la taza, pasa por el reactor y sale por la chimenea donde hay un abaniquito, mediante esa aeración y el mezclado, la materia orgánica con el aserrín se oxigena y se degrada aeróbicamente por los microorganismos, de esta forma se puede usar un sinnúmero de veces sin que se a acumule porque se esta llevando a cabo una degradación. La matriz que se saca de los sanitarios secos, al año, increíblemente sale como fertilizante, como abono de jardín y no huele, es completamente degradable, puede servir como abono también en las milpas”, añadió.
Las personas encargadas de darle mantenimiento a los sanitarios es personal de cada comunidad que es capacitado y reciben ingresos de los mismos seis pesos que paga la gente por cada garrafón.
“Se encargan de que el abanico este funcionando, de que el mezclado sea el correcto, que el aserrín esté bien; entonces, ahora cuando las personas van y compran su garrafón a 6 pesos, la gente esta comprando su agua y su saneamiento; el sanitario es igual que el de la ciudad y el agua también”, comentó Treviño Arjona.
Actualmente existen cuatro personas integrantes de la IANL trabajando en el proyecto de la tecnología de Agua Potable y Saneamiento Alternativos para Comunidades Rurales.
Anteriormente las familias adquirían con la coca cola garrafones a 18 pesos y ahora los adquieren a sólo seis pesos, por lo cual se venden 20 garrafones al día.
Esta tecnología será vendida en los próximos meses a través de una subasta pública, ya que la misión del IANL no le permite comercializar sus procesos de manera directa; debe vender sus tecnologías al sector privado para que ellos lo hagan, sólo se encargan de desarrollarla y probar que funcione.
“Estamos a punto de vender la tecnología, solicitamos el permiso a nuestro Consejo de Administración para la venta de tecnología, se subastarán ambas tecnologías y las empresas que estén interesadas en ofertaran su monto, que es lo que detonaría la masificación de las tecnologías, porque cuando lo compre un privado, será el encargado de ir con el gobierno federal o estatal a instalarlo”, dijo Treviño Arjona.
Nuevo León es pionero en encontrar una forma a través de la cual las comunidades rurales se hacen responsables de los servicios, actualmente un 60 por ciento cuenta con el servicio de agua y un 30 por ciento saneamiento.
“No se puede subsidiar eso, por ejemplo el costo de las inversiones no lo paga la comunidad, lo pagan los gobiernos, aquí está el equipo, aquí están los sanitarios secos, pero el mantenimiento y operación cuenta por cuenta propia”, apuntó.
Por lo pronto los habitantes de dos ejidos en Nuevo León cuentan con esta tecnología que ayuda a mejorar la calidad de vida de las familias y se pretende que en los próximos meses se pueda extender en toda la República.