
La familia Guerrero Cruz protagoniza una historia de terror al igual que los habitantes de la calle Fray Juan de Zumárraga en la colonia Sobrevilla, en el municipio de García, Nuevo León.
No creen que Noé Ramírez Robles, de 56 años haya sido capaz de matar a su esposa Eva María Guerrero Cruz, y mucho menos que la mantuvo oculta durante 11 años, en una fosa al interior de un taller mecánico, cerca de su hogar.
“Muchas cosas son mentiras -de las noticias-”, dijeron Noelia Ramírez Guerrero, hija de la occisa y algunos familiares que se encontraron con ella, mientras sus hermanos, Alejandro y Noé, se hacían cargo del sepelio.
Sin dar más detalles al respecto, por el momento tan doloroso que atraviesan, entraron al domicilio- núm. 134- del que hace poco más de una década, aparentemente, Eva se fue.
El pasado de 20 de mayo, la vida de esta familia y vecinos, cambió. La investigación de los restos encontrados en la fosa del taller con la numeración 104 sobre la calle Zumárraga, arrojó que pertenecían a Eva María Guerrero.
Lucen consternados… Noelia se ve triste y las vecinas manifestaron su asombro sobre la declaración de culpabilidad de don Noé: ese hombre que “no es malo”, dijo María Elena Alemán o que “es tranquilo”, de acuerdo a Tomasa Cruz.
Él no es un hombre malo… es un hombre de trabajo, un padre ejemplar porque sólo sacó adelante a sus hijos. Nunca ha sido problemático y no puedo creer lo que pasa”, dijo María Elena, quien vive enfrente de casa de Don Noé -como lo llama-.
Pero ella no es la única impresionada con el supuesto comportamiento del “asesino”. Anastasia Orozco lo conoce desde hace 20 años que llegaron a la colonia Sobrevilla.
“Siempre ha sido muy tranquilo y servicial, si salía, era para ir a la iglesia donde era maestro del coro. Regresaba a casa con su hija y trabajaba arreglando carros aquí en su casa.
“Nunca vimos nada extraño en él. Siempre muy atento con todos los vecinos y muy saludador; no sabemos qué pasó, sólo Dios”, comentó Anastasia.
Tomasa Cruz no dejó de manifestar su sorpresa ante lo sucedido. “Nada que ver él con un comportamiento agresivo, y después de que encontraron los restos, lo vimos pasar muy tranquilo… normal; siguió trabajando en su casa en el enderezado y pintura de carros”.
Las dudas imperan entre quienes conocen a Noé desde hace 20 años por vivir en el mismo barrio. Sin embargo coinciden que en su momento la pareja demostró ser amorosa.
“Siempre los veíamos abrazados, tomados de la mano y cariñosos”, dijeron Tomasa y Anastasia.
Teresa Flores, madre de una amiga cercana de Noelia, señaló que Noé tuvo una buena relación con sus tres hijos y jamás se percató de algo negativo.
“Mientras estuvieron todos juntos y sin ella fueron una familia tranquila”, se atrevió a afirmar.
“Lo que mi hija me decía es que Noelia se ponía triste cada 10 de mayo por la ausencia de su madre, pero nada más”, dijo.
Los rostros y expresiones de “no lo podemos creer” fueron consecutivas. Hoy la familia Guerrero Cruz dio sepultura a los restos de Eva.
El ambiente en la calle Zumárraga, en García, es tenso; el aire levanta el dolor de los Guerrero Cruz y despierta cada vez más dudas sobre el caso.
Noé está detenido desde hace días, tras confesar que mató a su esposa y engañó a sus familiares, al hacerles creer que Eva se había escapado con otro hombre a Estados Unidos.
Entre los argumentos que dio sobre el crimen que cometió, reveló que no le gustaba que su esposa trabajara y fumara.
El caso salió a la luz, el pasado 18 de mayo, cuando los nuevos renteros del taller mecánico descubrieron los restos de la víctima, mientras limpiaban el lugar.
De acuerdo a la declaración que Noé dio a las autoridades, dijo que asesinó a su mujer tras una discusión; le dio un golpe en la cabeza con un fierro y la enterró.
Para mantener oculto el caso y no levantar sospechas de lo que hizo, pagó a una mujer para que llamara a casa y dijera que se encontraba bien de salud.
Ante la astucia para manejar la situación, María Elena, como otras vecinas, siguen en shock.
“Me duele que esté detenido, me duele. ¿Por qué dicen que él la mató? ¿Porque declaró? No lo creo… algo le hicieron, ¿lo amenazaron o qué?”, concluyó con lágrimas en los ojos e incrédula aún de que su vecino haya sido capaz de cometer un crimen.