“¿Que quieres?, ¿Qué los quite? Si los quito, al rato se van a volver a estacionar”, respondió el agente de Tránsito de la motocicleta 1190, al cuestionársele por qué permitía estacionarse en doble y hasta triple fila en el cruce de Washington y Dr. Coss, en el centro de Monterrey.
Dicen que la costumbre hace ley y cuando las autoridades no cumplen con su misión, los ciudadanos hacen lo que les viene en gana.
De lunes a viernes, la esquina de Washington y Dr. Coss es un caos vial impresionante. Ver autos en doble o triple fila, que ocupan los lugares para minusválidos o que obstruyen rampas, es el pan nuestro de todos los días.
Promover y fomentar en el Municipio o Estado los valores fundamentales y trascendentes del ser humano, así como el impulso del respeto a las reglas de convivencia, son los marcos de referencia de la Ley para la Promoción de los Valores y la Cultura de la Legalidad, que entró en vigor en marzo del 2007.
Sin embargo, la situación que se vive a diario en el área metropolitana es totalmente diferente a la ley que promueve el gobierno a favor de fomentar los valores y la cultura de respeto a los reglamentos.
EJEMPLO PALPABLE
Para comprobar con fotos lo que no es ningún secreto, los días 16, 17 y 18 de junio hice guardia en la esquina de Washington y Dr. Coss, donde se encuentra la oficina del Registro Civil.
Pese, a que a un costado se encuentra un enorme estacionamiento, las personas que acuden al registro se estacionan en doble o triple fila, incluso ocupando y obstruyendo los cajones designados para los automovilistas discapacitados.
“Yo solamente me encargo de cuidar los lugares para discapacitados, no siempre podemos estar cuidando eso”, argumentó Miguel Ángel García, agente de Tránsito de la patrulla 1190.
Esta situación limita el flujo vial de ambas calles, ya que a veces dejan un solo carril para circular, provocando cuellos de botella que nadie soluciona.
“La gente viene rápido, no se tardan más de 10 minutos”, señaló el “franelero” que hace negocio en ese lugar sin que nadie le llame la atención.
Juan Martínez, de 60 años, quien trabaja como vendedor de periódicos en ese punto, ha observado decenas de choques en ese crucero.
“¿Ya viste?, ahorita iba a haber un choque ahí, y Tránsito no hace nada”, señaló.
Con fotografías y testimonios, se le hizo saber de la problemática a Héctor Treviño González, Director de Tránsito de Monterrey.
“Desde mañana va haber una persona ahí que se encargue de vigilar. Ni mal estacionado, ni en doble, ni en triple fila. Es más, voy a poner una grúa también, para que haya más respeto, aparte del señor oficial, que tienen que respetarlo”, aseguró Treviño González.
Para comprobar las palabras del funcionario público, acudí a las 9:20 horas del día 19, pero la situación fue la misma, el caos, pan de cada día, se hizo presente ante los agentes que circulaban sin detenerse.
A las 9:53 horas llegó la unidad 1010, con dos agentes que se estacionaron frente a una taquería, metros después de Registro Civil. En un lapso de 32 minutos quebrantaron la ley por omisión, ya que comieron y se retiraron sin infraccionar a nadie.
La sorpresa de la situación fue que había un tercer elemento de Tránsito junto a la patrulla, que se retiró en un auto particular estacionado !en doble fila!
La problemática que a diario pone en riesgo a los peatones que transitan por el lugar, deja en claro que las reglas son rotas hasta por quienes tienen la autoridad para cuidar el orden vial.