El Colegio de Bachilleres Militarizado Mixto cuenta con un plan de estudios a tres años con orientación en Administración y es de tiempo completo, integrado con materias del plan homologado por la Secretaría de Educación Pública, y algunas de la Secretaría de la Defensa Nacional como Legislación Militar, Historia Militar, Defensa Personal, entre otras.
Para “arreglar” la conducta de los jóvenes “rebeldes” que viven en zonas vulnerables, el pasado mes de septiembre el gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez, propuso la creación de una preparatoria con disciplina militar.
Ocho meses después, el plantel ya es una realidad.
Ubicado en San Bernabé VIII sector, a espaldas del Macrocentro Comunitario, el Colegio de Bachilleres Militarizado Mixto “General Mariano Escobedo” arrancó su primer ciclo escolar el 15 de febrero del 2017 con su generación piloto.
El plantel inició sus labores con apenas un edificio de ocho aulas y una amplia cancha con un Asta Bandera. Actualmente se encuentra en construcción la ampliación del plantel, el cual permitirá albergar hasta a 600 alumnos.
Esta es la primera de cuatro instituciones más que se estiman sean construidos en el lapso de un año.
De acuerdo con el director, el General retirado José Manuel Zozaya, en agosto del 2017 abrirá sus puertas el plantel de San Nicolás y se estima que en 2018 entre en funciones las preparatorias en Escobedo, Juárez y Montemorelos.
“La pretensión es tener cinco mil alumnos en un año; es cuestión de infraestructura. El gobernador ya instruyó a las instancias a trabajar, ya tenemos los terrenos en los municipios, ya hay actas en Cabildo dándonos el comodato de los previos para la construcción de nuestros planteles… obviamente hay que pasar los procesos de licitación de la obra, conforme a la ley, pero una vez que se cumpla y termine la obra, vamos a estar dentro de unos nueve meses”, señaló en entrevista a Hora Cero.
El Colegio de Bachilleres Militarizado Mixto cuenta con un plan de estudios a tres años con orientación en Administración y es de tiempo completo, integrado con materias del plan homologado por la Secretaría de Educación Pública, y algunas de la Secretaría de la Defensa Nacional como Legislación Militar, Historia Militar, Defensa Personal, entre otras.
La planta de maestros está integrada tanto por militares como civiles, y cuenta con una plantilla de 35 personas, entre personal administrativo, maestros, y demás trabajadores.
La palabra “disciplina” es lo que rige la educación en el plantel.
“La disciplina permite hacer las cosas, no vamos a discutir si se puede o no o si se quiere o no; se van a hacer las cosas, eso nos permite avanzar constantemente sin obstáculos.
“Los muchachos a veces divagan, no están seguros de ciertas cosas, las evaden, no toman el toro por los cuernos, por su propia juventud y adolescencia en muchos casos, y aquí encuentran el entorno ideal para ser llevados de la mano a metas correctas”, dijo.
“NO ES PARA TODOS”
De los 200 alumnos que arrancaron en la generación piloto, quedan 169. Muchos no resistieron la presión de la disciplina militar.
“Parece fácil, pero no lo es”, mencionó Zozaya, “por eso aplicamos un examen psicológico de aptitud, porque no todas las personas tienen esa capacidad”.
Explicó que la disciplina requiere una vocación y preparación mental de los estudiantes, además de una adaptación para someterse ante la autoridad de sus superiores.
“Desde luego aquí no podemos llegar a los extremos de la vida castrense, es decir, de los soldados profesionales. Pero si no somos endebles como en otros lugares, existe un grado de rigidez y la manera de imponer los criterios de los superiores sobre los muchachos que están en formación”, dijo.
Esta falta de adaptación ante las normas disciplinarias y las exigencias académicas y de preparación física han ocasionado la deserción de varios estudiantes.
En la escuela no sólo se les exige un buen desempeño académico, también cumplir con un reglamento de conducta, limpieza y respeto a los maestros.
“Todo este gran marco disciplinario que norma todas las actividades cotidianas aquí permite que apliquemos los ejes de lo que es nuestro sistema: la educación de cultura general, conocimientos teórico-prácticos que conlleva el plan de estudios similar a cualquier otra preparatoria, los conocimientos castrenses que nos dotó la Secretaría de la Defensa Nacional, y el eje fundamental que es los valores éticos y morales”, indicó.
Las faltas a los códigos de la escuela pueden provocar desde castigos hasta la baja del plantel.
El director mencionó que la escuela cuenta con un Consejo de Honor, el cual está integrado por él, dos maestros y dos alumnos elegidos por sus compañeros, el cual se reúne en caso de que un alumno tenga que ser evaluado.
“Se procede como si fuera un juicio oral, alguien habla de todo lo negativo y alguien habla de lo positivo, y los cinco integrantes deliberan como pares, tienen voz y voto para lo que haya que resolver.
“Ahí se puede determinar que alguien no merece estar aquí. No podemos expulsar, lo que sí puedo hacer, es que levantada el acta de esa sesión, donde todos estamos de acuerdo en que no es apto, hacerlo de conocimiento al señor Secretario de Educación para que él determine en el ámbito de sus facultades cual es el lugar en el que debe estar ese muchacho, que no es apto para una educación militarizada”, explicó.
Una vez superado el periodo de adaptación, mencionó Zozaya, los jóvenes muestran un gran entusiasmo por aprender. Y en los pasillos del plantel se puede atestiguar.
Ya sea en su hora de descanso, de comida y la hora de educación física, los jóvenes salen al patio, corren, ríen, juegan y se divierten.
“La disciplina no es sinónimo de tristeza, de seriedad absoluta, nada de eso, la disciplina es compatible con la alegría, el deporte, la risa. Hay momentos para todo, habrá momentos que tendrán que ser serios, pero habrá momentos en que podrán jugar y reírse, son jóvenes y es natural. El ejército quiere gente que aporte, que piense que sea activa.
“La disciplina no es no tener deseo de divertirse, es saber cuándo y en donde”, mencionó.
DISCIPLINA AYUDA
A LA FORMACION
El día a día de los jóvenes estudiantes inicia a las siete de la mañana, su hora de entrada. La primera actividad del día es izar la Bandera y se le rinden los honores correspondientes.
Posteriormente pasan al comedor por su desayuno (proporcionado de forma gratuita), hacen instrucción, marchan en la explanada y comenzar sus clases normales.
Al filo del mediodía regresan al comedor para la comida, y sus clases continúan hasta las cinco de la tarde, hora en la que practican deporte en el Macrocentro comunitario, con quien se tiene un convenio para el uso de todas las instalaciones.
Se rinden honores a la Bandera para arriarla, se introduce en su nicho y los jóvenes dan por terminado su día a las 18 horas, a menos que sus bajas calificaciones requieran de tutorías extra, que se brindan después de la hora de salida.
“Aquí lo que hacemos es que al término del día académico, se reúnen una o dos horas más aquellos que tienen alguna deficiencia, y se quedan también algunos docentes para orientarlos o algunos oficiales y ahí están, tratando de ponerse al día en la medida de esto”, dijo.
Zozaya explicó que académicamente han tenido muchas deficiencias por el pobre desempeño de los jóvenes, el cual fue detectado gracias al examen de diagnostico general que se les aplicó al inicio de clases que arrojó un resultado poco satisfactorio.
“Tenemos un distinguido cuerpo docente y estamos trabajando y lo vamos a solventar. Estamos trabajando primero que nada para ponerlos donde deben de estar y en eso estamos”, mencionó.
LOS BENEFICIOS
DE LA EDUCACIÓN MILITAR
Para Zozaya, además de que los jóvenes contarán con una buena formación académica, una de las principales ventajas de estudiar en el plantel es que no tiene costo alguno.
“El Gobierno de Nuevo León dispuso y así se está haciendo, se les da el desayuno y comida, de buena calidad, nutritivo, se les da el vestuario gratuito y tenemos maestros de excelencia.
“Es esa combinación, esa simbiosis, de todos esos aspectos permite tener una escuela que yo me atrevería a señalar como alto rendimiento, sin ser su clasificación pero esa es la aspiración y en eso estamos”, aseguró.
Otra de las ventajas, comentó, es que al terminar sus estudios, los jóvenes reciben su cartilla del Servicio Militar, y en el caso de las mujeres, una constancia que las acredita como voluntarias del Servicio Militar Nacional.
Zozaya destacó el convenio que la preparatoria tiene con la Secretaría de la Defensa Nacional, en la que los mejores tres estudiantes del plantel tienen pase automático a las escuelas superiores militares, como el Heroico Colegio Militar o la Escuela Militar de Aviación, si así lo desean.
NUEVO PERIODO
DE INSCRIPCIONES
El Colegio de Bachilleres ya alista los preparativos para las inscripciones de los alumnos de nuevo ingreso,
El periodo de inscripciones culminó el 8 de mayo y los exámenes de admisión, que consisten en pruebas psicológicas, físicas y culturales, se realizaron del 9 al 12 del mismo mes.
Algunos de los requisitos para entrar es tener entre 15 y 18 años, haber concluido la educación secundaria sin adeudo de materias.
“Tengo la certeza que de estas aulas van a salir algunos de los mejores ciudadanos que haya tenido Nuevo León en su historia”, aseguró el director del plantel. v