“Feliz día! Te Amamos y Extrañamos Papá (sic)” reza un mensaje escrito sobre la barda que sostiene las 52 cruces en honor a las víctimas del Casino Royale, en la parte frontal del inmueble semiresanado.
A dos años del peor atentado contra civiles en Nuevo León las heridas emocionales permanecen abiertas y la resignación es un medicamento que no ha surtido efecto en todos los deudos, quienes se niegan a aceptar el adiós involuntario que dieron el 25 de agosto de 2011.
Al golpe emocional se le sumó la adversidad económica, ya que algunas víctimas eran pilares de sus hogares. Hoy, la crudeza financiera se revive a través de una “indemnización insuficiente” ofrecida por Entertainment Enterprise of Mexico, dueña del Casino Royale.
La compañía ofreció cinco millones de pesos para los deudos, quienes recibirían poco más de 96 mil pesos por pariente fallecido; sin embargo, el descontento de los familiares de las víctimas no se hizo esperar y a la brevedad anunciaron que rechazarían la oferta al asegurar que incumple con lo establecido por la Ley de Víctimas Federal, acorde a la vocera de los deudos, Samara Pérez.
Aunque tardía, la compañía ofreció la indemnización a los deudos y pidió una disculpa por la demora bajo el argumento de estar a la espera del fin de las indagatorias, pero el monto ni la intención convenció a los parientes de las víctimas, quienes desde un día posterior a la tragedia buscan tener un encuentro con el dueño del inmueble, sin tener respuesta hasta el momento.
El 25 de agosto de 2013 se cumple el segundo aniversario de la tragedia que sacudió a Nuevo León, el día en la que la sociedad regiomontana conoció la barbarie y reforzó su solidaridad.
A dos años de distancia la justicia parece asomarse a la vida de los deudos, pero tal parece que aún pasará tiempo para que la conozcan en su totalidad.