
Considerada la cuarta causa de muerte en Nuevo León, la diabetes es una enfermedad crónico-degenerativa que daña considerablemente órganos y tejidos de quien la padece.
Orina excesiva (polidipsia), necesidad de comer de forma anormal (polifagia), constante sed (poliuria) y pérdida de peso sin motivo, son conocidas como las cuatro “P” de la diabetes y son los signos que indican que una persona tiene el padecimiento.
De acuerdo a la encuesta de Salud y Nutrición de Nuevo León, en el periodo de 2015-2016, el 13.2 por ciento de los habitantes en la entidad tenían la enfermedad.
La información proporcionada por la Secretaría de Salud estatal también indicó que en el 2011-2012 las personas con diabetes representaban el 14.8 por ciento de la población, con lo que se logró una reducción de 1.6 por ciento.
Sin embargo, la diabetes sigue representando la cuarta causa de muerte en la población de la entidad que cuenta con 5 millones 120 mil habitantes (Inegi 2015).
“La diabetes es una enfermedad catastrófica que produce muchos problemas, primero circulatorios, ceguera, problemas cerebrales, produce infartos en el corazón e insuficiencia renal.
“También causa el problema circulatorio periférico que produce lo que es el pie diabético que a veces se llega hasta amputaciones”, informó Gilberto Montiel Amoroso, subdelegado Médico del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste).
El también ex secretario de Salud en la entidad indicó que la enfermedad es catalogada como pandemia mundial y también se deriva del rápido aumento de peso, la obesidad y la inactividad física además del elevado consumo de bebidas gaseosas, el alcohol y la carga energética.
Existen tres tipos de diabetes que es la Tipo 1, conocida como diabetes juvenil o insulino dependiente, la cual se desarrolla cuando el organismo no produce insulina y se presenta generalmente antes de los 30 años de edad.
La Tipo 2, que es la más común y se caracteriza por los altos niveles de azúcar en la sangre debido a que el organismo no emplea de manera adecuada la insulina, es relacionada con la obesidad y el sobrepeso y ataca principalmente a los adultos.
Finalmente la gestacional la cual se presenta durante el embarazo, con la cual se cree que debido a las hormonas del embarazo se reduce la capacidad que tiene el cuerpo de utilizar y responder a la acción de la insulina.
AUMENTAN CASOS
El número de diabéticos que se atienden en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado aumentó un 4 por ciento, informó el doctor Montiel Amoroso.
El subdelegado médico dio a conocer que la población del Issste es de 250 mil derechohabientes, de los cuales 11 mil 540 son diabéticos.
De acuerdo a las estadísticas proporcionadas por el Instituto, en el periodo de enero-octubre 2016 se realizaron 42 mil 977 detecciones a fin de brindar tratamiento oportuno a quienes resultaran con la enfermedad.
De esa cantidad se encontraron 4 mil 470 casos sospechosos y se confirmaron 248 casos.
Mientras que de 31 casos complicados, cuatro perdieron la vida a causa del padecimiento.
“Existe un programa para el control de la diabetes que se llama Mide con el que se hacen pruebas de sangre para conocer casos sospechosos y de ahí avanzamos a una prueba de la detección de hemoglobina glucosilada”, explicó el subdelegado médico.
De acuerdo a Montiel Amoroso la hemoglobina glucosilada consta de una prueba de sangre más sofisticada que permite sacar un valor para conocer el estado del paciente tres meses atrás.
El Issste cuenta con tres unidades de medicina familiar ubicadas en Escobedo, Guadalupe y el Hospital Constitución donde constantemente se realizan las pruebas de control y detección oportuna.
“A pesar de las acciones que hemos hecho, a pesar de tratar de instruir a la gente para modificar su estilo de vida, no hemos logrado poder controlar el tema de sobrepeso, obesidad y diabetes”, lamentó.
Para ello, explicó que se debe asesorar a los pacientes a modificar considerablemente su estilo de vida, a motivarlos para que bajen de peso, así como proporcionar educación nutricional y promover la actividad física.
En las unidades de medicina familiar se ofrecen pláticas mensuales con grupos de autoayuda abierto para todo diabético.
“Se intercambian tips de dietas, ejercicios, medicamentos y es algo que les sirve de aprendizaje para conocer cómo viven las demás personas que también tienen su condición”, expresó.
Actualmente se reúnen entre 15 y 25 personas, pero los mismos asistentes se encargan de reclutar a nuevos miembros.
Cabe destacar que los grupos de autoayuda que se ofrecen cuentan con certificados a nivel nacional por la Secretaría de Salud, así como por el Issste.
Por otra parte, la promoción o información para combatir la diabetes también la promueven mediante murales, videos y trípticos, ya que los consideran un tema prioritario en el sector salud.
“Tratamos de hacer nuevas alianzas, nuevas estrategias para tener mejor control de los diabéticos, porque es un problema serio, una pandemia mundial y estamos muy preocupados”, aseguró el médico.
FALTA CULTURA
Para poder disminuir el porcentaje de diabéticos en la población, Montiel Amoroso compartió que se debe trabajar más a fondo con los niños de la entidad.
Ya que el hecho de inculcarles buenos hábitos alimenticios, a incluir en su dieta las frutas y verduras, además de disminuir considerablemente el consumo de comida chatarra, rendirá frutos en el futuro.
“Nos falta cultura, somos muy desordenados, estamos muy contaminados por los americanos, por la comida rápida y desgraciadamente estas comida son de un alto nivel calórico y de mucha grasa”, comentó.
El consumismo y los avances en la tecnología son factores que caen en el sedentarismo del cual se deriva que las personas prefieran la comida rápida y no realicen ejercicio.
Para lograr concientizar a los pequeños, se han realizado campañas por parte de la Secretaría de Educación y de la Secretaría de Salud que trabajan bajo el programa “escuela saludable”.
Bajo este programa se invita a las diferentes instituciones médicas a impartir pláticas con los pequeños, para que conozcan la importancia de la sana alimentación.
“Los pediatras que son los que tienen el primer contacto con los pequeños, deben inculcar a los padres de familia a realizarles chequeos a sus hijos, mínimo cada seis meses, para que cuando se conviertan en jóvenes y adultos ya traigan la cultura de la prevención”, enfatizó.