Después de superar una campaña electoral plagada de guerra sucia en su contra e indiferencia de los medios de comunicación de Nuevo León, el 7 de junio Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco” se convirtió en el primer gobernador sin partido en la historia de México.
Tres meses atrás, el nombre del ex alcalde de García era más conocido por sobrevivir a los atentados cuando estuvo al frente del municipio, que por las posibilidades que tenía para entrar en competencia para llegar al Palacio de Cantera.
Pero fiel a sus orígenes humildes y al gusto por los caballos, “El Bronco” empezó la carrera ligeramente abajo de su principal contrincante, Ivonne Álvarez García, a quien en tres meses la alcanzó, la rebasó y la venció con casi 20 puntos de diferencia.
Mientras el PRI y PAN se desgastaban en ataques, el oriundo del ejido “Pablillos” de Galeana, canalizó el hartazgo ciudadano hacia los partidos políticos en simpatías electorales para su proyecto independiente que fue creciendo desde comienzo de la campaña.
En el conteo final de la Comisión Estatal Electoral (CEE), “El Bronco” logró el 48.8 por ciento de los sufragios, una cifra insuperable, aún sumando los votos de Álvarez (23.5 por ciento) y del panista Felipe de Jesús Cantú (22.5 por ciento), del PRI y PAN, respectivamente.
Y llegó la mañana del 7 de junio. Luego de tres meses de actividades proselitistas, de estar a la defensiva por los ataques de las tres televisoras privadas y algunos medios impresos contra él y su esposa, el puntero -con amplio margen- en las encuestas de Hora Cero tuvo oportunidad de relajarse con uno de sus pasatiempos: montar a caballo.
En la mañana del domingo de las elecciones históricas, apenas amanecía en la mancha urbana de Monterrey cuando Rodríguez Calderón salió de su casa y se dirigió al Lienzo Charro de García, ubicado en el casco antiguo de la población conturbaba.
En el lugar se encontraba “Donatello”, uno de sus caballos favoritos a quien ese día lo rebautizó como “Gobernador”, como si se tratara de una premonición y un premio a dos años de lucha contra de su propio partido, pero sobre todo con el rechazo a sus planes de Rodrigo Medina de la Cruz.
Después de montar a caballo por unos minutos, “El Bronco” se declaró confiado en salir vencedor en la contienda electoral y sentenció: “Si los nuevoleoneses salen a votar hoy acabaremos con el bipartidismo”, un logro que corroboró tan pronto comenzó el conteo de actas en la CEE.
En efecto, la cita con la democracia convocó al 58.9 por ciento del padrón electoral de Nuevo León, muy por encima del 47 por ciento de la media nacional.
Al terminar de montar a caballo por cerca de una hora y media, alrededor de las 10:30 horas Rodríguez Calderón se marchó a su casa a descansar, y aunque se esperaba que sostendría un almuerzo con sus colaboradores y medios de comunicación, al aspirante independice se encapsuló.
No se le vio hasta después de mediodía, cuando arribó a votar a la casilla 346 contigua, ubicada en la Escuela Primaria “Serafín Peña” de la Colonia José Páez.
Entre tumultos de la prensa local, nacional y extranjera que perseguía en todo momento al candidato “del que todo el país hablaba”, el aspirante volvió a mostrarse confiado a la mitad de la jornada, aunque destacó algunas acciones intimidaciones por parte del Estado para inhibir el voto.
Sin embargo, nada impidió que la ciudadanía cumpliera con su obligación democrática, ni el partido de fútbol de México contra Brasil.
Minutos después de las 18:00 horas, cuando las casillas cerraron, las primeras encuestas de salida no sólo daban la ventaja al aspirante sin partido, también lo distanciaban de su más cercana contrincante tricolor.
Mientras que en un céntrico hotel, la priísta Álvarez García señalaba tener “una ligera ventaja” según algunas encuestadoras de salida, otras cifras la contradecían, como la de El Norte que le daba un 46 por ciento por 29 de la candidata tricolor.
Conforme avanzaron las horas, la sala F del piso 8 de centro de convenciones se atiborró de periodistas, familiares y simpatizantes de “El Bronco”, quienes ya soboreaban el triunfo histórico e irreversible del independiente.
Cerca de las 20:00 horas, Rodríguez Calderón llegó a emitir sus primeras declaraciones tras el cierre de casillas.
Ahí, acompañado de su familia y del ex candidato de Movimiento Ciudadano, Fernando Elizondo Barragán con quien formó la “Alianza por la Grandeza de Nuevo León”, anunció que esperarían los resultados oficiales, pero que la tendencia le daba el triunfo.
Luego de un discurso de cerca de 20 minutos se convocó para festejar en la Macroplaza, donde el futuro gobernador convocó a más de 12 mil personas a celebrar la derrota del bipartidismo.
Entre música, banderolas que ondeaban y fuegos pirotécnicos, el espectáculo no enmarcaba la victoria de un equipo de fútbol. Era la victoria de una lucha civil que unió a generaciones y todas las clases sociales… en la ilusión de crear un nuevo gobierno ciudadano.