
¡Ya no cabemos ni en los panteones!, es una afirmación que en ocasiones se escucha entre la población, y es que ante el desmedido incremento de la ciudadanía, ya hasta los panteones tienen sobrecupo.
Sin embargo, hay quienes han optado por abrir paso a las nuevas generaciones en el camposanto, cediendo sus terrenos al mejor postor.
Tradicionalmente, los espacios de los panteones son adquiridos a prepetuidad, pero para algunos este termino podría no ser tan exacto, y es que el cambio de interés o el simplemente aprovechar la plusvalía que ha adquirido el terreno, son motivo suficiente para que nuevos moradores descansen en paz.
Panteones como El Carmen y Dolores en el centro de Monterrey, ponen muestra de que ha pesar de la gran cantidad de difuntos que habitan ahí, aún hay espacio para algunos más.
SE VENDE
Esta frase reza en una de las tumbas ubicadas en el panteón Dolores. El pequeño predio se ubica en buen lugar, justo a un lado de la avenida que atraviesa el camposanto.
Dibujada con tinta negra y acompañada de un número telefónico, avisa que esta disponible para recibir a nuevos moradores. Esta maltratada, de eso no hay duda, incluso una tira con la leyenda “precaución”, advierte de su mal estado.
Salta a la vista que junto a los datos que anuncian su comercialización, aún se puede observar que ahí descansaron integrantes de la Familia Guerra Miranda.
¡Buen día!, Mire, hablo para pedir información respecto a la tumba que tienen en venta en el panteón Dolores..
“Pues mire estamos pidiendo 60 mil pesos por ella”, dijo del otro lado de la línea quién se identificó como Pedro Rangel.
El vendedor señaló que el terreno ya se encuentra desocupado, y tiene ya más de dos años en esa condición.
“Pues ya con todo serían los 60 mil pesos que queremos, más mil 500 pesos para hacer el cambio de título, eso se hace ahí mismo en el panteón”, aseguró Rangel.
Al cuestionársele respecto a los nombres que aparecen en la lápida, dijo que ellos eran los anteriores dueños, quienes le traspasaron todos los derechos.
Los datos inscritos sobre la tumba señalan que funcionó como última morada para cinco personas, mismas que dejaron de existir en los años de 1943, 1957, 1972, 1989 y 1994.
Rangel agregó que además de este terreno, tiene otro más en venta dentro del mismo panteón, aunque por este pide 55 mil pesos. La administración del lugar dijo que cada propietario esta en la libertad de realizar ventas de sus propiedades cuantas veces lo desee, situación en la que ellos no tienen injerencia.
PARA ALGUNOS ES SAGRADO
Entre entierros y monumentos, transcurren los días de trabajo de Juan Valdez, quién desde hace 10 años labora en el panteón del Carmen.
Juan explica que entre las tumbas más visitadas del lugar se encuentran la de los Garza Sada y Raúl Caballero, a quienes se les recuerda con un homenaje cada año. Con la misma suerte corre la del Padre Raymundo Jardón, quién a pesar de que sus restos ya no están ahí, tiene visitas de manera constante.
Para los que se “olvidan” de sus muertos
Aunque aún no está disponible en México, ya existe un dispositivo que permitirá seguir en contacto con tus parientes ya fallecidos. Los japoneses crearon una tecnología en la que mediante los aparatos de telefonía celular, se pueden escanear tumbas con códigos de barras, a través de las cuales se verán fotos y otro tipo de información de quienes ya se adelantaron en el camino.
En Japón es común utilizar los códigos de barras para cargar mapas en los móviles, y no es raro verlas impresas en tarjetas de negocios o folletos, por lo cual, ahora la idea es que en la parte interna de las piedras, se ubique el código, al cual sólo quienes tengan llave podrán acceder.
De esta forma, quienes visiten al difunto pueden ver fotografías y diferentes artículos relacionados con la persona fallecida que ahí yace.
Otra de las peculiaridades es que fácilmente podrá identificarse quienes son los parientes que se han olvidado de él, y es que el código de barras permitirá saber quienes han acudido a la tumba y quienes nunca han hecho presencia en el lugar.