
El débil liderazgo del actual titular de la Simeprode, aunado a la falta de pago de los municipios y el nulo interés del Gobierno Estatal, han contribuido al colapso gradual de la dependencia, que enfrenta una deuda millonaria y un futuro desolador.
Jorge Padilla Olvera, quien hasta el 2009 dirigió esta empresa, afirma que para mantenerla vigente se necesita ponerle interés, evitar los robos internos y presionar a los deudores para que paguen.
“Sí, está en un profunda crisis. Yo recibí una cartera de 70 u 80 millones de pesos por cobrar y la entregué en 40 millones de pesos aproximadamente”, indicó Padilla Olvera.
De ser el “orgullo” de la Semarnat, ahora el organismo atraviesa por una severa crisis y su dirigente, Ovidio Elizondo Treviño, al parecer no tiene la solución.
Desde 2009, el rumbo del Sistema Integral para el Manejo Ecológico y Procesamiento de Desechos cambió con la llegada de Elizondo Treviño a la dirección del sistema. La cartera se incrementó a 200 millones de pesos, la maquinaria y los programas que dejó vigentes el ex director se han deteriorado o ya no se llevan cabo.
“Si no les cobras, no te pagan, así de sencillo. ¿Dónde está el director comercial? que vaya con el tesorero o secretario de Finanzas a cobrarles y ¿dónde está el director general de Simeprode para hablar con el alcalde?; eso es parte de su trabajo, si no lo hace, no le van a pagar”, expresó.
Aunque hace unas semanas el director del Simeprode responsabilizó a los municipios que integran la zona metropolitana del déficit que ha tenido la dependencia a su cargo, Padilla Olvera dijo que el problema recae en Elizondo Treviño y en el Gobierno Estatal.
“No hay interés de la directiva por cobrar y es lo que mantiene a la Simeprode. Yo iba a cobrarle personalmente a Maderito o a Margarita (Martínez) y el hostigamiento era mi manera para que me pagaran, incluso les amenacé con suspender el servicio, pero nunca lo hice”, dijo el ex funcionario.
Reconoció que se tardaron entre dos o tres meses para liquidar las deudas mensuales pero nunca se postergó el pago por tres años. Agregó que estar tras ellos para recibir las aportaciones correspondientes, ayudó al adecuado funcionamiento del sistema.
Sin embargo, detrás de la directiva, el organismo tiene un consejo de administración, integrado por el gobernador de Nuevo León, el tesorero del estado, el secretario de Gobierno y el de Desarrollo Sustentable, que tiene injerencia para solucionar la problemática que enfrenta el sistema.
“El consejo es la autoridad porque el director General no tiene ni voz ni voto. El presidente es el gobernador y es responsabilidad de él, pero no les da ni un quinto; debería de intervenir pero no les interesa, nunca les ha interesado”, manifestó Padilla Olvera.
Sugirió que el Consejo debe “meter mano y pedir cuentas” en las juntas que se deben hacer por ley, dos veces al año y en donde se presentarían los balances administrativos para tener precisión respecto al dinero.
“Se tienen que informar las entradas y salidas pero nunca les interesa, llega el directivo nuevo y si hay deudas, el alcalde nuevo va a decir que le cobren a la administración anterior”, comentó.
Ante el panorama desalentador que protagonizan los tres niveles de Gobierno en torno al Simeprode, Padilla Olvera reiteró que “no hay liderazgo, no hay interés y no hay transparencia” en el manejo de los recursos.
La generación de recursos sin necesidad de pedir prestado o robar, mencionó, fue una de las características de su gestión, asegura, con las que obtuvo beneficios y reconocimientos para el sistema que en su momento recibió la visita de jefes de Estado de la Unión Americana y otros países.
“Yo me siento muy satisfecho porque nunca en mi vida había recibido tantos reconocimientos, ni tanta satisfacción profesional como la que tuve en Simeprode, sin pedir prestado, sin pedir aportaciones del gobierno. De dónde hubiera sacado todo eso, si no fuera sin evitar el robo; lo que necesitan es ponerse a jalar y dejar de robar”, apuntó.
Durante los tres años que estuvo al frente del sistema, confesó, “fue un dolor de cabeza” dirigir el organismo, pues “la gente de Nati, los priistas, trataron de tumbarme porque no robé y no los dejaba robar; les estaba quitando un botín”.
Fuera de lo que le tocó vivir al frente del Simeprode, Padilla Olvera señala que cuando recibió el organismo de manos de Ovidio, ya había problemas pero no eran tan complejos como en la actualidad.
“Yo cuando la recibí del mismo Ovidio, sí estaba desastroso, pero no como me platican que está ahora. No he visto los números, pero la raza me ha dicho que el equipo se está echando a perder, que los camiones están tirados o desbaratados, hay puras llantas viejas, se despidió personal y no se saca basura como antes, cuando ahora se genera más; me supongo se están robando y se están quejando del tipo”, apuntó.