Buscando ahorrarse unos pesos, existen personas que deciden contratar los servicios de guías sin certificación que los llevan a los recorridos de aventura en la zona montañosa de Nuevo León. La decisión puede salir muy cara, pues los riesgos de un accidente son altísimos, advirtieron autoridades del ramo quienes detallaron qué es lo que se tiene que cuidar al momento de escocer a un tour operador.
A sus 29 años de edad, Evelyn se considera una persona con buena condición física. Sale a correr, acude regularmente al gimnasio, hace yoga e intenta comer sanamente. Por ello, cuando unos amigos le propusieron contratar los servicios de unos guías para realizar un recorrido de aventura por la zona montañosa de Matacanes, en el municipio de Santiago, Nuevo León, no dudó en aceptar.
Lo que esta diseñadora gráfica no sabía, es que esa iba a ser una de las peores decisiones que ha tomado en su vida.
Tras un mal descenso en una pequeña cascada, su tobillo derecho se quedó atorado en una piedra, provocando que todo su cuerpo se fuera hacia adelante generando a la extremidad una fuerza imposible de resistir. El resultado: una triple fractura.
Ahí fue cuando inició un viacrusis de casi 10 horas de duración, en el que no obstante lo grave de su lesión, debió de descender de la montaña sin más apoyo que un vendaje mal hecho y en los brazos de quienes quisieron ayudarla.
De acuerdo al relato de Evelyn, los guías que contrataron para llevarlos por las montañas y cataratas de esta parte de Nuevo León no contaban con los mínimos conocimientos de primeros auxilios para apoyarla.
Incluso, ninguno de ellos llevaba consigo un botiquín de primeros auxilios que le hubiera permitido inmovilizar el tobillo fracturado. Lo más que le ofrecieron fue un vendaje y muchas pastillas para el dolor.
La experiencia de esta joven no es única. Conforme avanza la temporada del turismo de aventura en el municipio de Santiago -que inicia el próximo mes de marzo-, decenas de personas acuden a los centros médicos de la zona conurbada para atenderse por lesiones ocurridas durante los recorridos de aventura.
Tan comunes son los percances, que Protección Civil de Nuevo León registra, al menos, una persona lesionada por semana.
“Normalmente nosotros estamos preparados para brindar al menos una atención cada fin de semana. Estamos hablando de que puede ser desde una lesión que se atiende en el lugar, un traslado al hospital en ambulancia y hasta un rescate en helicóptero”, aseguró Miguel Perales, subdirector Operativo de Protección Civil en la entidad.
Además de los riesgos que conllevan estos recorridos de aventura, el peligro aumenta con la existencia de muchos “guías piratas”, quienes no cuentan con la preparación o el equipo necesario para llevar personas a estos paseos serranos.
La existencia de estos guías se incrementa pues buscando ahorrarse unos pesos, hay quienes contratan sus servicios pasando por alto que estas personas no están preparadas para actuar en caso de un percance.
Incluso, muchos de estos guías aceptan llevar a personas que no tienen la condición física mínima necesaria para realizar un recorrido que, en el caso de Matacanes, dura entre 8 y 10 horas.
La condición física es necesaria pues este tour contempla dos descensos a rápel de 27 y 15 metros, nadar en dos ríos subterráneos, realizar más de 20 saltos de alturas de entre uno y 12 metros, además de lanzarse en varios toboganes naturales.
De acuerdo a la Secretaría de Turismo en Nuevo León, quienes ofrecen los servicios de turismo de aventura se conocen como tour operadores, y deben de contar con una serie de permisos y regulaciones para poder realizar esta actividad.
De entrada, tienen la obligación de estar inscritas ante el Registro Nacional de Turismo a cargo de la Secretaría de Turismo Federal.
De acuerdo a los datos oficiales, doce compañías con sede en Nuevo León cumplen con esta obligación.
En el caso de los tour operadores, para poder estar en este registro tienen que haber presentado un formato firmado por el propietario o representante legal, estar dados de alta con la Secretaría de Hacienda, mostrar un documento que acredite la actividad lícita del prestador de servicios turísticos, identificación oficial del promovente y, en el caso de personas morales, el acta constitutiva de la empresa.
Además tienen que contar con un domicilio físico y para demostrar que lo tienen hay que presentar un documento que acredite la legal posesión o uso del inmueble donde se realiza la actividad, comprobante de domicilio y el Certificado IMMEX, emitido por Secretaría de Economía federal.
Además estas empresas tienen que asegurarse que sus guías cuentan con los conocimientos básicos de primeros auxilios, rescate en montaña, uso de cuerdas y supervivencia, además de que el equipo que proporcionan a los clientes esté en buenas condiciones y sea de calidad.
De acuerdo al portal de internet de la Secretaría de Turismo en Nuevo León, los tour operadores certificados deben de proporcionar a sus clientes un equipo de seguridad que consiste en: traje de neopreno, arnés de cañón, chaleco salvavidas, sistema de descenso, casco y cuerdas.
Además, deben de darle a sus clientes un seguro de gastos médicos en caso de accidente y, antes de iniciar el recorrido, tienen que aplicarles un cuestionario para conocer su estado físico y detectar si cuentan con alguna enfermedad crónica como diabetes, presión alta o baja o sufren de alguna lesión.
Quienes no cumplan con todos estos requisitos están operando fuera de la ley, por lo que representan un riesgo para quienes decidan contratarlos.
Desde el 2012 Christian Faz es propietario de Kongo, una de las doce empresas que sí están autorizadas para ofrecer tours de aventura en la entidad. En entrevista, aseguró que una de las formas más sencillas de ubicar a un “guía pirata” es por las tarifas en las que ofrece sus servicios.
“Una alerta son los precios, quizás el cliente puede tomar la decisión de contratar a alguien porque es muy barato, pero lo barato sale caro y la gente tiene que saber que en la industria existen precios máximos y mínimos para los tours y hasta la promociones, es muy obvio cuando ves a alguien que ofrece paquetes por debajo del precio mínimo que, en el caso de lo más básico, es de mil 250 pesos por persona.
“Si alguien llega a encontrarse con alguien que está ofreciendo sus servicios por menos de esta cantidad, seguramente no está registrado ante la Secretaría de Turismo y no tiene su certificación y permisos”, aseguró.
UNA TERRIBLE EXPERIENCIA
El próximo mes de marzo se cumplirá un año de que un grupo de amigos invitaron a Evelyn a unirse al grupo que haría el recorrido de aventura en Matacanes, en el municipio de Santiago, Nuevo León.
La idea era atractiva: caminar juntos por la zona serrana de Nuevo León, deslizarse sobre las cascadas, lanzarse clavados de varios metros de altura y disfrutar las bellezas naturales de este popular paseo.
Buscando disfrutar con la mayor seguridad posible la experiencia, el grupo de amigos contrató los servicios de unos guías que alguien les recomendó y quienes, se suponía, estaban totalmente capacitados para llevar grupos a través del agreste paseo.
A nadie le pareció sospechoso que el guía solamente les cobrara 300 pesos por persona, es más, creyeron que estaban disfrutando de una ganga.
Una vez en la montaña, la primer parte del recorrido transcurrió sin mayores problemas, con excepción de la poca capacitación que el guía les daba a sus clientes especialmente sobre la forma correcta de tirarse un clavado.
“Nunca nos explicó cómo hacerlo, por eso mi hermana terminó el tour con moretones en los muslos, pues siempre que se tiraba un clavado aterrizaba sentada”, manifestó Evelyn.
La diversión terminó cuando, poco antes de la mitad del recorrido, Evelyn se lanzó sobre un tobogán natural.
“La verdad a mi me dio mala espina pues los otros toboganes donde me había lanzado el guía me dijo que lo hiciera de cabeza pero en este no, no me dijo cómo tenía que aventarme. Cuando lo hice el pie se me atoró en una piedra, el cuerpo se me levantó muy feo y ahí fue cuando sentó que algo se me había quebrado”, relató la joven.
Tras el accidente, los guías apenas acertaron en ponerle un vendaje a la joven, además de que le proporcionaron varias pastillas contra el dolor, lo que le ayudó a soportar el terminar con el recorrido, que no fue cancelado.
“Me dijeron que teníamos que seguir, por eso ahí me tienes subiendo piedras, haciendo saltos y bajando cascadas con el pie quebrado. El accidente fue por ahí de las dos de la tarde y el recorrido lo terminamos hasta las ocho o nueve de la noche”, manifestó.
Durante este tiempo, a ninguno de los guías se le ocurrió inmovilizar el tobillo de Evelyn, de hecho no contaban un el equipo necesario para hacerlo, por eso cuando finalmente lo hicieron -a petición del a joven- tuvieron que improvisar con una rama.
“Me amarraron unas ramas en el tobillo y con eso me quedé. Cuando no podía bajar en alguna parte alguno de los guías me cargaba, pero la mayor parte del recorrido lo hice yo sola”, recordó.
Cuando finalmente bajaron de la montaña ya era de noche y los amigos de Evelyn -no los guías- fueron quienes la llevaron a un hospital, donde la diagnosticaron con una triple fractura que requería de una operación.
De acuerdo al relato de la diseñadora, ninguno de los guías se acercó con ella para ofrecerle apoyo en los gastos médicos derivados de su fractura y mucho menos por la rehabilitación de tres meses que tuvo que realizar para recuperar la movilidad de su tobillo.
“No volví a saber de ellos. Creo que mientras me estaba recuperando de la operación el jefe de los guías fue al hospital pero no estoy segura, nunca más volvieron a hablar conmigo, fue una experiencia muy mala”, manifestó.
‘LOS PIRATAS’,
UN PELIGRO
Aunque dramática, la experiencia de Evelyn no es única. De hecho, Miguel Perales, subdirector Operativo de Protección Civil en la entidad, indicó que ha visto peores.
“Hay guías que simplemente dejan abandonadas a los lesionados arriba en la montaña. Nos ha tocado verlo”, detalló.
El funcionario explicó que conforme avanza la temporada de turismo de aventura en zonas como Matacanes, Hidrofobia (ambos en el municipio de Santiago) y Potrero Chico, la corporación implemente un operativo permanente para atender a las personas que resultan lesionadas.
Explicó que en el caso de Protección Civil, su labor es la de apoyar a la Secretaría de Turismo en la regulación de los guías y empresas dedicadas al turismo de aventura.
“Nosotros no sancionamos esta actividad, estamos para apoyar en caso de que hay lesionados, quienes certifican y dan los permisos es la Secretaría de Turismo. De todas formas nosotros sí advertimos a las personas que tengan mucho cuidado cuando vemos que suben con alguien que no está certificado”, manifestó.
Perales manifestó que es muy importante que la gente verifique que los guías que contratan estén certificados, pues este tipo de paseos son de alto riesgo y la posibilidad de un accidente es muy alta.
“Tienen que estar preparados, tienen que tener su equipo en buenas condiciones y asegurarse de conocer muy bien el terreno”, indicó.
Por su parte Christian Faz, propietario de la empresa Kongo, que desde el 2012 cuenta con los permisos y certificaciones necesarias para ser tuor operador, explicó que muchas personas quienes gustan de realizar montañismo piensan que están capacitados para llevar a un grupo, por lo que deciden hacerlo como una forma de obtener un ingreso.
El problema es cuando no tienen ni los conocimientos o el equipo necesario para brindar una experiencia segura a sus clientes.
“Nosotros le ofrecemos a cada persona un seguro de gastos médicos de hasta 50 mil pesos en caso de un accidente, tenemos equipo en buenas condiciones, nuestros guías están capacitados, conocen el territorio”, dijo.
Añadió que desafortunadamente este problema también existe por la irresponsabilidad de algunos clientes, que no están preparados para realizar un recorrido de este tipo y aún así lo hacen.
“Te puedo decir que el riesgo es permanente. Puede sufrir una fractura hasta caminando, pues cuando llevas varias horas subiendo y bajando, el cansancio provoca que pises mal y puedas tener una lesión”, indicó.
Recordó que en una ocasión, un cliente no les informó que era diabético lo que provocó que durante el recorrido sufriera una crisis de glucosa que provocó que perdiera el conocimiento durante varias horas. Afortunadamente las cosas no pasaron a mayores y la persona pudo bajar de la montaña al día siguiente.
“Hay que entender que los cuestionarios y la información que pedimos antes del recorrido es muy importante pues allá arriba muchas cosas pueden salir mal”, manifestó.
Jesús Gil Martínez es el líder del equipo de escaladores de la Facultad de Organización Deportiva de la Universidad Autónoma de Nuevo León y desde los seis años de edad escala cerros y montañas.
Esta experiencia le ha enseñado que para aventurase a subir a una roca o bajar de ella sujetado únicamente con una cuerda y no salir lesionado en el intento, se necesita un entrenamiento previo.
“Quien quiera practicar rápel necesita un entrenamiento de más o menos cuatro horas diarias por siete y hasta diez días, pues es necesario que sepa de nudos, de cuerdas y otros conocimientos que tiene que adquirir para realizar esta actividad con seguridad”, dijo.
Añadió que en esta actividad el entrenamiento y la condición física son fundamentales, pues hay momentos en que el cuerpo es sometido a esfuerzos muy grandes que no cualquiera puede soportar.
Además, está el hecho de que sólo el entrenamiento puede preparar a alguien a reaccionar en caso de que algo salga mal durante los descensos.
A unas semanas de que reincide la temporada de turismo de aventura en Nuevo León, la recomendación de las autoridades y los expertos es que las personas que buscan embarcarse en esta experiencia no pretendan ahorrarse dinero y verifiquen que el guía que están contratando cuenta con las certificaciones, el equipo y los conocimientos necesarios para atender una emergencia en caso de que suceda.
Después de todo, unos huesos rotos es lo menos peor que puede suceder arriba en la montaña.