
Pasar por las avenidas aledañas a Ciudad Universitaria de la Universidad Autónoma de Nuevo León representa una triste memoria para Brian Noé Saldaña Guerrero de 14 años.
Sus ojos no pueden evitar desechar unas lágrimas al recordar que no logró pasar el examen de admisión para la preparatoria 16 de San Nicolás y sus sueños de formar parte de la familia Tigres tendrá que aplazarse por un año.
Y es que el joven, quien recientemente se graduó de la Secundaria 6 “Donato Elizondo Ayala”, es uno de los cerca de 14 mil aspirantes que quedaron fuera de la UANL en el período agosto-diciembre 2013.
Desde el 1 de junio, cuando se entregaron resultados para la preparatoria, la incertidumbre envuelven los días de Brian Noé, al desconocer qué le deparan los próximos meses. También en ese momento inició su odisea por un espacio en la Máxima Casa de Estudios.
Cuando Brian Noé presentó su examen de admisión se sentía confiado, en su mente estaba la tranquilidad de que lo había hecho bien, pero el resultado contradijo su presentimiento.
“Tenía mucha fe, pensaba que lo había hecho bien, hasta se me hizo fácil”, mencionó el joven con rostro desencajado.
“Me sentí muy desanimado cuando supe el resultado”.
En un intento desesperado, Brian Noé acudió a rectoría con el deseo de buscar un cupo en la preparatoria 16 o alguna otra, pero no obtuvo éxito.
La tristeza se acentúa cuando ve a algunos de sus compañeros de secundaria acudir a los cursos de inducción, pero el dolor se desahoga cuando se encuentra a otros con historias similares.
Su esperanza está depositada en una lista de espera, en donde su nombre aparece debajo del de centenares de otros aspirantes que corrieron con su misma suerte, ya que de los 40 mil aspirantes a preparatoria cerca de 6 mil 500 quedaron fuera por la falta de espacio.
Brian Noé no carga solo su melancolía, a su lado va su madre, Irma Esthela Guerrero Coronado, compañera de batallas y maquillista de tristezas.
“Ahora él está en casa en, lista de espera, pero aún sin saber nada. Platico con él y le digo ´¿qué hacemos?´ (porque) él es un hombre y sabe que más adelante tendrá obligaciones y responsabilidades. Yo en verdad quisiera que a mi hijo le fuera bien”, mencionó la mamá, quien incluso ya se había preparado económicamente con el pago de cuota interna y rectoría.
Y es que más que consuelo, su madre y familia comparten la desdicha de un resultado inesperado.
“Yo te juro que le puse todo mi empeño y mi dedicación a él. Le pagué asesorías incluso un día antes le pagué unas asesorías de matemáticas”, comentó Guerrero Coronado.
“Mis hermanos y yo somos muy unidos, siempre al pendiente uno del otro. Cuando él no pasó mis hermanos estaban bien tristes”, dijo.
Por ahora, la indecisión envuelve el hogar de la familia Saldaña Guerrero, la incertidumbre de si en los próximos días Brian Noé recibirá buenas noticias, no les permite definir qué harán en el peor de los escenarios.
“Hay diferentes puntos de vista, como el que te dice ‘mándalo a trabajar’, ‘ponle a hacer los quehaceres de la casa’, o ‘mándalo a trabajar de obrero’ y muchos comentarios más”, señaló Guerrero Coronado.
El futuro del joven es como una moneda en el aire que tendrá que caer en los próximos días.
Con un simple “sí” se disiparía el panorama sombrío que actualmente rodea a Brian Noé, quien irónicamente cumple 15 años el día que la U ANL inicia clases, el 5 de agosto, por lo que espera que como regalo pueda alcanzar el tan anhelado lugar en la Máxima Casa de Estudios.