Kevin decidió salir de su país en busca de una mejor vida. En Honduras, explicó: “la situación es terrible, no hay trabajo porque las fincas de café cerraron y no se puede vivir así”.
Desde el 20 de diciembre de 2013 emprendió el viaje y dejó todo para perseguir el “sueños americano”, sin importar dejar a su familia y afrontar un sinfín de riesgos que por “milagro”, ha enfrentado.
Incertidumbre, hambre, calor y miedo por perder la vida en el camino, o ser detenido por Migración, han sido sólo algunos de las situaciones y emociones que el joven ha experimentado en su trayecto durante estos siete meses.
“Sólo uno sabe lo que se siente”, intervino. No es fácil salir de su país y aunque reconoció que parece sencillo subirse al camión y partir a México con el objetivo de llegar a Estado Unidos, las circunstancias no apremian.
Su salida de Honduras a la frontera de Guatemala con México fue exitosa, lo único fue que el dinero se le había terminado. Arribó a Tenosique, Tabasco, donde hizo la primera parada: “busqué un trabajo y gracias a Dios lo encontré”, comentó.
“Necesitaba traer algo en la bolsa y como no me gusta pedir, como lo hacen la mayoría de los migrantes, empecé a trabajar en un mercado. Durante dos meses, junté dinero”, señaló.
Con recursos en mano, siguió su viaje y el ambiente de temor incrementó en cuanto subió a “La Bestia” con destino a Coatzacoalcos, Veracruz. “De ahí para acá es distinto porque Migración está en todas partes, uno se sube el tren y es muy feo todo ahí, casi pierdo la vida”, dijo el migrante.
“El tren se estacionó en Tecalpa. Ahí dormí cinco noches porque no llegaba el otro tren en ese tiempo un grupo delictivo hizo de las suyas; es muy peligroso. Nos dijeron que nos iban a minar”.
“Nos empezaron a asaltar a todos, éramos como 2 mil migrantes y aunque se la pasaron quitándonos todo lo que trajéramos, no terminaron. A mí casi me matan pero la libré”, destacó.
“Fue un milagro”, considera. “El problema fue porque traía conmigo un celular para comunicarme con mi familia y a ellos no les gusta que traigas aparatos o estés en contacto con alguien. No sé qué pasó que no me golpearon ni acuchillaron”, dijo aún consternado al rememorar ese momento.
Recuerda que el tren iba lleno, no cabía más gente en la parte de arriba de las góndolas, ni abajo o en los tubos colgados.
SE UNE Y SE ALEJA DE CARAVANA DE MIGRANTES
Después del susto, y por fortuna en su paso por el estado veracruzano se encontró el Viacrucis de Migrantes. Decidió bajar de “La Bestia” y se unió con la Caravana.
De ahí que su trayecto ya no fuera tan pesado y temeroso. Abordó un autobús con el contingente hacia el centro del país, específicamente al Distrito Federal -visita a manera de protesta y descanso-.
Durante su estancia en la capital del país, contó que Migración les dio a firmar un documento para permanecer en territorio nacional por 30 días y al término de ese tiempo, salieran del mismo ya sea para el país de origen o Estados Unidos.
“Aunque no quisimos firmar muchos, lo hicimos para que no nos deportaran pero creo que la regué porque con ese papel perjudicaría mi proceso. Si después quiero arreglar mis papeles para quedarme en México, si quiero, todo se complicaría”, explicó.
Con lamento narró este suceso pero contó que siguió firme el trayecto. Salieron del Distrito Federal a Saltillo, donde se anunció que la siguiente parada sería en Reynosa. Para él, llegar a la frontera con el grupo representaba finalizar con su sueño.
“No me quería ir así nada más a la frontera y fracasar ahí”, dijo Kevin. Era mayo, los días transcurrieron rápido entre un estado y otro; tras cuatro meses, el anhelo por cumplir el “sueño americano” seguía en pie.
“Abandoné la caravana junto otros 11 chavos porque ellos tampoco querían llegar así a Reynosa. Cada quien traía su plan para cruzar”, comentó.
Ahí en el camino, uno se hace de “compas”. Así que de Saltillo tomaron un camión a Monterrey, donde uno de ellos, que ya conocía la ciudad, los llevó a mercados para que buscaran trabajo e incluso los ubicó por si querían rentar un cuarto.
Lo primordial para Kevin era trabajar. Una vez sería empleado de una frutería, sin importar lo que tuviera que hacer, siempre y cuando fuera honesto.
Comenzó su etapa “laboral” vendiendo jugos de frutas y acomodando los vegetales en los mostradores de un mercado de abastos.
En cuanto tuvo su primer pago, rentó un cuarto en una humilde casa en La Moderna, sector ubicado en el municipio de Guadalupe.
“MONTERREY ES UN BUEN LUGAR PARA TRABAJAR UN TIEMPO”
El joven está desesperado en la habitación que desde hace tres meses se ha convertido en su hogar provisional a su paso por Monterrey.
Decidió hacer una parada en la entidad para trabajar y obtener algo de dinero con el fin de llegar a Estados Unidos, pero jamás pensó que un accidente de trabajo le truncara su actividad.
“Hace medio mes perdió el dedo índice de su mano derecha. Me cayó una maquina encima y aunque pude sacar la mano, mi dedo quedó todo desecho y sólo vi correr sangre; me asusté mucho”, describió.
Ha quedado incapacitado para trabajar. Apenas y tiene para la atención médica, días atrás desembolsó lo poco que tenía para que le hicieran un implante de piel en el dedo.
“No tengo para comer, si la señora que nos renta, me da, como, si no, no. Lo que me importa es recuperarme pronto para regresar a trabajar porque aparte de que me siento inútil, tengo que juntar dinero para la renta, mis gastos y continuar el camino”, manifestó.
Sabe que por ser un empleo informal las cosas se complicarían, más, en cuanto a los gastos por su salud o salarios caídos se refiere, pero no desistirá.
Desde hace unas semanas se mantiene en contacto con la asociación civil Paso de Esperanza, que ofrece apoyo humanitario a migrantes en tránsito por Monterrey. “Espero me ayuden un poco”, dijo.
Por otro lado, deposita su fe en Dios y la Virgen María, tal como lo ha hecho desde que dejó su hogar.
Lleva consigo un crucifijo de acero inoxidable, que trae escrito el Padre Nuestro. “Él va conmigo”, enfatizó.
AYUDAN A ALIGERAR EL PASO DE MIGRANTES POR MONTERREY: “FALTA APOYO DEL GOBIERNO”
El joven migrante no ha estado solo durante su viaje, tras su accidente y contacto con la asociación, ha encontrado una esperanza por recuperarse y tener un respaldo para restablecer la relación patrón – obrero aunque no tenga un contrato formal.
“Seguimos el proceso desde lo que es, una cuestión laboral y apoyo humanitario. Tomamos el caso y nos asesoramos con la Junta de Conciliación y Arbitraje, así como también con abogados laborales que contribuyen en la asociación”, dijo Daniel Treviño, integrante del colectivo Paso de Esperanza.
Por ahora el proceso está detenido porque están de vacaciones- Junta de Conciliación y Arbitraje-, pero lo visitan y apoyan con alimentos o asesoría mientras eso avanza. No lo dejan.
“Aunque no era un trabajo formal, expertos en la materia me dicen que necesitamos testimonios de que él trabajaba ahí donde ocurrió el accidente donde perdió su dedo. Tenemos fe en que uniendo esfuerzos por la vía legal, favorezcamos el proceso de Kevin y el patrón le apoye económicamente”, señaló Treviño.
Más allá de un salario caído, lo que se pretende es obtener recursos o pago como tal por el servicio médico que requiere. “El patrón debería entrar ahí, de acuerdo a lo que el Sindicato de Trabajadores nos comenta y apoya”, interfirió Alejandro Ramírez Martínez, otro miembro del colectivo.
En ese sentido, Alejandro señaló que si en Nuevo León se expidiera una tarjeta de Servicio Médico Universal como la que se otorga a los migrantes en el Distrito Federal, la situación sería diferente para Kevin y muchos más que han sufrido complicaciones de salud en el camino.
“Es un apoyo que brinda el Gobierno del Distrito Federal a los migrantes, a través de algunas asociaciones. Tenemos conocimiento que sólo es válido allá pero es una ayuda básica para este sector”, comentó.
Conocedor de las necesidades de los viajeros en busca del “sueño americano”, Alejandro considera que en Nuevo León falta mucho para que se destine apoyo a ese sector vulnerable que transita por la entidad.
“Nuevo León n se pensaba como un lugar de paso para los centroamericanos, pero la realidad es que sí lo es y existen casos como los de Kevin, o de explotación laboral, por mencionar algunas circunstancias”, se atrevió a afirmar.
Comentó que ojalá no tengan que suscitarse hechos como en San Fernando, Tamaulipas, para que el Ejecutivo Estatal haga algo más por los migrantes.
“El gobierno de Medina no ha sabido cómo responder a los llamamientos que ha emitido organizaciones civiles, no ha tenido una preocupación más en forma para la protección de los migrantes”, dijo.
Es más, agregó, no se reconoce que existe en el Estado la migración centroamericana o es paso de tránsito para éstos.
OFRECEN VOLUNTARIOS PASO DE ESPERANZA A KEVIN Y MIGRANTES EN MONTERREY CON COMEDOR ITINERANTE
Compartir el pan y vivir los días Santos de este año, además de representar un Viacrucis para Migrantes, llevó a Daniel y Alejandro a reorganizar su proyecto de ayudar a migrantes que integraron y trabajan ahora en la estructura de Paso de Esperanza A.C.
Desde entonces, tomaron el control de los trenes que pasan por las vías férreas en el cruce de avenida Barragán y Almazán en el municipio de San Nicolás y otros puntos de la entidad, donde en base a visitas, monitoreos, saben que por ahí pasan y descansan migrantes para apoyarles con alimentos.
“Tenemos un comedor itinerante y trabajamos en ello porque también brindamos apoyo humanitario para estas personas que sabemos están ávidos de apoyo para continuar el sendero”, explicó Alejandro.
El fin de semana pasado, realizaron una de tantas visitas a las vías en el punto detectado de mayor flujo de migrantes, pero para su sorpresa, no había viajeros por doquier.
Caminaron a lo largo de éstas y nada. Tan sólo había rastros de migrantes al observarse entre las vías, calcetines, zapatos, artículos de higiene personal como cepillos de dientes, entre otros objetos.
Los alimentos preparados y que llevaron para distribuir entre los centroamericanos se quedaron guardados en el bolso. Durante la visita se cuestionaron el porqué de la ausencia de migrantes.
“Generalmente hemos visto y apoyado a cerca de 30 migrantes por visita que hacemos hoy y no vimos a nadie. No subieron desde el sur…o algo pasa porque siempre hay chavos descansando a las orillas de las vías”, dijo Daniel.
El colectivo Paso de Esperanza no acude a diario a ese punto de encuentro con los migrantes. Lo hace de manera aleatoria porque también invierten tiempo en actividades profesionales o personales.
Sin embargo, trabajan arduamente por conocer más las necesidades de ese sector social que necesita ayuda a su paso por la ciudad y municipios aledaños.
“Visitan albergues, parroquias para investigar más sobre el flujo migratorio e ir estableciendo más plataformas de apoyo para ellos y en los que la ciudadanía en general pueda contribuir de manera integral”, reiteró Daniel.
Pronto establecerán una agenda que harán pública para no sólo tener el comedor itinerante en su rol de actividades, sino incluirán también apoyo psicosocial para los migrantes, pláticas de concientización sobre el proceso migratorio al público en general y sobre la protección de los derechos humanos de los migrantes, entre otras cosas.
“PROHIBIR SUBAN A LOS TRENES NO EVITARÁ LA MIGRACIÓN”
Tras el anuncio que hizo el gobierno mexicano a través de la Secretaría de Gobernación sobre la prohibición a migrantes de subir a “La Bestia” o trenes, éstos ya no han pasado por Nuevo León, desde hace días, tal como se constató en la visita realizada a las vías por parte de Paso de Esperanza A.C.
“Es una decisión del Estado mexicano el no seguir permitiendo que migrantes de Centroamérica y también mexicanos corran riesgo en sus vidas arriba de este tren de carga”, dijo el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
Y al parecer así es, “o no están subiendo o han cambiado la ruta que por eso ya no vimos migrantes el día que fuimos a repartir alimentos”, coincidieron Daniel y Alejandro, activistas.
“Está afectando el trayecto de los migrantes pero esa medida no impedirá que el fenómeno migratoria siga”, aseveró Alejandro.
Argumentó que Nuevo León y/o Monterrey como otros estados o ciudades es la antesala a la frontera.
“Aquí repiensan el trayecto, si siguen a sabiendas que es un camino difícil de cruzar, o si se establecen aquí para trabajar”, sólo ellos saben.
Desde su trinchera, Paso de Esperanza quiere ser partícipe de un cambio social sobre la migración centroamericana y, sobre todo, ayudar a aligerarles su paso.
No dejarán de apoyar a Kevin y seguir dando pasos concretos que les permitan avanzar con su proyecto por la dignidad de los migrantes.
“MI SUEÑO ES LLEGAR A EU, TRABAJAR, CONSTRUIR MI CASA Y REGRESAR CON MI FAMILIA”
Kevin está consciente que aunque en México hay más oportunidad laboral que en Honduras, en Monterrey “no haré dinero rápido”, afirmó.
“Mi destino es llegar a cualquier parte de Estados Unidos, luchar por conseguir trabajo para ahorrar y hacer mi casa en Honduras”, mencionó en primera instancia.
Pero eso no es todo, él quiere dejar algo de dinero para comprar un terreno y sembrar café.
“Quiero tener y trabajar lo propio para ya no trabajar para otro. Ya no quiero ser jornalero, pero sólo Dios sabe si me lo va a permitir”, señaló.
De cruzar al país estadounidense y sin ayuda de “coyote” o “pollero”, planea estar allá por tres años.
“Quiero regresar pronto para estar con mi familia y hacer realidad mi sueños junto a ellos”, dijo.
Por ahora y ante los riesgos que ha experimentado, su padre y familiares prefieren que regrese a Honduras, según le han dicho en la comunicación telefónica que tiene cada ocho días con ellos.
Sin embargo él no piensa desistir. “Voy a intentar cruzar solo, sé que es difícil pero no me detendré”, aseveró.
“La verdad, yo le dije a mi papá desde que salí de mi casa que ya no contara conmigo, o sea vengo a sacrificarme y si muero en el camino o lo que sea, ni modo”.