No todas las historias del Nochebuena tienen un final feliz, o no por lo menos para la familia Domínguez Godínez, que en pleno 24 de diciembre de 2016 fue separada de unos de sus integrantes: el bebé Jorge Isaí Carretero Domínguez, de apenas un año de edad.
En lugar de abrazos, regalos y buenos deseos, la Navidad llegó con una orden de restricción para Salma Violeta, madre del pequeño, que le prohibía acercársele.
Desde entonces, de acuerdo a sus palabras, comenzó el peregrinar de abusos, tráfico de influencias y artimañas legales, que el 13 de febrero la llevó junto a su familia a iniciar una huelga de hambre al exterior del Tribunal Superior de Justicia de Nuevo León.
Tan sólo con una pancarta y el ímpetu de ser escuchados, los cuatro miembros de la familia, originarios de Guanajuato, se postraron en el ala norte del tribunal, en donde exigieron ser atendidos por el titular, Carlos Emilia Arenas Bátiz.
Tras un día de protesta, las plegarias de los Domínguez Godínez fueron escuchadas y el titular del Poder Judicial accedió a brindar apoyo a la familia, sin que el pequeño esté de nuevo en sus brazos hasta el cierre de esta edición.
LA TELARAÑA
La historia de Salma Violeta, quien hoy cuenta con 18 años, comenzó en 2015, cuando llegó a la Sultana del Norte para formar parte de un equipo de hand ball.
Con apenas 16 años, Domínguez Godínez llegó a la Sultana del Norte proveniente de la ciudad guanajuatense de León.
Fue durante las concentraciones que la joven conoció a Jorge Alberto Carretero Zarzoza, dos años mayor que ella y quien desde el inicio de la relación mostró signos de violencia, recuerda Violeta Godínez Ornelas, madre de Salma.
El temperamento del regiomontano fue precisamente el motivo por el cual la originaria del bajío salió del equipo, y que dio origen al camino de problemas que desde entonces la aquejan.
“El muchacho desde un principio se torna violento, se torna agresivo. (En una ocasión) brincó las barras del entrenamiento en donde se encontraba (Salma) y agredió al entrenador personal”.
Tras el incidente, Salma salió expulsada del equipo y comenzó una relación con Carretero Zarzoza, a pesar de la oposición de su madre.
“Yo estuve en desacuerdo y hablé con ella. Por su inmadurez de 16 años habla conmigo y me dice que está enamorada del chico. Yo le digo que no es pertinente, (que se enfoque primero) en sus estudios”, expresó Godínez Ornelas.
Contra todo pronóstico familiar, la pareja continuó su relación que a los pocos meses trajo como resultado un embarazo.
La alegría de Salma era evidente, pero nunca imaginó que meses más tarde su felicidad se tornaría en tristeza.
Aunque en un inicio la familia paterna del pequeño Isaí aseguró que dotaría de una vida digna al menor, con el transcurso de las semanas, tanto Salma como su pareja intentan mudarse a casa de la madre de la joven dado el clima de hostilidad que se vivía en casa de la familia Carretero Zarzoza.
“Me cuenta una historia increíble de su padre, Jorge Alberto Carretero, me dice que es un hombre violento, que está cansado de vivir bajo su techo, me dice que si yo lo arropo en mi hogar”, expresó la madre de Salma.
Sin embargo, la guanajuatense no accedió a darles refugio ante el temor de un arranque de ira del padre, por lo que la joven pareja regresó nuevamente al techo de la familia Carretero Zarzoza.
La nueva morada se encontraba en un local de la familia, ubicado en la avenida Topo Chico de la colonia Anáhuac, en donde, según su madre, Salma era obligada a trabajar sin salario, a pesar de su embarazo y bajo el argumento de que “tenía que ganarse lo que se tragaba”.
Fue en ese lugar en donde se cumplieron los nueve meses de gestación y Salma dio a luz al pequeño Isaí.
La luz de un nuevo miembro en el hogar al poco tiempo fue apocada por la amarga convivencia que se vivía en la casa de los abuelos paternos del menor.
Y es que, una vez que nace el bebé, Salma comienza a narrar que vive acoso por parte de su suegro.
“Que todo el tiempo la limita, que le tiene que decir qué tiene que comer, cómo vestirse, a qué hora salir, cuándo hablar. Me narra que su suegra le dice que yo ya no soy su madre, que su familia ya no es su familia”, expresó Godínez Ornelas.
La mujer también agregó que se le prohibía a su hija visitarlos, por lo que pasaba largos períodos sin tener noticias de su hija y nieto, volviendo la situación cada vez más extraña.
Tanto Violeta como sus otros dos hijos -Jair de 20 años, y Selene de 10- intentaban con frecuencia visitar al pequeño Isaí, pero eran recibidos “de una manera hipócrita”.
Por Emanuel Suárez
No todas las historias del Nochebuena tienen un final feliz, o no por lo menos para la familia Domínguez Godínez, que en pleno 24 de diciembre de 2016 fue separada de unos de sus integrantes: el bebé Jorge Isaí Carretero Domínguez, de apenas un año de edad.
En lugar de abrazos, regalos y buenos deseos, la Navidad llegó con una orden de restricción para Salma Violeta, madre del pequeño, que le prohibía acercársele.
Desde entonces, de acuerdo a sus palabras, comenzó el peregrinar de abusos, tráfico de influencias y artimañas legales, que el 13 de febrero la llevó junto a su familia a iniciar una huelga de hambre al exterior del Tribunal Superior de Justicia de Nuevo León.
Tan sólo con una pancarta y el ímpetu de ser escuchados, los cuatro miembros de la familia, originarios de Guanajuato, se postraron en el ala norte del tribunal, en donde exigieron ser atendidos por el titular, Carlos Emilia Arenas Bátiz.
Tras un día de protesta, las plegarias de los Domínguez Godínez fueron escuchadas y el titular del Poder Judicial accedió a brindar apoyo a la familia, sin que el pequeño esté de nuevo en sus brazos hasta el cierre de esta edición.
LA TELARAÑA
La historia de Salma Violeta, quien hoy cuenta con 18 años, comenzó en 2015, cuando llegó a la Sultana del Norte para formar parte de un equipo de hand ball.
Con apenas 16 años, Domínguez Godínez llegó a la Sultana del Norte proveniente de la ciudad guanajuatense de León.
Fue durante las concentraciones que la joven conoció a Jorge Alberto Carretero Zarzoza, dos años mayor que ella y quien desde el inicio de la relación mostró signos de violencia, recuerda Violeta Godínez Ornelas, madre de Salma.
El temperamento del regiomontano fue precisamente el motivo por el cual la originaria del bajío salió del equipo, y que dio origen al camino de problemas que desde entonces la aquejan.
“El muchacho desde un principio se torna violento, se torna agresivo. (En una ocasión) brincó las barras del entrenamiento en donde se encontraba (Salma) y agredió al entrenador personal”.
Tras el incidente, Salma salió expulsada del equipo y comenzó una relación con Carretero Zarzoza, a pesar de la oposición de su madre.
“Yo estuve en desacuerdo y hablé con ella. Por su inmadurez de 16 años habla conmigo y me dice que está enamorada del chico. Yo le digo que no es pertinente, (que se enfoque primero) en sus estudios”, expresó Godínez Ornelas.
Contra todo pronóstico familiar, la pareja continuó su relación que a los pocos meses trajo como resultado un embarazo.
La alegría de Salma era evidente, pero nunca imaginó que meses más tarde su felicidad se tornaría en tristeza.
Aunque en un inicio la familia paterna del pequeño Isaí aseguró que dotaría de una vida digna al menor, con el transcurso de las semanas, tanto Salma como su pareja intentan mudarse a casa de la madre de la joven dado el clima de hostilidad que se vivía en casa de la familia Carretero Zarzoza.
“Me cuenta una historia increíble de su padre, Jorge Alberto Carretero, me dice que es un hombre violento, que está cansado de vivir bajo su techo, me dice que si yo lo arropo en mi hogar”, expresó la madre de Salma.
Sin embargo, la guanajuatense no accedió a darles refugio ante el temor de un arranque de ira del padre, por lo que la joven pareja regresó nuevamente al techo de la familia Carretero Zarzoza.
La nueva morada se encontraba en un local de la familia, ubicado en la avenida Topo Chico de la colonia Anáhuac, en donde, según su madre, Salma era obligada a trabajar sin salario, a pesar de su embarazo y bajo el argumento de que “tenía que ganarse lo que se tragaba”.
Fue en ese lugar en donde se cumplieron los nueve meses de gestación y Salma dio a luz al pequeño Isaí.
La luz de un nuevo miembro en el hogar al poco tiempo fue apocada por la amarga convivencia que se vivía en la casa de los abuelos paternos del menor.
Y es que, una vez que nace el bebé, Salma comienza a narrar que vive acoso por parte de su suegro.
“Que todo el tiempo la limita, que le tiene que decir qué tiene que comer, cómo vestirse, a qué hora salir, cuándo hablar. Me narra que su suegra le dice que yo ya no soy su madre, que su familia ya no es su familia”, expresó Godínez Ornelas.
La mujer también agregó que se le prohibía a su hija visitarlos, por lo que pasaba largos períodos sin tener noticias de su hija y nieto, volviendo la situación cada vez más extraña.
Tanto Violeta como sus otros dos hijos -Jair de 20 años, y Selene de 10- intentaban con frecuencia visitar al pequeño Isaí, pero eran recibidos “de una manera hipócrita”.
Su hija se encontraba en un estado de deterioro, aunque simulaba estar bien, de acuerdo con doña Violeta, pero poco tiempo pasó para que la joven explotara y escapara de la casa de sus suegros.
Y es que cuando el menor apenas tenía seis meses, Salma estuvo a punto de ser golpeada por su suegro, lo que provocó su huida, según las declaraciones de su madre.
“Yo fui en su auxilio, contraté a un taxi y fui por ellos. Ella venía en una situación deplorable, con una sandalia y el otro pie descalzo. Mi nieto veía en puro pañal”, expresó.
La entrevistada señaló que al recibir a su hija se destapó la cloaca de los abusos que se cometían en contra de ella y su nieto.
“A mi nieto lo bañaba con agua helada en una tinaja y le dieron de tomar cerveza en varias ocasiones”, señaló.
Cuatro meses permanecieron su hija y nieto en su morada sin ser molestados por Jorge o sus padres.
Tanto Salma como su mamá sabían que el niño tenía necesidades y era indispensable trabajar para cubrirlas, en lugar de perder el tiempo con demandas.
Sin embargo, una vez más, la familia Carretero Zarzoza apareció en el mapa, buscando “hacerse cargo del menor”.
Los padres de Jorge acudieron a la casa de Violeta para prometer una mejor vida al pequeño Isaí y hacerle un propuesta a la abuela materna: dejar la custodia del menor a los abuelos, misma que fue rechazada.
“Me dijeron que el padre del niño estaba bajo una fuerte depresión y que estaba incapacitado para desarrollar la función de padre”, comenta.
Poco a poco la familia paterna del bebé comenzó a ganarse la confianza de Salma ante la situación precaria que vivía.
“Se los volvió a prestar mi hija con el engaño de que nos iban a volver a apoyar porque el niño ocupaba pañales”, expresó Violeta.
Y fue así que volvieron a tener contacto con el pequeño. De las visitas cortas pasaron a las estancias prolongadas del menor en casa del padre. Y finalmente, de las largas estadías pasaron a buscar retenerlo por completo.
Ante dicho panorama, Salma y su familia acuden al DIF Capullos para solicitar asesoría, y en el lugar encuentran tranquilidad pues les aseguran que no le pueden quitar el menor a la madre.
Al salir de Capullos, el abuelo paterno comenzó otra vez a “manipular a Salma”, convenciéndola de cuidarle al niño mientras que ella trabajaba, según las palabras de doña Violeta.
El trato era mantenerlo durante las cinco horas en las que la joven madre se desempeñaba como empleada durante las últimas semanas de 2016, pero el trato nunca se cumplió.
El 24 de diciembre, en plena Nochebuena, Salma intentó buscar a su hijo, pero se encontró con una orden de restricción que le impedía verlo.
Bajo los argumentos de que consumía y vendía drogas y de que golpeaba a su hijo, la Ley le impidió abrazar a su pequeño horas antes de Navidad.
“Se basa en que soy drogadicta, en que golpeé a mi bebé, que vendo drogas, lo cual no es cierto, no hay pruebas. Exijo pruebas, exijo que se me hagan exámenes toxicológicos para que me comprueben que no soy apta para ser madre.
“No todas las madres nacimos con un libro en donde nos digan cómo ser una buena madre, pero hasta el día de hoy he hecho todo lo posible para ser una buena madre para mi bebé. Quiero salir adelante, trabajo, estudio y entreno”, mencionó.
Tras conocerse el recurso legal, el resto de la familia Domínguez Godínez intentó procurar al menor, pero también se les prohibió verlo, a pesar de que ellos no tenían restricción.
La serie de “atropellos”, como fueron calificados por la familia de la joven, se dieron gracias a que el abuelo paterno del pequeño Isaí es una persona influyente en los tribunales de Nuevo León.
En su parecer, la justicia fue comprada, ya que al intentar interponer denuncias para recuperar los derechos sobre el niño, les fue negada posibilidad.
“Las irregularidades las atribuimos a que somos foráneas y que ellos pueden tener influencias.
“El señor me ha platicado que tiene muchas influencias, que puede mover mucha gente, a policías y que con una llamada pueden hacer muchas cosas”, expresó Violeta.
La familia de Salma también acusa a la jueza segunda de lo Familiar del tercer distrito en San Nicolás, Norma Angélica Cuenca Pacheco, de estar coludida con la familia Carretero Zarzoza, al pedirles que esperen a que finalice la restricción impuesta, que culmina el 27 de febrero.
VOCES ESCUCHADAS
Por tal razón, el 13 de febrero, la familia completa -doña Violeta, Jair, Salma y Selene- inició a las 14:00 horas una huelga de hambre con el fin de llamar la atención de las autoridades de procuración de justicia del Estado.
“Yo no quería, se los imploré a mis hijos, esto es una gran injusticia, ellos se declaran en huelga de hambre y yo no puedo hacer otra cosa más que apoyar a mis hijos”, declaró entre lágrimas Godínez Ornelas.
Apoyadas únicamente por algunas organizaciones civiles como “Ciudadano Empoderado”, la protesta dio inicio y de inmediato capturó la atención de los medios de comunicación y curiosos, más no así de las autoridades.
Dos días después, empleados del Tribunal Superior de Justicia bajaron para ofrecerles el uso de los toma corrientes y baños, así como hacer de su conocimiento que el titular, Carlos Arenas Bátiz, ya estaba al pendiente del caso.
El desfile de autoridades interesadas lo integraron también el Instituto Estatal de las Mujeres y Protección Civil de Monterrey para ofrecer su apoyo.
De igual manera lo hizo el Colegio de Abogados Regiomontanos para proveer de orientación y ayuda legal.
Godínez Ornelas adelantó que ya solicitaron amparos y, hasta el cierre de esta edición, se encontraban en espera de la resolución del juez.
Pero tras darse a conocer su caso no solo recibieron muestras de apoyo, sino también amenazas por parte de la familia Carretero Zarzoza.
“Intentaron entablar comunicación el primer día. (Pidieron) que suspendiéramos esta huelga, que ellos no querían el desprestigio y que podíamos llegar a un arreglo, sin que se dieran cuenta las autoridades, sin que la gente se diera cuenta.
“(Nos dijeron) que nos dejaban ver al niño si nos quitábamos de aquí”, expresó Salma.
La joven también dijo estar siendo acosada vía Facebook por la familia de su expareja.
“Me mandan mensajes privados en donde me están acosando, me piden que deje de hacer esto”, aseveró.
Y mientras que aguardan la resolución sobre los amparos interpuestos, la familia de Salma aseguró que los abogados ya presentaron los recursos necesarios para que el menor no pueda salir del país.
La corriente parece ahora estar a su favor, pero los Domínguez Godínez adelantaron que la huelga no se levantará hasta que el pequeño Isaí esté de regreso en sus brazos.