
Los vemos caminar por las calles con la ayuda de un bastón o perro-guía; algunos son estudiantes, comerciantes, poetas, abogados o padres y madres de familia, son: las personas invidentes, quienes con esfuerzo luchan por tener una vida digna.
Para facilitarles la educación o que conozcan de las nuevas tecnologías, la Sala Tiflotécnica de la Capilla Alfonsina de la UANL ofrece diferentes servicios de manera gratuita.
Javier Rodríguez Martínez, coordinador matutino del área de estudios, explicó que actualmente acuden 35 personas de las cuales el 40 por ciento son estudiantes universitarios, el resto de nivel básico y de la comunidad.
Los invidentes y débiles visuales pueden hacer uso de los aparatos tecnológicos, el sistema Braille y el uso de lectores de pantalla, y lo mejor es que es para el público en general.
“El servicio tecnológico se da al público en general, a personas invidentes y débiles visuales para que tengan acceso a la igualdad de información. Tenemos desde niños hasta personas adultas, muchos vienen a hacer sus tareas y otros a aprender Braille.
“La finalidad de haberse hecho fue incorporar a las personas con discapacidad visual para que el estudio en la preparatoria y carrera no se les trunque, que se les facilite. El maestro no necesariamente tiene que saber leer el Braille, porque la computadora parlante tiene un programa llamado Jaws, que es un lector de pantalla, hacen sus tareas en Word y los entregan en el mismo”, explicó el guía quien tiene 49 años de edad.
El coordinador es débil visual, y tiene laborando desde el 13 de marzo de 2002, fecha en la que fueron abiertas las puertas de la sala.
Yo participé en el proyecto para la creación de la sala porque era una necesidad la que tenía la Universidad. Había discapacitados que entraban y la UANL no sabían ni cómo se las ingeniaba el alumno para estudiar, andaban con grabadorcitas, otros con apuntes en Braille y memorizando, por eso se pensó en abrirle camino a los demás, desde niños para que no tengan problemas en un futuro hasta adultos”, comentó Javier, quien es egresado de la facultad de Físico Matemáticas de la UANL.
El encargado contó que al paso de los años la asistencia al área de estudios ha idos disminuyendo, quizá porque en la Biblioteca Central se ofrece un servicio similar.
El equipo con el que cuenta la Sala Tiflotécnica consta de 10 computadoras con lectores de pantalla, 2 lectores de libro, 2 amplificadores de imágenes, 2 máquinas de perkins, una impresora Braille, captadores de imágenes, el Galileo (es un lector de libro que si quieres una copia tiene la función de una copiadora y en lugar de que esté en tinta lo escanea y lo traduce en audio), acceso a internet, entre otros.
El servicio es totalmente gratuito, pero el costo de cada aparato es muy costoso, por ejemplo, el amplificador de imágenes tiene un costo de 45 mil pesos y va en incremento.
“Tiempo atrás la gente ocupaba de otra persona para que le ayudara a leer un libro y tenían que memorizarlo, pero ahora con los avances tecnológicos lo pueden lograr de manera independiente; lo que vemos es que todos los aparatos son muy costosos, por eso hay pocos lugares en donde ofrecen este tipo de herramientas”, explicó Javier quien también padece de debilidad auditiva.
Y es que la computadora con un software audible tiene un costo aproximado a los 13 mil pesos, el cual indica el menú y según sea la necesidad de cada persona se configura, letra por letra, por palabra o todo el texto; la impresora Braille, un precio de 96 mil pesos.
Por su parte, Tabita Solís Vázquez, también encargada del área, explicó que el horario de la sala es de 8:00 a 22:00 horas, de lunes a viernes. Y el teléfono de contacto es 8329-4015 etx. 5387.
Cabe mencionar que al lugar acuden alumnos de facultades como: Derecho y Criminología; Psicología, Música, entre otras.
Además se ofrecerán cursos de verano totalmente gratuito, el cual constarán de 60 minutos de clases de computación y una hora de sistema Braille, durante el mes de julio y agosto.
Con la Sala Tiflotécnica no hay pretexto para no querer estudiar, la máxima casa de estudios se esfuerza para que los alumnos e interesados puedan aprender y hacer uso de las nuevas tecnologías, logrando así una mejor calidad educativa.