Decir Cadereyta es hablar de la capital de las escobas, un título que este municipio ubicado al oriente de Monterrey se ha ganado indiscutiblemente.
Desde los lejanos días en que el inglés Joseph Andrew Robertson introdujo el ferrocarril a la región, a principios del siglo pasado, el entonces pequeño pueblo ubicado en las márgenes del río Santa Catarina empezó a ver mejorar su suerte.
Eso lo saben mejor que nadie los propietarios y trabajadores de La Suprema, una de las siete grandes fábricas de escobas que junto a una docena de medianas empresas e incluso talleres caseros le dan la fama a la ciudad.
Tanto ha sido el auge de la producción de escobas que mensualmente se fabrican 75 mil docenas de escobas de mijo, el 75 por ciento se exporta al extranjero y el resto cubre el abasto del mercado nacional.
“Las primeras máquinas forjadoras para elaborar escobas las introdujo el coronel Joseph Andrew Robertson logrando con ello la industrialización y comercialización de la escoba de mijo”, comenta Rogelio Sada, gerente comercial de la fábrica La Suprema.
Robertson inició la industria aprovechando las abundantes cosechas de sorgo, dando así pie a una tradición que actualmente emplea a uno de cada 5 jimenences.
Hoy, Cadereyta Jiménez es cuna de una refinería de Petróleos Mexicanos y el comercio la ha hecho integrarse poco a poco a la zona conurbada pero, sin duda, son los artículos de limpieza los que le dan a su fama.
“La fabricación de la escoba en Cadereyta se convertido en una fuerte tradición, ello nos ha dado el título de la capital de la escoba a nivel mundial”, dice Rogelio.
En los albores de la historia escobera de Cadereyta, apenas se fabricaban una o dos docenas de estos artículos diariamente, mientras que hoy una sola empresa lanza al mercado 400 piezas en una semana.
Hoy no sólo se fabrican escobas con espiga, también las hay de plástico.
“Tenemos de diferentes materiales, sin embargo, la espiga es la mejor para producir escobas, por su durabilidad, flexibilidad y calidad”, comenta Rogelio Sada.
Cadereyta se ha posicionado como una de las ciudades con mayor producción tanto nacional como internacionalmente.
“Es tanta la producción de escoba aquí en la ciudad que la espiga debemos traerla de otras ciudades. En el caso de La Suprema, la traemos de Torreón”, agrega el gerente.
Pareciera que la economía en este municipio es buena, sin embargo, no todo ha sido fácil para la industria jimenense.
“Hemos estado en crisis. Últimamente, con todo lo que pasó este 2009 y el caso de la influenza, nuestras ventas bajaron y las exportaciones se vieron afectadas”, dice Rogelio.
Pero conservan el optimismo de que las cosas mejorarán en próximo año.
“Ya estamos retomando el camino y parece que el 2010 podremos ir recobrando terreno en la producción y venta de la escoba a nivel nacional y sobretodo internacional”, agrega.
Con todo, Cadereyta es un municipio orgulloso de haber salido adelante de la mano de un humilde pero indispensable artículo fabricado con paciencia casi artesanal.
La industria, de la cual han nacido destacadas empresas familiares, enfrenta dura competencia, sobre todo de China, pero sus capitanes confían en que barrerán con ella y seguirán ostentándose como la capital de las escobas.