
El 13 de octubre pasado el salón de plenos del Congreso del Estado registró un duelo interesante, “El Bronco” contra 42 diputados, representados por sus siete cabezas de bancada. No todos le tiran a matar, pero todos le tiran. Las cosas cambiaron esa misma noche cuando, arropado por sus seguidores, presentó un distinto informe de actividades”.
Diecinueve años atrás, él, entonces diputado por el distrito XXVI de la zona rural de extracción cenecista, había estado ahí en la caja de resonancia política del estado, mientras la entidad era gobernada por el panista Fernando Canales Clariond. Ahora es el gobernador independiente y está para recibir la artillería verbal de las bancadas.
Cosa menor, aunque algo álgida. Navegar a contracorriente le es común y si de balas se trata, ha estado bajo asedio de ráfagas de verdad -de plomo- al menos en dos ocasiones, en febrero y en marzo de 2011, cuando el crimen organizado lo quiso eliminar.
A sus 40 años, Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón era uno más de los diputados priistas, de la primera minoría en la 68 Legislatura y solía estar en su curul, entre la grilla y las gestiones para el campo. Hoy, a sus 59 inviernos (es del 28 de diciembre) es el representante del Ejecutivo estatal y como tal, es el invitado especial de la 73 Legislatura para que rinda su Primer Informe de Gobierno.
El primero de un gobernante independiente.
“El Bronco” sabía a lo que iba, la noche anterior, la del 12 de octubre lo reflexionó y pensó en lo que cada bancada le iba a decir.
Y, como era de esperarse, “El Bronco” rompió protocolos, inercias y puso fin a todo un ritual en el que, en efecto, al igual que sus antecesores Rodrigo Medina, Natividad González Parás, Fernando Canales y Sócrates Rizzo, escuchó la postura de cada grupo legislativo, pero contestó una parte de los señalamientos, críticas y embates de algunos de los legisladores.
Hizo alusiones personales e interactuó con los diputados, los llamó por su nombre, y, como limpiándose los raspones que le dieron, les regresó críticas, no sólo a ellos, sino hasta sus jefes de partido.
Fue el del 13 de octubre en el salón de plenos del Congreso del Estado un duelo interesante, “El Bronco” contra 42 diputados, representados por sus siete cabezas de bancada. No todos le tiran a matar, pero todos le tiran. Al menos los independientes, el Partido Verde, Panal y el PT, le reconocen avances, mientras que Movimiento Ciudadano le hace reclamos y se da tiempo para avalar algunas de sus acciones.
Hasta el PRI admite mejoras, al menos en las finanzas, pero eso sí, el “cobijagate” es la sombra que acompaña a Rodríguez Calderón desde hace caso un año y al igual que el caso Medina y la Operación Tornado, hasta ahora infructuosa, si se toma en cuenta que ninguno está tras las rejas, son los torpedos que más tiene que aguantar.
La ley dice que el gobernador puede sólo llevar o enviar al Congreso el estado que guarda la administración, es decir su informe de Gobierno, pero él les platica a los diputados y a los invitados que están en el pleno que quiso acudir y debatir.
“Mi mamá me enseñó –espero que ustedes me entiendan- que cuando uno va la casa de alguien, siempre es bien recibido, o que cuando alguien recibe en su casa, siempre es bien tratado… Nuevo León busca regresar al valor del respeto, yo pude no haber venido… (pero) en el sometimiento de la investidura de ustedes decidí venir con respeto”, atajó el gobernador en la introducción de su mensaje.
Ya para entonces los líderes de los grupos legislativos le habían señalado principalmente lo que a su juicio han sido las principales fallas de su administración, aunque en lo general, a excepción del PAN, no le habían regateado aciertos.
El coordinador de los panistas, Arturo Salinas, fue directo al iniciar su intervención con la interrogante: “¿Qué se informa cuando no hay nada qué informar?”.
El diputado resumió que el actual gobierno ha sido marcado por inseguridad; falta de combate a la corrupción e incumplimiento de promesas.
Y fue más allá: “Con soberbia, durante la campaña electoral el candidato Independiente vendió que él sería el único que podría sacar adelante a Nuevo León y terminaría con el lastre y corrupción que significaban los partidos políticos, que el Gobierno Independiente transformaría Nuevo León, que acabaría con la corrupción. Lo que durante la campaña prometió, en 12 meses se le cayó. Qué poquito les duró el gusto”.
En su momento, el líder de la bancada del PRI, Marco González, había hecho lo propio.
Se refirió al “cobijagate” y comparándolo el trato que le ha dado al ex gobernador Rodrigo Medina y a Rogelio Benavides Pintos, expresó que existe una marcada desigualdad en la aplicación de la justicia.
“Este funcionario está caminando libremente y sin ser habilitado. Eso, señor gobernador, está manchando su gobierno, y la oportunidad de oro ya la perdió. Lo más grave de todo es que la justicia no se está aplicando por igual”.
Marco González también le recordó al “Bronco” las palabras del líder nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza: “Más jale, menos Facebook. Le pedimos que gobierne en los 51 municipios rurales y metropolitanos, a todo lo largo y ancho de Nuevo León.”
Pero minutos después el gobernador le contestó al respecto con una mofa: “Sí funciona el Facebook para gobernar; le ahorró al gobierno mil millones de pesos. Marco, por favor, díselo al presidente de tu partido. O si quieres se lo digo por Facebook, que (los recursos) se los dábamos a las televisoras para que hablaran bien de sus gobernantes”.
“Aquí hubieras dicho que él es un diablito, que se robó la luz y el dinero de la Comisión Federal de Electricidad, pero no lo dijiste. Tenemos que ser congruentes”.
Así contestó “El Bronco” a su ex partido.
En general, los diputados también le hicieron ver a Rodríguez Calderón que le ha faltado comunicación y acercamiento con lo integrantes del Poder Legislativo.
El diputado de Movimiento Ciudadano, Samuel García, refirió que la llamada Operación Tornado ha sido un fiasco, pues de los 30 acusados por la malversación de unos 3 mil 600 millones de pesos ninguno está en prisión.
El propio García le dijo al gobernador que si cumplía con su cometido él lo apoyaría para que fuera el primer candidato independiente presidencial, y Rodríguez Calderón, al hacer uso de la palabra también le respondió que no se preocupara, que si no concretaba sus metas, ahí lo tendrían seis años.
Y así fueron expresándose los diputados, uno tras otro desde tribuna, mientras el gobernador escuchaba serio, de vez en vez apretando la mandíbula, casi inmóvil.
Rubén González Cabriales de Nueva Alianza criticó el incremento en la inseguridad, sobre todo la que le pega el patrimonio de los gobernados. La diputada independiente, Karina Barrón, criticó también el supuesto acto de corrupción por la compra de cobijas, pero contrarrestó su postura afirmando que “en la mayoría de la población sigue intacta la fe en el gobierno de Rodríguez Calderón”.
En el ambiente, pese a la metralla de críticas, no había tensión. El pique entre diputados y el Ejecutivo es prácticamente desde el inicio de la administración, y palabras más, palabras menos, sus posturas ya las habían venido telegrafeando a través de los medios y en las redes sociales, que son predilección del gobernador.
No en balde diría el joven diputado de MC Samuel García durante su intervención: “escuchará usted aquí distintas voces: unas arremeterán con dolor y ardor, otras con un tono más endeble y amigable, mientras unas por línea de partido lo felicitarán”.
García le hizo ver al “Bronco” que Movimiento Ciudadano respetaría su investidura, pero actuarían con franqueza, como a Jaime Heliodoro le gusta.
Entonces llegó el turno de Rodríguez Calderón.
De traje azul y corbata morada, su color, el mandatario estatal hizo uso de su conocida oratoria: política, reflexiva, con matices de motivador, abierta, propositiva, pero a la vez con arenga y combate.
Dijo que decidió llevar en su informe un mensaje conciliatorio, porque en la víspera su madre le había enviado un mensaje para que aguantara, para que no se enojara, pues al fin y al cabo, Nuevo León era más allá de él y el Legislativo.
Quizás por eso, acatando el llamado maternal, Rodríguez Calderón llamó a los parlamentarios a la unidad.
“No vengo a la confronta, no vengo a la discusión, vengo a convocar a la unidad para que podamos resolver los problemas de Nuevo León”.
Pero, ante la serie de reclamos que le hicieron minutos antes, “El Bronco” les advirtió: “Si fuimos capaces de resolver todo el dispendio de los gobiernos anteriores a los que ustedes representan… no escuché aquí de parte de ninguno de ustedes esa historia.
“Y los ciudadanos de Nuevo León quieren escuchar de ustedes eso, que no solamente vean el espejo de alguien que está frente a ustedes sino que también ustedes se vean en su propio espejo”.
Les dijo que para avanzar en el estado se requiere de la unidad de los tres poderes y convocó a los diputados a algo para ellos casi imposible, que “dejen sus intereses partidistas y se conviertan en ciudadanos, solamente en ciudadanos de este estado y le demuestren a quienes votaron por ustedes que lo hicieron bien”.
Jaime Heliodoro no atiborró de cifras a los parlamentarios, pero presumió las más cacaraqueadas que tiene que ver con el ahorro de mil millones de pesos al no pagar imagen en las televisoras, el ahorro millonarios por las licitaciones ahora sí legales en obras públicas, la baja en el déficit, los dineros que ahora pagan los bancos por manejar la nómina del estado y los 7 mil millones ahorrados al estado por la renegociación con la empresa Kia.
Eso sí, “El Bronco” admitió que la compra irregular de las 200 mil cobijas hechas por su ex asesora y ahora ex subsecretario de administración Rogelio Benavides le ha pesado a su Gobierno.
“Cierto, me ha pesado el tema de las cobijas, y lo afronto y soy evidentemente consciente de ello”, dijo.
LA FIESTA DEL PABELLÓN
Por la noche, la celebración del Primer Informe de Verdades se efectuó en el auditorio del Pabellón M, el céntrico y nuevo edificio propiedad de Salomón Marcuschamer.
Dueño del escenario, ataviado de su indumentaria de campaña: pantalón de mezclilla, camisa blanca, chaleco y botas color café, el primer gobernador independiente emitió un discurso de emociones, reflexiones y proyectos.
El encuentro nocturno fue con los suyos, su familia, su gabinete y sus familias, empresarios y representantes de organismos no gubernamentales que lo apoyan desde su campaña, unos mil 400 de los mil 680 ciudadanos invitados por Facebook, el arzobispo de la ciudad, alcaldes, diputados, federales y locales y una docena de políticos invitados.
Entre los políticos destacaban en primera fila el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, quien acudió con la representación presidencial; el ex gobernador Natividad González Parás; el panista Diego Fernández de Ceballos; los gobernadores Omar Fayad, de Hidalgo y Jorge Herrera Caldera, de Durango así como el jefe de Gobierno de la Ciudad de México Miguel Ángel Mancera.
Anteriormente, los gobernadores en turno solían tener un evento posterior al del Congreso con su gabinete, la clase política local, invitados y más invitados. Cena, transmisiones y enlaces en vivo en los canales de televisión con inserciones en medios nacionales, electrónicos e impresos. Todo era facturado.
En su Primer Informe de Verdades el Gobierno Independiente rompe también paradigmas.
Hay pantallas panorámicas videos con alta producción, enormes dibujos animados de “El Bronco” anunciando logros, música rap, parodias norteñas al estilo del piporro y hasta góspel.
En el evento de dos horas participa una niña indígena, Natalia López, de 14 años, quien es la voz de la gestión de Rodríguez Calderón, quien da un mensaje y deja en claro por qué la gente anhela un cambio y el combate a la corrupción.
Y ante los poco más de 3 mil asistentes, Rodríguez Calderón hizo uso de su narrativa espontánea, donde se permite decir cabrón, a toda madre, y en la que hace referencia a su mamá, a su origen humilde y campirano.
El agradecimiento, que comúnmente externa, lo expresó en varias ocasiones y, como de costumbre, sus referencias a Dios se hicieron presentes.
A diferencia de su comparecencia por la mañana y el mediodía, donde tuvo pocos aplausos, esta vez fue ovacionado en diversas ocasiones, pues enumeró los logros, reconoció haber cometido algunos errores pero sobre todo prometió ir por más avances y desarrollo para el estado.
En la fiesta también hubo pastel de tres capas, blanco con una vela y con letras moradas: 1 Aniversario de la Nueva Independencia.
Y así cerró su informe partiendo el pastel con su esposa, hijos y nietos, mientras en el escenario se escuchaba el himno de La Nueva Independencia, al estilo góspel, para minutos después dejarse querer y protagonizar el típico besamanos.
Y cuando la noche estaba a punto de irse, Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón se fue con su familia al departamento donde vive, en la torre “La Capital” en el 1400 de la calle Washington entre Félix U. Gómez y Héroes del 47, donde cenó con su secretario General de Gobierno, Manuel González.