El arco detector de metal se erige a escasos centímetros de la puerta de salida, programado para enviar la alerta en caso de percibir un objeto no permitido. El guardia de seguridad inspecciona a los pasajeros de forma manual, mientras que otro verifica las maletas de los paseantes. Tras el chequeo, el pasajero puede salir al andén y emprender su viaje… en autobús.
Los operativos de seguridad ya no son exclusivos de los aeropuertos, ahora las terminales de autobuses también cuentan con medidas de prevención intensas.
Dados los hechos recientes que se han registrado en los trayectos de las unidades, en las que pasajeros han protagonizado incidentes con armas de fuego y blancas, la sociedad se muestra intranquila y ha puesto la lupa en la vulnerabilidad del sistema de transporte.
Monterrey, ciudad que alberga una de las terminales más grandes de México con más de 40 andenes en función, desde hace cuatro años comenzó a intensificar sus operativos de seguridad. En un inicio con la llegada de elementos policiacos a las instalaciones de la central y posteriormente con el uso de tecnología como la instalación de cámaras de circuito cerrado.
“A partir de cuatro años hemos estado reforzando mucho lo que es la seguridad, tanto seguridad física como seguridad electrónica. La seguridad electrónica es el circuito cerrado, los detectores de metales en cada puerta y los detectores manuales para la gente, entonces se intensificaron las revisiones y esto ha sido a raíz de cómo han estado pasando las cosas y por las reuniones que se han tenido con las autoridades con las que estamos en conjunto”, indicó el jefe de Seguridad de la Central, Claudio Garza.
Las corporaciones de seguridad como la Policía Municipal, Estatal, Fuerza Civil y Federal se han instalado en el inmueble para prevenir y controlar cualquier incidente al interior o exterior del lugar. De hecho, la terminal de autobuses de Monterrey es la única en todo el país que cuenta con la presencia de la Policía Federal.
Las cámaras de seguridad en las taquillas, los detectores de metal en forma de arco junto a las salidas y los detectores manuales son algunos de los filtros que la central ha implementado para garantizar la seguridad de los pasajeros.
Pero no sólo se trata de colocar cámaras, el equipo de seguridad está pendiente de todo movimiento en el lugar, a través de un centro de monitoreo, que en caso de registrar una persona con actitud sospechosa se entabla comunicación con los guardias para que en determinado momento se le intercepte e interrogue. En el peor de los escenarios se le solicita ayuda a las corporaciones policiacas.
“Si vemos algo que esté fuera de lo normal o sospechoso se tiene radiocomunicación con los guardias y ya con eso, ya lo manejan y se hace el sondeo a la persona o si se tiene que intervenir con alguna autoridad, gerente de seguridad. Si vemos una situación se le pide el apoyo a la Policía Regia, se les habla, ellos ya vienen y ya se le detiene o se le pasa el parte para que ellos realicen la acción”, comentó el jefe de Seguridad.
Aunado a la seguridad física y tecnológica, la Policía Federal, el Instituto Nacional de Migración y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes mantienen reuniones frecuentes con los directivos de la central para verificar que se estén realizando los trabajos correctamente.
Sin embargo, las medidas de prevención no sólo se encuentran en el área del inmueble, también arriba de los autobuses, ya que una vez iniciado el recorrido, de manera sorpresiva un personal de seguridad sube a la unidad para filmar a los pasajeros, tal y como sucede en Estados Unidos.
“Se reforzó con cámaras de filmación que se le hace a los pasajeros, eso es una parte, se lleva una bitácora, obviamente se guarda el CD para en alguna situación que se pida. Eso lo hacemos hasta la hora del autobús para agarrarlos por sorpresa si ya pasaron un filtro o algo, como quiera los tenemos en la filmación”, Claudio Garza.
“Algunos de estos métodos no han sido bien recibidos por los pasajeros, pero son parte de las medidas necesarias”, aseguraron los entrevistados
La Policía Federal de igual manera realiza operativos independientes que incluyen la verificación del equipaje apoyados por un elemento canino.
“También la Policía Federal trae un canino en los rondines para hacer revisiones, obviamente ellos también están haciendo su labor, están trabajando en esa parte”, dijo Edgar Mejía.
Hasta el momento los altercados que se han registrado en la terminal de Monterrey son mínimos, ya que aquellos que han acaparado la atención pública se han desarrollado fuera del territorio de la capital en trayectos que tienen como destino el área metropolitana.
“Tenemos gente con estado alcohólico o gente que puede alborotar, pero un incidente mayor no se ha tenido. Por la parte de afuera sí, hemos dado el apoyo, como fue la semana pasada que fue en un camión urbano, se desarmó y se entregó a la Regia. Hace un año, se encontró una arma de fuego, pero de juguete”, indicó Edgar Mejía, gerente de la Central.
“Hemos sido una central en donde no nos han pegado, todo lo que ha pasado ha sido que vienen hacia acá, pero no alcanzan a llegar a Monterrey por los filtros de seguridad”, agregó el jefe de Seguridad.
La Central de Autobuses de Monterrey tiene 43 años de existencia. En ese lapso la seguridad siempre ha sido un rubro prioritario para sus administrativos. Por eso hoy, cuando la situación de inseguridad es delicada, los directivos del inmueble piden a los pasajeros su comprensión, pues toda revisión es para el bien del paseante.
“Pedirle la compresión a los pasajeros, que permitan hacer las revisiones cuando pasan los filtros y el tiempo, que no lleguen con el tiempo limitado porque existen algunas revisiones algo largas. La experiencia nos dice que los que llegan al último siempre son los que tenemos que revisar más. Se pide que lleguen 30 o 20 minutos antes para que no tenga que demorar la salida”, puntualizó Claudio Garza.
HECHOS INSÓLITOS
EN AUTOBUSES
El 24 de mayo, en la localidad de Paila, Coahuila, los pasajeros de un autobús proveniente de Durango con destino a Monterrey vivieron minutos de pánico cuando dos sujetos, armados con un cuchillo y una llave stillson, amagaron al chofer del camión y comenzaron a asaltaros.
Tras instantes de terror, el atraco fue frustrado por uno de los pasajeros, quien golpeó con la misma herramienta a uno de los presuntos delincuentes en la cabeza, quitándole la vida, mientras que el otro supuesto asaltante fue sometido a golpes por algunos de los pasajeros.
Fue en ese momento cuando el chofer del camión se comunicó con las autoridades en Monterrey, mismas que interceptaron en la central de Santa Catrina la unidad 3364 de la línea Futura.
Pero este no ha sido el único incidente que se ha registrado sobre un autobús en marcha recientemente. Tan sólo un día después del altercado en la autopista Saltillo-Monterrey, ahora en el centro del país, dos asaltantes armados perdieron la vida en manos de otro pasajero, quien disparó contra los sujetos, que con pistola en mano atracaban a los pasajeros.
La Policía Federal acudió al llamado de auxilio del autobús, en cuyo interior ya no había ningún pasajero, sólo los cuerpos tendidos de los presuntos asaltantes.
Los hechos insólitos que se han registrado en las carreteras de México evidencian la falta de seguridad en las terminales de autobuses del país. Aunque en Nuevo León no se han vivido dichas situaciones, los administrativos de la central ya disponen de todo un operativo de inteligencia, físico y tecnológico, para prevenirlas.