
Ha pasado más de un año desde que elementos de Fuerza Civil le arrebataron la vida a Rolando García Sánchez, y su familia sigue a la espera de justicia desde el día de la tragedia.
Y es que Irving Jiménez Galicia de 24 años, el único elemento que fue acusado por la muerte del golfista, fue puesto en libertad el pasado 7 de octubre tras obtener un amparo contra el auto de formal prisión.
Este amparo determinó que no había pruebas suficientes para responsabilizarlo del crimen y abandonó el Cereso de Cadereyta. El uniformado permaneció encarcelado desde el 6 de septiembre del 2014, tras 35 días de arraigo.
La liberación trajo consigo indignación, confusión y preguntas a la familia García Sánchez, quienes siguen a la espera de que se atrape al responsable.
“Si el señor (Irving Jiménez) no fue, entonces ¿cuál de todos fue? Si él salió porque no se le comprobó el acto, entonces ¿quiénes fueron? Nosotros queremos que se encuentre al responsable de la muerte de Rolando”, expresó Norberto García Sánchez, hermano del occiso.
Para él, la decisión dejó “mal parada” a las corporaciones policiacas que realizaron la investigación.
“Ha pasado un año y todavía no saben ni quién fue; ahí dejan mal a la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI) que dictaminó en el archivo que la bala que mató a mi hermano fue la del rifle de Irving Jiménez, ahí están dejando mal a otra corporación policiaca”, comentó.
De acuerdo con Norberto, no se les informó sobre la liberación de Jiménez Galicia y se enteraron cuando los medios de comunicación reportaron la noticia.
“Ni nos avisaron”, reclamó, “ni por medio de un escrito ni por Derechos Humanos. No fueron para mandar algo y nosotros saber que iba a salir libre el señor”.
Acusó a las autoridades de hacerse “de la vista gorda” con el asesinato de su hermano y de sólo decir contradicciones de lo que pasó la noche del 2 de agosto.
“No sé si por ser servidor público el señor tenga algún privilegio, pero hasta ahorita no han dicho nada más que puras contradicciones: dicen que lo venían siguiendo desde Villa de Santiago y que no se paraba, lo cual es mentira porque mi hermano traía un carro viejito que no corría; y ahora salen con que tenían un retén en La Rioja y que no se quiso parar, lo cual también es mentira porque no había retén ese día”, aseguró.
Su desesperación por la falta de respuestas ha puesto a la familia a sacar sus propias conclusiones sobre el caso, como que la persona detenida fue sólo un “chivo expiatorio”, que lo obligaron a que se echara la culpa o que lo mató el comandante de la patrulla.
“Nosotros queremos buscar al culpable. No estamos pidiendo que se juzgue a todos por igual, sólo que por ley encierren al que es, nada más, no pedimos nada más contra nadie”, reiteró.
LA AYUDA
QUE NUNCA LLEGÓ
Desde la muerte de Rolando, las autoridades se comprometieron con becas y apoyos económicos para sus hijas, pero nunca se cristalizó.
Aunque su viuda y huérfanas no han quedado solas, pues la familia las ayuda en todo lo que pueden, se las han visto muy difíciles.
“Uno hace el esfuerzo para mantenerlas a las tres, no las hemos dejado solas, porque el gobierno yo creo que no existe porque no se ha acercado nadie”, comentó Norberto.
Indicó que un día los citó el entonces comisario de Fuerza Civil, Felipe Gallo Gutiérrez, en un restaurante de San Agustín para discutir la ayuda que les daría a las niñas, de ese entonces 10 y 13 años.
“Nos prometió un mundo de cosas, lo cual nunca llegó”, indicó.
Agregó que “nos mandaron al abogado de Fuerza Civil y querían que firmáramos algo, que estábamos conformes con lo que iban a hacer, nos prometieron dinero, pero nosotros no accedimos a firmar porque estaba mal”.
Es por eso que hace un llamado al nuevo gobierno para que retomen el caso y hagan de nueva cuenta una investigación debidamente para que se aplique la ley.
Norberto espera que el gobernador, Jaime Rodríguez Calderón, los apoye en su búsqueda de justicia, tal y como su familia lo apoyó durante su campaña.
“Toda la familia lo apoyamos porque queríamos un cambio, fuimos a sus eventos, yo estuve con los motociclistas que apoyamos en su evento. Por medio de las redes sociales nos hemos querido intentar comunicar y no sé si el señor no nos oye o no le da importancia”, indicó.
La noche de la tragedia
:: Eran las 22:40 horas del 1 de agosto del 2014 y Rolando García regresaba a su domicilio en la colonia La Estanzuela a bordo de su automóvil Spirit blanco modelo 98 después de pasar el día en un torneo de golf en Allende, Nuevo León.
:: Por el lugar, los elementos de Fuerza Civil buscaban un automóvil similar al de Rolando, pues minutos antes una familia había denunciado que habían sido amagados con un arma de fuego por el hombre que lo conducía.
:: Minutos después los patrulleros interceptan a Rolando y se desata una persecución que culminó con su muerte por impactos de bala calibre 223. Pereció a unos metros de su domicilio.
:: De acuerdo a la información que proporcionó el entonces procurador del Estado, Adrián de la Garza, el occiso portaba un arma falsa con la que supuestamente amagó a una familia y después a los uniformados, versión negada por los familiares.
:: Después de la tragedia, siete uniformados que participaron en la persecución fueron arraigados para su investigación. Todos fueron puestos en libertad excepto Irving Jiménez Galicia, a quien se le giró una orden de aprensión por homicidio simple.
:: Tras un año de indagatorias, un amparo lo dejó en libertad el pasado 7 de octubre, al no encontrarse pruebas suficientes para responsabilizarlo por su muerte.