De nueva cuenta la capital de Nuevo León vuelve a ser escenario de un crimen de alto impacto, cuando tres hombres armados prendieron fuego a uno de los restaurantes más populares y lujosos de la ciudad, mismo que se encuentra a medio kilómetro donde hace años medio centenar de personas murió después de que incendiaran un casino.
De pronto se escuchó un portazo y a contraluz se veían tres hombres con garrafas llenas de gasolina. Era la mañana del 8 de febrero cuando alrededor de unos 25 empleados vivieron un momento de terror en el restaurante El Gran Pastor.
Julio Urbina García, un mesero de 68 años, relató cómo sus compañeros salieron aterrorizados del negocio de cabritos y carnes asadas, cuando una de las personas que traía una garrafa les dio la orden de salir del inmueble ubicado en José Eleuterio González y Francisco L. Rocha.
“Iba entrando por la puerta principal cuando de repente vi salir a todos los compañeros y algunos me gritaban: ‘córrele, córrele’, en eso me regresé”, platicó.
Minutos antes habían irrumpido la tranquilidad de aquel local de comidas. Mientras amenazaban con voz fuerte e imponente, que si no salían del negocio terminarían hechos cenizas, rociaban la barra y las mesas con el combustible.
Eran cerca de las 7:30 horas cuando ese grupo de hombres entró a El Gran Pastor para prenderle fuego, y aunque a unos 130 metros se encuentra la oficina local de Criminalística y Servicios Periciales de la Fiscalía General del Estado, aquella mañana nadie se percató de lo que pasaba.
A escasos 650 metros, pero casi nueve años atrás, un grupo de hombre armados y con recipientes llenos de gasolina, había incendiado el Casino Royale donde más de 50 personas perdieron la vida.
Esa imagen regresó a la memoria de los empleados, quienes daban gracias a un ser supremo de que en esta ocasión ellos sí pudieron salir para contar lo que había sucedido.
“Unos no podían ni hablar, otros sólo corrieron a la calle y esperaron a que se fueran”, rememoró Julio.
En cuestión de segundos las llamas consumieron la totalidad del interior del inmueble, pero gracias a la oportuna intervención de Bomberos de Nuevo León, el fuego no se propagó al exterior.
Casi de manera sincronizada, llegaron elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones, Ejército y Policía de Monterrey, delimitaron la zona para hacer las maniobras necesarias y los peritos de la Fiscalía General del Estado recabaron evidencias.
Los empleados permanecieron dentro de la zona del atentado y luego de unas horas ingresaron a una bodega aledaña para presuntamente ser interrogados por el personal investigador.
El mesero comentó que desconocían sobre alguna amenaza que se hubiera hecho días antes, y si es que la hubo, se dio directamente con el encargado del lugar, pues a ellos jamás les hicieron saber sobre alguna situación de riesgo.
Mientras los peritos y los investigadores realizaban su trabajo, el vice fiscal del Ministerio Público, Luis Enrique Orozco, informaba que en el atentado resultaron dos personas lesionadas, una con quemaduras leves y otra con síntomas de intoxicación.
Pese a la magnitud del hecho no hubo pérdidas humanas que lamentar, así lo repetían los empleados mientras se frotaban los rostros incrédulos de lo que les había sucedido.
Después de varias horas, uno a uno fueron saliendo de aquella bodega en la que estaban custodiados por elementos policiacos.
Algunos apresuraban su paso y hacían caso omiso a las preguntas de los reporteros. Tal vez lo único que pensaban era en llegar a casa y abrazar a sus familias.
Otros se limitaban a contar que habían llegado después del incidente y no se percataron de la acción.
Sin embargo en lo que si coincidían, los pocos trabajadores que hablaron con los reporteros, es en el miedo que sentían al saber que podrían ser blanco de otro ataque en otra sucursal de la empresa restaurantera.
“Aquí van a cerrar como tres semanas, mientras arreglan todo”, mientras nosotros tenemos que trabajar en el negocio que está en Simón Bolivar en Monterrey o el otro de San Pedro.
“Claro que tenemos miedo pero tenemos que trabajar. La verdad no sabemos si esto volverá a ocurrir, pero tenemos familias que mantener”, expresó una mujer quien prefirió omitir su nombre.
LA TRAGEDIA LOS RODEA
El hecho que se registró el pasado 8 de febrero en El Gran Pastor no es el primer incidente que ocurre en ese lugar, inclusive, años atrás, el dueño Eduardo Treviño, tuvo que huir del país por amenazas del crimen organizado.
El pasado 18 de junio de 2018 varios hombres armados ingresaron hasta la oficina de Gilberto de la Fuente Ramos, gerente del establecimiento, y lo ultimaron a tiros frente a los comensales.
Ese hecho se registró poco después de las 22:00 horas en la fecha señalada y sería por un supuesto ajuste de cuentas con el crimen organizado, aunque después se rumoró que el objetivo real sería el propietario de El Granjero, un lujoso restaurante ubicado en el municipio de San Pedro.
La línea de investigación más fuerte que siguen los agentes policiales es un intento de intimidación por parte del crimen organizado.
Las autoridades han manifestado en reiteradas ocasiones que cuentan con material que ayudará a esclarecer el hecho y que no están lejos de dar con los responsables, sin embargo no revelaron dicha información.
Tan sólo el municipio de Monterrey, aportó evidencia gráfica con el equipo de videograbación que se encuentra en la zona para ubicar el automóvil que fue utilizado para cometer el atentado.
Mientras tanto la alerta sigue en el área metropolitana, ante otro posible ataque contra los comercios.
MONTERREY EN ALERTA
El municipio de Monterrey se encuentra en alerta constante por los sucesos delictivos que se han presentado en los últimos días, así lo declaró en rueda de prensa el alcalde de ese municipio, Adrián de la Garza Santos.
Señaló que no sólo el acontecimiento de El Gran Pastor, prendieron los focos rojos en el tema de seguridad, pues la capital de Nuevo León está en alerta permanente.
Además agregó que trabajan en coordinación con la Agencia Estatal de Investigaciones, proporcionando información importante que ayude a esclarecer el suceso en el negocio de cabritos y carnes asadas.
“Nosotros tenemos la alerta constante, pero estamos trabajando en coordinación con la Agencia Estatal de Investigaciones para proporcionar información.
“Creo que ya hay datos importantes que ya tiene la autoridad investigadora para poder darle seguimiento a ese asunto en particular”, expresó.
Precisó que en todos las cuestiones que tienen que ver con la seguridad de los regiomontanos, trabajan en coordinación con el Estado y la Fiscalía, aportando datos que ayuden a esclarecen los delitos.
“En todos los asuntos trabajamos en coordinación con el Estado y la Fiscalía General de Nuevo León.
“En todo el territorio de Monterrey tenemos un sistema de inteligencia que nos aporta datos -respecto a los hechos delictivos- para ponerlos a disposición de la autoridad responsable y que se pueda dar con esas personas (delincuentes).
Dijo que ya están en pláticas con el Gobierno del Estado y otras autoridades para retomar el control total de la vigilancia en la capital de Nuevo León y que mientras tanto trabajan en un plan viable.
“Vamos a retomar los trabajos para hacer una propuesta viable y retomar el cien por ciento de la seguridad en Monterrey, seguramente lo tendremos de forma gradual”, apuntó.
Actualmente el gobierno municipal sólo vigila alrededor de un 40 por ciento del territorio en zonas específicas y el resto de la seguridad corre a cargo de la Guardia Auxiliar del Estado.