Sin contar lo cuantioso de los obsequios, instalar un pino navideño puede ser de lo más barato o representar un gran gasto para el bolsillo de quienes festejan la Navidad.
La instalación del pino navideño es una tradición que se remonta a la Europa del norte en los años 600 después de Cristo. En ese tiempo, cuando los primeros cristianos llegaron a esa región se dieron cuenta que los habitantes celebraban el nacimiento de un “dios del sol y la fertilidad”, adornando un árbol.
Para poder ganarse la confianza y simpatía de esa gente, los cristianos adoptaron esa tradición, pero dándole un significado diferente.
Como la fecha de los festejos de dicho dios era próxima a la Navidad que celebraban los católicos, se dice que San Bonifacio, evangelizador de Alemania, adornó un árbol con manzanas y velas.
Las manzanas simbolizaban el pecado original y las tentaciones, mientras que las velas representaban la luz de Jesús como salvador del mundo; con el tiempo esas manzanas fueron sustituidas por esferas y las velas por las luces navideñas.
Los regalos que se dejan bajo el pino, representan los obsequios que dieron los tres Reyes Magos al niño Jesús: oro, incienso y mirra, reconociéndolo como Rey, Dios y humano.
Uno de los objetos que perduró de la tradición de quienes creían en diversos dioses, fue la estrella en la parte alta del árbol.
Mientras que para los habitantes de la Europa del Norte esa estrella significaba el mundo de los dioses, en el cristianismo representa el astro que indica el lugar exacto del nacimiento de Jesús.
¿CUÁNTO CUESTA
PONER UN PINO?
Sin contar lo cuantioso de los obsequios, instalar un pino navideño puede ser de lo más barato o representar un gran gasto para el bolsillo de quienes festejan la Navidad.
Existen varios lugares donde las personas pueden adquirir los árboles y artículos navideños, lo más común es acudir a una de las diversas ferias del pino que se instalan en Monterrey y el área metropolitana.
En esos lugares se pueden encontrar objetos decorativos a bajo costo, comparado con los de las grandes cadenas de supermercados, en donde los precios de los árboles –sobre todo los artificiales- y los objetos decorativos se elevan considerablemente.
En la feria del pino de Garza Sada, Rubén García oferta pinos naturales de dos clases: douglas y noble; el douglas es de los más económicos, según el tamaño sus precios oscilan entre los 700 y 950 pesos.
El noble, al ser un árbol más frondoso y grande, ronda entre los mil 300 y mil 800 pesos. Los pinos se entregan amarrados con una base de madera y una vasija de plástico, donde cae el aceite que despide el tronco.
Ahí mismo la gente puede encontrar luces, esferas, pastle y musgo, entre otras cosas. Las esferas de plástico de 24, 36 y 50 piezas se encuentran en 150, 190 y 250 pesos respectivamente.
Las luces tradicionales -blanca o de colores- de 140, 300 y 500 focos cuestan 140, 200 y 250 pesos, los focos led con sonido y diferentes tipos de encendido rondan los 240 y hasta 400 pesos.
La variante en las luces depende de la cantidad de focos y el tipo de tecnología; por ejemplo: la luz blanca de cascada de nueve metros con 600 focos se encuentra en 350 pesos en el puesto de Rubén.
En tanto que en la feria del pino de Lázaro Cárdenas, que se ubica entre Cerro de la Silla y Cerro del Obispado en la colonia Mirador Residencial, Juan vende pinos entre 800 y tres mil 200 pesos.
Al igual que Rubén, Juan cuenta con dos variedades de árboles para decorar: el douglas y el noble.
Los precios de las luces tradicionales son ligeramente más baratos, pero con menos cantidad de lámparas, pues se encuentran en 50 y 100 pesos. Las que no varían tanto son la led, que se ofrecen en 320 y 380 pesos con 300 y 400 focos.
Las cajas con cuatro y seis esferas cuestan 85 y 95 pesos. La estrella que adorna la punta del árbol, no pasa los 100.
En contraste con los precios que se pudieron encontrar en las ferias de los pinos, en donde la mayoría de los comerciantes son artesanos del centro y sur del país, en los grandes centros comerciales los costos son exagerados.
Un pino artificial en una tienda departamental se puede encontrar desde los 800 hasta los cinco mil pesos, dependiendo del tamaño y la decoración de las hojas.
Los listones decorativos sobrepasan los 100 pesos, y si el árbol se quiere adornar de una manera contrastante, se tiene que invertir en al menos dos o tres rollos de tela, que posteriormente colgarán del remate del pino.
Si a eso se añade la flor de noche buena artificial, los piñones o los inmensos moños que se colocan en la parte superior de las ramas, los precios se elevan estratosféricamente, pues una sola flor de noche buena sobrepasa los 20 pesos.
Inclusive hay réplicas de la flor navideña con un costo de hasta 450 pesos, una suma exagerada para una simple decoración.
LAS DIFERENCIAS
Para poder elegir entre qué árbol navideño se desea poner para adornar la casa, es necesario saber el presupuesto con el que se cuenta para la instalación, pero sobre todo los pros y contras de los pinos naturales y artificiales.
Los árboles naturales despiden un aroma agradable y fresco que ambienta la casa, aún más en la época decembrina.
Son 100 por ciento biodegradables y eso ayuda a evitar la contaminación, además que durante el tiempo en que crecen para alcanzar su tamaño comercializable eliminan el bióxido de carbono de la atmósfera.
Los inconvenientes de las plantas naturales es que son más frágiles y difíciles de transportar, y no siempre la procedencia es lícita.
Hay que tener especial cuidado y mantenerlos frescos, pues el exceso de calor pudiera ocasionar el deterioro y descoloramiento más rápido en sus ramas y hojas.
En cambio, los pinos artificiales se vuelven más económicos al poderse utilizar por varios años, se puede economizar aún más si se adquiere un árbol con artículos decorativos integrados.
Al contrario de los árboles naturales, los de plástico están elaborados con derivados del petróleo y su elaboración provoca contaminación en el medio ambiente.
Otro aspecto en contra de los artificiales es que la gran mayoría son producidos en China, donde las normativas de sanidad son escasas.
En conclusión, los árboles artificiales son más duraderos, baratos y necesitan menos cuidados; sin embargo, representan un riesgo mayor para la salud y el medio ambiente.
Así es que hay que considerar los aspectos anteriores antes de adquirir un pino en la temporada decembrina.
UNA RAMA BASTA
La instalación del árbol no siempre tiene que representar un gasto excesivo para las personas, pues hay quienes optan -ya sea por necesidad o tradición- por adornar una rama seca y así evitar un gasto “innecesario”.
Con un puño de cal -previamente batida- se pinta la rama a elección y posteriormente se decora con bolas de unicel (pintadas), pelo de ángel (figurando la nieve), y escarcha cola de gato.
Los artículos antes mencionados no representan un gasto mayor, pues el metro de escarcha ronda los ocho y 10 pesos, el kilo de cal los 15, las bolas de unicel cuestan aproximadamente tres pesos y el pelo de ángel unos 20. La rama es gratis, sólo es cuestión de encontrar la indicada.
Claro está que elegir esta opción representa un mayor esfuerzo al pintar las bolas de unicel y la rama de árbol; sin embargo, para muchas familias es una bonita tradición que refuerza la unión entre padres e hijos.
A la decoración se le puede agregar el tradicional pastle y musgo, que se pueden adquirir desde los 25 pesos la bolsa.
Las piedras con excéntricos relieves también pueden ayudar a dar un toque más de acuerdo con la época y no es necesario invertir grandes cantidades de dinero para obtenerlas.
Lo importante es adornar el espacio interior o exterior de los hogares con un bonito árbol navideño, gusto que dependerá de cada una de las personas.