por Emanuel Suárez Y MARILú OVIEDO
La tarde del martes 9 de agosto, Nuevo León vivió un capítulo más de la cruenta inseguridad que trastoca al territorio: fue cerca de las 15:00 horas cuando un grupo de sujetos armados a bordo de vehículos ingresaron al Centro de Readaptación Social del Topo Chico, al oriente de Monterrey, desatando un tiroteo al interior del reclusorio que dejó como saldo dos personas sin vida y una serie de heridos.
Este episodio evidenció la vulnerabilidad de las instituciones en cuestión de seguridad, ya que el mencionado ataque es tan sólo el más reciente atentado en contra de instalaciones gubernamentales.
Edificios como el del Consulado de Estados Unidos en Monterrey, La Agencia Estatal de Investigaciones, las corporaciones policiacas del área metropolitana, penales e incluso televisoras han sido blanco de ráfagas y artefactos explosivos, por lo que su estructura se ha visto forzada a cambiar para brindar protección a su recurso más importante, el humano.
Es así que a raíz de que se suscitaron algunos ataques, las barricadas, gigantescos muros y bardas de tubos de acero forman ahora parte de las fachadas y decoración de algunas instituciones del área metropolitana.
PENAL DEL TOPO CHICO
El Penal del Topo Chico es uno de los espacios más afectados por la violencia y donde las autoridades decidieron desde inicio de año realizar adecuaciones viales en el perímetro del inmueble para desviar la llegada de posibles ataques al Cereso, así lo informó el 3 de febrero el vocero de Seguridad del Estado, Jorge Domene Zambrano.
“Hoy se inician algunos trabajos adicionales en los cuales impediremos también el tránsito libre a ciertas calles aledañas (…) con la compresión de la comunidad que esto es en beneficio de la seguridad de todos”, indicó el vocero.
Sin embargo, tal parece que las modificaciones no dieron el resultado esperado, ya que el 9 de junio, cuatro artefactos explosivos fueron arrojados a los alrededores del tutelar de menores y el Palacio de Justicia. Sólo un explosivo logró estallar, pero eso bastó para que un custodio y un guardia privado resultaran heridos.
El incidente anterior no fue un caso aislado, pues tan sólo dos meses más tarde, la estrategia de cerrar calles aledañas volvió a ser vulnerada. El 4 de agosto un grupo de desconocidos abrió fuego contra unidades de la policía estatal y lanzó una granada contra los mismos edificios, teniendo como resultado cuatro civiles lesionados y dos uniformados. Aún así, la estrategia de seguridad continuó de la misma manera.
No fue hasta hace unos días, tras el tiroteo del 9 de agosto, cuando las autoridades del reclusorio decidieron reforzar sus medidas de seguridad y colocar barreras de concreto sobre las calles que rodean al inmueble con el objetivo de controlar definitivamente el acceso vehicular.
Se trata de pesados y enormes bloques que forman una barrera en la entrada del penal por la calle Palacio de Justicia, mientras que en la arteria Rodrigo Gómez, una cantidad mayor de barreras fueron colocados a diferentes distancias para obstaculizar el tránsito.
De esta manera es como el Penal de Topo Chico intenta “blindar” las entradas a su edificio y se une a la fiebre de las instituciones que se ven forzadas a implementar barreras improvisadas para evitar ser víctima de un atentado.
AGENCIA ESTATAL DE INVESTIGACIONES
Recientemente, la Agencia Estatal de Investigaciones de la Procuraduría General de Justicia comenzó la construcción de un muro de concreto sobre la fachada del inmueble. El motivo: evitar un nuevo ataque a sus instalaciones como el sufrido en junio pasado cuando alrededor de las 11:20 horas un artefacto explosivo fue arrojado a su entrada principal, ubicada sobre la avenida Gonzalitos, y que dejó como resultó una empleada del lugar herida.
Los trabajos de la nueva estructura que busca dar seguridad a la agencia aún no han finalizado, por lo que en la entrada de la misma pueden observarse bloques, varillas y cintas con la leyenda de “precaución”.
En su interior, los estragos del ataque todavía pueden apreciarse, algunas puertas y ventanas mantienen las marcas que dejaron las esquirlas. De igual manera, también puede notarse una mayor vigilancia por parte de guardias de seguridad.
El 9 de junio la Agencia Estatal de Investigaciones se sumó a las instituciones que han sido blancos de la inseguridad, una lista que sin duda encabezan las corporaciones policiacas.
MONTERREY
El fenómeno de bloquear calles no es exclusivo de los penales, la Secretaría de Seguridad Pública del municipio de Monterrey es un claro ejemplo de esto.
Ubicada en el parque Alamey, en la colonia del Norte, el cuartel ha obstaculizado el cruce de las calles que la rodean, a pesar de que ésta no ha sido víctima de ataques, a diferencia de sus delegaciones, así lo informó el secretario de la dependencia, Jorge Fernando Garza Morales.
Cintas amarilla de precaución, conos naranjas y tambos de desviación se observan en la calle Ladrón de Guevara, que resguardan con recelo el edificio desde hace cuatro meses. El bloqueo se extiende hasta la calle Mariano Arista.
La circulación a vehículos particulares es negada y sólo patrullas de la regia pueden transitar.
La gran cantidad de ventanales que anteriormente resaltaban de la institución, ahora están cubiertas de block y cemento, pues fueron selladas.
Además con recursos del Subsidio para la Seguridad Pública Municipal (Subsemun) ya se trabaja en la construcción de una barda perimetral, que tendrá una altura de 3.5 metros y quedará finalizaba para octubre.
“Dentro del plan que tenemos de Subsemun, se solicitó parte de ello para una barda perimetral que ya se está trabajando en ello. La barda perimetral está comenzando por la calle Arista y para el mes de octubre quedará concluida, tendrá una altura de 3.5 metros”, mencionó el titular de la Policía Regia.
Y por si fuera poco, la corporación también está echando mano de la tecnología con la ampliación del sistema de circuito cerrado que ya contaban y la colocación de más videocámaras en los alrededores del edificio.
“Además en la Secretaría de Seguridad Pública estamos mejorando los sistemas de control de entrada, es importante la barda. Se va a mejorar la caseta de vigilancia. La guardia interna está reforzada. También serán instaladas 14 cámaras más para el área de la Alamey y en coordinación con el Estado”, dijo Garza Morales.
Y es que en cuestión de seguridad no se puede escatimar en esfuerzos, mucho menos cuando la amenaza es latente, pues en repetidas ocasiones las delegaciones de la policía regia han sido atacadas con explosivos, tal fue el caso del 31 de mayo, cuando a la delegación oriente fueron arrojadas granadas mientras realizaba el cambio de turno. La detonación causó la muerte de un policía y dejó herido a dos más.
Es por eso que en la mencionada delegación, ubicada en la colonia Fierro, se está valorando la colocación de portones.
Y es que de acuerdo a Garza Morales, el cuerpo de policía debe sentirse seguro y tranquilo al laborar, por lo que esperan la nueva infraestructura pueda garantizarle seguridad al personal.
GUADALUPE
Durante la última quincena del mes de mayo, los alrededores de la Secretaría de Seguridad Pública de Guadalupe fueron escenario de incidentes relacionados con la inseguridad, ya que en seis ocasiones restos humanos fueron localizados en los interiores de taxis que eran dejados cerca de la corporación como un evidente desafío.
Ante tal situación, la policía municipal se vio obligada a implementar cercos de seguridad en el exterior e interior del edificio, medidas que están a la vista de cualquiera que busque ingresar. Sin embargo, al tratar de conocer más al respecto, el municipio prefirió no dar declaración alguna, aunque éstas son más que evidentes.
En el exterior, uniformados en los techos vigilan sigilosamente el área que rodea el edificio, mientras que barreras formadas por sacos de arena, colocados en las antiguas entradas al estacionamiento impiden el acceso de vehículos.
En la entrada principal, elementos de la policía vigilan a todo el que ingrese y le solicitan quitarse anteojos, si se llevan puestos. A las mujeres se les revisa su bolso y una vez verificado se puede entrar.
Ya en el interior nuevamente columnas de sacos de arena se erigen detrás de los cristales para frenar el paso de balas o artefactos explosivos
Por el momento se desconoce si Guadalupe también construirá muros alrededor de su corporación, pero lo que sí es bien sabido es que este municipio ha sido uno de los más afectados por ataques relacionados con inseguridad.
“Otra vez los alrededores de la sede de la Policía de Guadalupe fueron escenario de un hecho de violencia, al ser encontrado esta madrugada un hombre decapitado, maniatado y con huellas de tortura dentro de la cajuela de un ecotaxi. Este es el sexto incidente violento cometido en los alrededores de un inmueble del municipio en 13 días”, publicó un periódico local, el 31 de mayo.
ESCOBEDO
El 28 de mayo de 2010, el secretario de Seguridad Pública y Vialidad de Escobedo, General Brigadier retirado Hermelindo Lara Cruz, fue víctima de un ataque con armas de alto poder en las propias instalaciones del C4, en la colonia Parque Industrial Escobedo.
El ataque, que duró cerca de 40 minutos y del cual resultó ileso el General, también fue contra las instalaciones de la secretaría, que sufrieron grandes daños.
Como el resto de los municipios, Escobedo se vio vulnerable ante futuros ataques por lo que de inmediato comenzó la construcción de una gigantesca barda alrededor del centro de comando.
Se trata de un muro de más de cinco metro de altura que cubre por completo la fachada de la secretaría y que controla el acceso de automóviles y personas al interior de la misma.
A la par fueron instaladas dos casetas de vigilancia en cada uno de los extremos de la barda sobre la avenida Las Torres, desde donde se aprecia con toda facilidad la imponente estructura.
Pero además las ventanas del segundo piso del inmueble, que fueron destrozadas durante el ataque, fueron blindadas con placas de acero sobre los cristales con el fin de reforzar la seguridad.
SAN PEDRO
Con una altura mayor a los 3 metros, el municipio de San Pedro es otro que se suma a la colocación de muros perimetrales en los bordes de la Secretaría de Seguridad y aunque es ligeramente más pequeño que el de otras instituciones fue creado con el mismo fin: impedir ataques a la corporación.
Y es que aunque presuma de ser un municipio “blindado”, San Pedro no ha podido escaparse de los embates de la inseguridad, ya que el 29 de diciembre de 2010 las corporaciones del municipio fueron atacadas con armas de alto calibre y artefactos explosivos, cobrando la vida de varios uniformados.
Los hechos orillaron a que las autoridades decidieran cerrar las vialidades aledañas a la Presidencia Municipal, el Palacio de Justicia, el C4 y la misma policía por temor a más ataques.
Actualmente, las vialidades han sido reabiertas, pero la seguridad en los edificios continúa, así como también se mantiene la barda de protección en la Secretaría de Seguridad Pública.
SANTA CATARINA
Ubicada en la colonia Enrique Rangel, la Secretaría de Seguridad Pública y Vialidad de Santa Catarina restringe medianamente la circulación de la vialidad gracias a la colocación de una barricada, conformada por más de seis bloques de concreto sobre la avenida Migue Alemán, que dejan sólo un carril para transitar.
Aunado a la barricada, un pequeño muro fue construido al frente del edificio en donde también se ubica un guardia de seguridad.
El municipio tiene motivos suficientes para buscar controlar el acceso de vehículos y peatones a las instalaciones de la policía, ya que hace apenas dos meses, Santa Catarina fue escenario de un hecho sin precedentes en la entidad: el 27 de junio, el director de la policía de Santa Catarina, Germán Pérez, fue privado de la vida en su propia oficina.
De acuerdo a versiones, un grupo de sujetos armados ingresaron hasta las instalaciones de la Secretaría de Seguridad Pública municipal, en donde le dispararon con armas de fuego.
Previa a este incidente, la policía municipal ya había sido víctima de ataques con granadas, como la ocurrida en mayo pasado, cuando minutos antes de las 22:00 horas fue lanzado un artefacto explosivo a las instalaciones, pero no logró detonar.
APODACA Y SAN NICOLÁS
El común denominador de ambos municipios es que aún no han realizado cambios en su infraestructura o por lo menos no tan visibles.
Y es que aunque también las dos corporaciones han sufrido ataques, hasta el momento los cambios en sus instalaciones han sido mínimos.
En Apodaca, municipio en el que el 16 de marzo la subdelegación de la policía ubicada en la colonia El Mezquital fue atacada por armas largas, la fachada de la Secretaría de Seguridad Pública no se ha modificada, el estacionamiento continúa abierto y sólo un par de guardias custodian la entrada a las instalaciones.
Por su parte, el municipio de San Nicolás optó por colocar portones de acero en los accesos al patio de la corporación, a la que sólo se puede ingresar una vez identificado y a través de una pequeña ventanilla que tiene cada acceso.
CONSULADO DE ESTADOS UNIDOS EN MONTERREY
Tras el estallido de la violencia en Monterrey una de las primeras instituciones atacadas fue el Consulado de Estados Unidos en la ciudad. La sede diplomática fue atacada con armas largas y una granada que no logró explotar en octubre de 2008.
Tras el hecho registrado, el Consulado, localizado sobre la avenida Constitución, blindó sus instalaciones primeramente con una muralla de hormigón armado frente a su fachada para después colocar una nueva barrera de concreto para reforzar su seguridad.
La dimensión de las nuevas estructuras es tal, que incluso algunos carriles de la transitada avenida fueron cedidos a la sede diplomática. v