En México, cada hora un hombre muere a causa del cáncer de próstata, el segundo tumor más frecuente y de mayor mortandad en el sexo masculino.
Se trata de un carcinoma lento y silencioso que, de acuerdo a la Secretaría de Salud del estado, ataca a uno de cada 10 mil varones en Nuevo León, principalmente mayores de 50 años.
La entidad es una de las tres más afectadas en el país por este tipo de cáncer, pues registra un índice de mortalidad de 32 casos por cada 100 mil habitantes, pero a pesar de la problemática que representa no existe una cultura ni campaña de salud dirigida a su prevención.
En el territorio neoleonés, cada una de las unidades de salud tiene la capacidad de realizar las pesquisas oportunas para detectarlo, pero la poca difusión que se le da al tema y la ausencia de brigadas específicas provocan que una limitada población masculina se realice las mencionadas pruebas.
Anteriormente, la Secretaría de Salud del Estado dedicaba un día particular de junio para concientizar a los varones sobre el cáncer de próstata y otros males relacionados; sin embargo, el evento no se realiza más y las autoridades de salud se enfocaron sobre todo a empresas, en donde existe una alta concentración de varones.
“Se hacía una campaña en junio, cuando se festeja el Día del Padre, en algún momento se hizo esa campaña en donde invitábamos a los varones a concientizarlos sobre el cáncer de próstata y todo lo demás, pero un día específico no se tiene, pero se trabaja en todas las unidades de salud”, indicó la doctora Marcela Vázquez Estrada, responsable de medicina preventiva de la Secretaría de Salud.
A la par, el Colegio de Urólogos de Nuevo León también ha intentado aliarse con salubridad del estado para implementar programas especiales en pro de la detección oportuna del carcinoma de próstata; no obstante, ningún plan se ha podido concretar, tal y como indicó el urólogo José Guadalupe Leal Quintanilla.
“A nivel estatal, la sociedad de urólogos a la que pertenezco, el Colegio de Urólogos de Nuevo León, estaba implementando junto con salubridad estatal una revisión incluso con consulta gratuita de muchos urólogos que trabajamos en el medio privado para poder diagnosticar cánceres de próstata, quedó en veremos, el Presidente estaba platicando con la gente de salud del estado para hacerlo más formal”, indicó el especialista.
La falta de fundaciones o asociaciones civiles que difundan la importancia de realizarse pruebas para detectar este cáncer evidencia la falta de atención hacia la problemática, cuya detección viene incluida en la cartilla nacional de salud.
A mayor edad, existen más posibilidades de padecer este tumor, por lo que de seguir así, en un par de años cuando la población joven de Nuevo León pase a la edad adulta, el cáncer de próstata podría convertirse en un problema de salud pública.
“Puede suceder, si no los checamos, si no los hacemos conscientes a los hombres arriba de 40 años a que se estén checando constantemente, pues sí puede dar problema en el futuro porque sí ha habido más incidencia, no hay una prevalencia, porque se detectan más”, indicó el especialista.
Aunado a los escasos programas gubernamentales, el fracaso de las campañas contra esta neoplacia radica en la propia población masculina, quien aún mantiene tabúes que le impiden acudir a los centros de salud.
Para determinar el carcinoma se requiere de un examen físico, el tacto rectal ó de una prueba de antígeno, con una muestra de sangre, siendo el primero el más confiable, pero también el más temido por los hombres.
“Lo más difícil es que acepte la población masculina a irse a checar. Es la cuestión de la cultura, el hombre cuando alguien le dicen próstata, prefieren irse a la prueba del antígeno y no pasar por el tacto rectal porque ahí sienten que su hombría se ve afectada y realmente no. Es un examen, hay que verlo de esa manera”, indicó la doctora Vázquez Estrada.
El cáncer de próstata se encuentra en el 50 por ciento de los hombres mayores de 70 años y prácticamente en todos los mayores de 90 años, pero su presencia se puede dar en edades más tempranas.
Por tal razón, los especialistas recomiendan que todo varón arriba de los 40 años se realice pruebas para verificar el estado de la próstata una vez al año.
Aunque es un padecimiento que afecta mayormente a los adultos, el factor genético orilla también a que los jóvenes de 21 años en adelante se practiquen este tipo de exámenes cuando un familiar cercano lo haya sufrido.
“Hay una carga genética importante de mencionar. Es decir, que si tienes un familiar que padeció cáncer de próstata, tienes dos veces más la posibilidad de presentarlo; si tienes dos familiares, es cinco veces más probable; tres familiares, es 11 veces más la probabilidad; pero si es un hermano con cáncer, entonces tienes 17 veces más posibilidades de padecer el cáncer. De ahí la importancia de que cuando a un familiar se le detecte cáncer de próstata el resto de los hombres de la familia acudan con el médico y se les pueda hacer una detección oportuna de la enfermedad”, comentó la doctora Marcela Vázquez.
DETECCIÓN Y TRATAMIENTO
A nivel mundial, el cáncer de próstata es la cuarta neoplacia más frecuente y a la que se le atribuyen el 3.2 por ciento de las muertes por cáncer. Se presenta con mayor frecuencia en países de occidente y factores como el consumo de grasa animal, tabaco, alcohol, ingesta crónica de vitamina A, infecciones de transmisión sexual y exposición a minerales industriales, propician el desarrollo del carcinoma.
En la mayoría de las ocasiones, el cáncer de próstata no presenta síntomas o éstos pueden ser confundidos con los de otros padecimientos, pero algunas de las características que pueden dar un indicio del tumor se detectan en la orina.
“Como cualquier enfermedad hacer una historia clínica completa en donde se le pregunta intencionadamente las características al ir al orinar, del chorro de la orina, si va más frecuente a orinar y orina menos cantidad, lo que es el calibre de la orina, si hay problemas en la eyaculación al momento de la relación sexual”, indicó la doctora Marcela Vázquez.
Cuando se trata de un carcinoma avanzado los síntomas pueden ser dolor en los huesos, en la región lumbar y en la espalda. Además, el cáncer puede producir lesiones a distancia de los ganglios linfáticos, la columna, el hígado y el pulmón, lo que se conoce como metástasis.
Existen diferentes métodos para diagnosticarlo: el tacto rectal, que es la técnica más confiable y la prueba del antígeno, que aunque es la más solicitada, no es del todo certera; aunado a éstos se detalla un historial clínico para apoyar los estudios.
“El examen físico, es a través del tacto rectal que sabemos es indoloro, pero es incómodo para el hombre, pero es muy importante porque nos va a dar las características de la próstata, características que no nos va a dar un ultrasonido o una radiografía. Muchos de los hombres prefieren irse directamente al antígeno prostático, pero la elevación del antígeno no siempre es por el cáncer”,
Como toda carcinoma, si el cáncer de próstata se detecta a tiempo se puede eliminar, sin afectar la calidad de vida del paciente. Las biopsias serán las encargadas de determinar qué tipo de tratamiento es el que se va a aplicar: hormonal, radiación o cirugía.
En la hormonal, los cirujanos bloquean la testosterona en la sangre con el fin de que el tumor no crezca, pues la hormona masculina es su principal fuente de alimentación.
“El 80 por ciento de los cánceres de próstata se nutren de las hormonas que tenemos los hombres, de la testosterona. Lo que hacemos en el tratamiento hormonal es bloquear esa hormona en sangre y se puede bloquear en dos niveles, la mayor parte de esa hormona se produce en testículo y se bloquea a nivel testicular y la otra hay unas hormonas en la hipófisis que estimulan el testículo para que produzca la testosterona, también bloqueamos esa hormona, para que el tumor no crezca”, mencionó el urólogo José Guadalupe Leal Quintanilla.
La radioterapia puede ser externa o interna: en la primera, unas pequeñas semillas de radiación se colocan en la zona afectada para arrojar constantemente cargas a las células cancerígenas; en la segunda, una máquina es la encargada de dirigir la radiación hacia el área invadida por el carcinoma.
La cirugía radical de próstata es una de las elecciones más eficientes, consiste en extirpar por vía suprapúbica la próstata, incluyendo las vesículas seminales. Si se realiza a un tiempo preciso los pacientes pueden ser curados completamente de cáncer.
Algunos de los efectos secundarios de los tratamientos pueden ser incontinencia urinaria y disminución de la actividad sexual; sin embargo, la mayoría de los pacientes que se los realizan son de edad avanzada, por lo que la afectación es mínima.
“Con la radiación actual no hay muchos efectos secundarios, con la cirugía radical de próstata podría haber incontinencia urinaria e impotencia al 100 por ciento de los pacientes. Con la hormonoterapia puede haber ginecomástica, crecimiento de mamas, disfunción eréctil, disminución del apetito sexual, pero son personas mayores, que ya su vida sexual pasa a segundo término, lo que más les importa es su vida”, dijo Leal Quintanilla.
Para prevenir la neoplacia de próstata, los especialistas recomiendan reducir el consumo de carnes rojas, evitar exponerse al humo de vehículos, cromo, hierro, cadmio, zinc y sobre todo una buena alimentación.
“Hay algunos factores que disminuyen la probabilidad que es el consumo del licopeno, que viene en el tomate, el omega tres y el selenio que viene en los pescados de agua fría, como el salmón y el consumo de vitamina E”, comentó la docotra Vázquez Estrada.
En su consultorio particular el urólogo Guadalupe Leal detecta en promedio cinco casos nuevos de cáncer de próstata al mes, lo que se traduce a que ya está existiendo mayor apertura sobre el tema en la población masculina, aunque aún hayan miedos.
“Ya la gente tiene más conciencia, se sigue teniendo mucho tabú, mucho miedo al tacto rectal, pero ya hay más conciencia de la gente, ya hay más compromiso de ellos mismos o con la familia de que se estén checando para que no haya nada malo, nada canceroso”, indicó el especialista.
Aunque de manera lenta, afortunadamente cada vez son más los hombres que acceden a practicarse pruebas para detectar el tumor en la glándula prostática, lo que hará que las cifras continúen en aumento, sin embargo, a mayor número de casos detectados, mayor posibilidad de salvar la vida de los pacientes.