
En el Barrio Antiguo de Monterrey prevalece un desorden generado por los comerciantes y empresarios restauranteros quienes, desafiando a la autoridad municipal, se han apropiado de algunas partes de la zona de rodamiento de vehículos para ampliar sus negocios.
Luego del descenso en las ventas y visitantes que sufrió el Barrio Antiguo con el problema de la inseguridad, que acabó con la vida nocturna que caracterizaba a la zona, poco a poco la actividad comienza a incrementarse.
Aunque ahora con un giro más cultural y restaurantero que en sus mejores tiempos, las calles y banquetas del histórico sector cada vez lucen más repletas, pero no sólo por los miles de paseantes que recibe a diario, sino por las mesas, sillas y hasta anuncios publicitarios que invaden dichas vías.
Y es que los negocios de la localidad han tomado la vía pública como propia para extender sus negocios y así recibir más comensales, mientras que algunos otros optan por exhibir sus menús y ofertas sin importarles bloquear el paso peatonal.
Esta situación resulta incómoda para los paseantes que visitan el Barrio Antiguo, pues se ven en la necesidad de sacarles la vuelta e incluso de ponerse en riesgo al tener que caminar por la calle ante el bloqueo de banquetas.
También resulta ser un escenario incómodo para los automovilistas, que en ocasiones tienen que maniobrar para no llevarse de encuentro los anuncios, o al no encontrar lugares de estacionamiento gracias a los mismos.
Además de ser un contratiempo, también es una falta administrativa.
Se informó que, hasta el momento, el Municipio de Monterrey no ha brindado ni un solo permiso de esta categoría.
De acuerdo con información proporcionada por personal de la Administración Municipal, en lo que va del año se han realizado alrededor de 40 decomisos de inmuebles que ocupaban las calles y banquetas del Barrio Antiguo, al no contar con permisos para situarse en las calles.
Pero esta situación es pasada por alto por los administradores de los negocios, que continúan haciendo suya la vía pública.v