
Tres seminaristas mexicanos pasaron la noche en la Plaza de San Pedro y aseguraron un buen lugar en la ceremonia de beatificación de Juan Pablo II.
“Realmente es un evento muy especial para nosotros en cuanto a que nuestra generación ha nacido con Juan Pablo II , hemos convivido con él durante toda la vida y ahora verlo beato es una bendición para todos nosotros y una motivación a la perseverancia cristiana”, manifestó Jorge, quien es originario de Zacatecas pero tiene cuatro años estudiando en Roma.
“Cuando el papa Juan Pablo II murió, me tocó estar aquí en la Plaza de San Pedro y ahora con la bendición de la beatificación a unos años de distancia. Y para nosotros que estamos estudiando para el sacerdocio es una ocasión muy importante”, señaló por su parte Gilberto, zacatecano igual que su compañero.
Jorge consideró que es una gran experiencia personal y vocacional poder estar presentes en un evento de tal magnitud que ha repercutido favorablemente en toda la humanidad.
“Hace rato veníamos comentando que el Santo Padre sigue atrayendo al mundo entero, y siento que la misma presencia de Juan Pablo II hace que haya más unidad entre todos los seres humanos y entonces de alguna manera el hecho de la beatificación va a traer bendiciones en general”, reiteró.
Sobre la esperanza que Juan Pablo II ya nombrado beato pueda sembrar en los corazones de los mexicanos, especialmente ahora que el país sufre un clima de violencia generada por el crimen organizado, los jóvenes aspirantes a sacerdotes coincidieron que este acontecimiento sirve para reflexionar sobre la situación actual.
Tal vez pueda ser un momento de que la gente pueda acrecentar su fe, de que todos podamos unirnos porque en los momentos más difíciles es cuando uno debe acercarse a Dios, a sus creencias y acrecentar su fe.
“Es una gracia especial estar aquí y que todos nos encomendemos al nuevo beato y pienso que nos va a bendecir; el Papa siempre quiso mucho a México y a cada una de las regiones de México”, expresó a su vez César, un joven procedente de Tamaulipas.
Los jóvenes seminaristas pertenecen a la congregación Misioneros de Cristo Mediador, fundada en San Luis Potosí por Servando Nieto Guerrero y la Casa General se encuentra en Tampico, Tamaulipas donde forman las primeras bases.
Comentaron que la institución a la que asisten en Roma es Regina Postulorum que se encuentra en la Vía Aurelia y es atendida por los Legionarios de Cristo.