Con la autorización de la autora, a continuación se reproduce un extracto de la entrevista que la periodista Valentina Alazraki le hizo al Papa Francisco para Televisa. Algunos de los asuntos tratados en la conversación original son feminicidio, migraciones, el muro de Trump entre Estados Unidos y México, narcotráfico y abusos por parte de clérigos
Por Valentina Alazraki
— Papa Francisco, antes que nada, gracias. Sabemos que el presidente Andrés Manuel López Obrador lo invitó a México, tengo entendido de que no va a ir…
Por el momento no…
— Pero que le ha dicho que con gusto le recibiría…
Es verdad. Por el momento tengo que ir a otros lados donde no he ido. Pero me gustaría volver a México, es inolvidable, México.
— Bueno, usted fue… en su viaje a México, usted tocó yo creo que realmente los puntos neurálgicos del país ¿no? Estuvo en la frontera norte, y celebró esa misa memorable frente al muro. Desafortunadamente Papa Francisco, en estos cuatro años la situación no ha mejorado nada… Se sigue hablando de construir más muro, incluso de cerrar la frontera. Hemos visto imágenes desgarradoras de niños separados de sus familias, de sus papás, no sé si usted ha visto esas fotos, esos vídeos, son impresionantes. Yo no sé, me parece algo terrible y que no es digno de nuestros tiempos…
Yo no sé qué sucede cuando entra esta nueva cultura de defender territorios haciendo muro ¿no? Ya conocimos uno, el de Berlín, que bastantes dolores de cabeza nos trajo y bastante sufrimiento… Pero parece que lo que hace el hombre es lo que no hacen los animales ¿no? El hombre es el único animal que cae dos veces en el mismo hoyo ¿no? Volvemos a lo mismo ¿no? El levantar muros como si esa fuera la defensa ¿no? Cuando la defensa es el dialogo, el crecimiento, la acogida y la educación, la integración, o el sano límite del “no se puede más”, pero humano… En esto no me refiero solo al límite de México, hablo de todas las barreras que hay. Me referí así, en una entrevista no hace mucho, a lo que hay en Ceuta y Melilla es terrible, con las concertinas. Después el gobierno las mando a sacar ¿no?… pero es cruel, es cruel. Y separar a los chicos de los padres va contra el derecho natural, y esos cristianos… no lo pueden ser tampoco. Es cruel. Se cae en la crueldad más grande. Para defender ¿qué? El territorio, o la economía del país o vaya a saber qué ¿no? Pero son esquemas de pensamiento que se vuelcan al quehacer político, y hacen una política de ese tipo ¿no? Es muy triste ¿no?
— Si en lugar de estar yo aquí, que usted me conoce, estuviera sentado el presidente Trump, y no hubiera cámaras, ¿qué le diría?
Lo mismo. Lo mismo, porque esto lo digo en público ¡eh! Lo he dicho en público. También dije en público que quien construye muros termina prisionero de los muros que construye… En vez quien construye puentes fraterniza, da la mano, aunque se quede del otro lado… Pero hay dialogo ¿no? Y se puede defender el territorio perfectamente con un puente… no necesariamente con un muro. Hablo de puentes políticos de puentes culturales ¿no es cierto? No vamos a hacer un puente en todas las fronteras ¿no? Es imposible.
— Usted también estuvo en la frontera sur de México, y es donde allí ahora hay una emergencia humanitaria, una crisis humanitaria fuertísima que están denunciando todos los días los obispos de México, sobre todo los que se encuentran en ese territorio. Ya no se dan abasto los centros de acogida, las obras de la Iglesia. Hemos visto estas caravanas de centroamericanos pasando por México hacia el norte, ahora llegan muchos cubanos y… Papa Francisco, ahora están llegando africanos, a México. Entonces, a parte de la emergencia, de la crisis humanitaria, se corre el peligro que como aquí, empiecen olas de xenofobia, porque es una guerra entre pobres ¿me entiende? Ósea los mexicanos pobres se ven invadidos digamos… entonces, ¿qué le hace pensar esa situación?
En el quehacer político mundial hay algo que no funciona… Hay algo que no funciona, y en el fondo creo que la base es el maltrato ambiental y el maltrato económico. Del maltrato ambiental podemos hablar después. El maltrato económico… Cada vez hay menos ricos, ay que bueno ¡no! Menos ricos con la mayoría de la fortuna del mundo. Y cada vez hay más pobres con menos de lo mínimo para vivir… Ósea toda la fortuna está concentrada en grupos bastante pequeños en relación a los otros… Y los pobres son más. Entonces, claro: los pobres buscan fronteras, buscan salidas, horizontes nuevos ¿no? Creo que ese es el origen ¿no? El desgaste económico ¿no? Que ya no es económico, es financiero… Ya salimos del mundo de la economía, estamos en el mundo de las finanzas. Donde las finanzas son gaseosas. Un poco como acá los italianos… la cadena de san Antonio ¿no? Que uno da, da, y uno cree que tiene veinte mil y termina teniendo quinientos ¿no? Es decir, lo concreto de la fortuna en un mundo de finanzas es mínimo… Lo demás es fantasía, es gas ¿no? Y en este mundo de las finanzas es donde se dan estas injusticias sociales. En cambio, una economía de mercado así, ortodoxa, no funciona… Pero una economía social de mercado -como San Juan Pablo II la propuso- funciona, dialogando, funciona, pero ya se salió de la economía de mercado, de las finanzas… Una economista famosa me dijo que intentó hacer un dialogo entre economía, humanismo y espiritualidad, y le fue bien… Quiso hacer lo mismo entre finanzas, humanismo y espiritualidad y no le funcionó porque por eso gaseoso y abstracto que tiene, la finanza. Pero vamos, resumiendo. Usted me preguntó a qué se debe todo este…
— Que hacen los mexicanos en el medio, porque claro, algunos tienen que salirse ellos del país, ahora ellos tienen que recibir a los que están peor…
Pero es un problema mundial, vea África, Asia mismo ¿no? Es decir, es un problema mundial con este desequilibrio que ya lo señalaban los papas anteriores ¿no?, este desequilibrio económico- financiero… Pocos ricos relativamente… Con toda la plata, y muchos pobres, sin lo necesario.
— Papa Francisco, tampoco… El tema de la violencia. Ud. lo tocó, lo vivió lo supo obviamente en estos años y cuando estuvo en México, pero tampoco se ha resuelto. El 2018 fue un año terrible con 40 mil muertos… En los primeros tres meses de este año los datos últimos son, hablan de más de 8400 personas muertas, es decir que cada día en México mueren 90 personas. Al final de este día en el que estamos hablando, habrá 90 personas muertas… Los desaparecidos ya no se cuentan. Los papás que buscan a sus hijos. Desaparecidos. Las fosas comunes… Es una situación muy, muy dramática. Que le diría Ud. ¿Qué puede hacer un gobierno, la sociedad civil, la Iglesia misma, para intentar resolver este problema?
A un gobierno no sé qué medidas concretas le aconsejaría, porque eso es un quehacer de la política, de la política creativa. Sean creativos en la política, una política de dialogo, de desarrollo. Del compromiso. A veces no queda más remedio que el compromiso: de pactar con ciertas situaciones hasta que se aclaren las otras, ¿no es cierto?
— ¿Pactar con quiénes?
Con otros que no la piensan como nosotros ¿no? Digo, ir a los pactos… Pero si los gestores de la política de un país se pelean entre ellos sufre el país. Pacten por el bien del país no es cierto. Buscar salidas políticas que yo no las sé decir porque no soy político… No tengo ese oficio. Pero la política es creativa. No nos olvidemos que es una de las formas más altas de la caridad, del amor, del amor social, pero cuando la política es tirar para cada lado, entonces ahí se crea una situación de violencia ya en el mismo seno del quehacer político ¿no?
— Y los que dicen que hay que pactar con los responsables del narcotráfico para encontrar una salida, usted cómo siente ese tema…
A mí me suena mal. A mí me suena mal… Es como si yo para ayudar a la evangelización de un país, pactara con el diablo… ósea hay pactos que no se pueden hacer. El pacto político debe hacerse por el bien del país.
— Por la reconciliación también de todo el país…
Reconciliación que es una palabra ya muy usada y que nadie entiende porque se ha gastado demasiado ¿no? Pero, el acuerdo político… El acuerdo político que es menos fuerte ¿no? El acuerdo entre los diversos partidos políticos, entre los diversos sectores de la sociedad, la Iglesia también… es ayudando ¿no? Es lo que hace falta convocatoria de acuerdos para resolver los graves problemas de un país ¿no?
— Yo me acuerdo que hace cuatro años me llamó la atención porque dijo que México era un país castigado por el diablo porque estaba la Virgen de Guadalupe. Mientras usted estuvo frente de la Virgen de Guadalupe en la Basílica largo rato, ¿que se dijeron?
Si, realmente el diablo le tiene bronca a México… Es verdad. Cuando los mismos mártires nuestros ¿no? Las persecuciones a los cristianos que son persecuciones que en otros países de América no se dieron con tanta virulencia ¿Por qué en México? Algo paso ahí. Hay como una especial… esto no es teología. Hablo, habla el hombre de pueblo: como si el diablo le tuviera bronca a México ¿no? Porque si no, no se explican tantas cosas… Por otro, lado México es un país de todo, es frontera en el sentido que es un paso de la América Latina hacia la América del Norte ¿no? Eso también influye mucho, cierto.
— Papa Francisco hablando de violencia hay un tema que, yo me estoy digamos, entregando mucho a este tema que digamos es la violencia contra las mujeres. Los feminicidios. Esta cadenita me la dio una mujer que le mataron su marido en frente de ella que estaba embarazada. Esta es una camisa que me han pedido que le entregue. Es de una mujer que mataron frente a su hijo… El caso contrario. Y me han pedido que se la entregue para que usted la tenga y piense en todas estas mujeres víctimas de violencia, en México y en el mundo… Se llamaba Rocío…
Rocío… Acá hay una vida truncada, una historia acabada por la violencia, la injusticia por el dolor…
— ¿Es que sabe qué pasa? Que se habla de estadísticas, pero esta se llama Rocío, esta se llama Grecia, esta se llama Miroslava, en fin, son nombres… Son nombres, personas de carne y hueso, y no se entiende por qué se está generando esta violencia de genero contra la mujer cada día en Italia, en España en el mundo entero. En México… no son estadísticas, son mujeres… Usted por qué cree que hay este odio, este odio, no sé, hacia la mujer que lleva a tantos feminicidios…
Yo no sabría dar una explicación sociológica hoy… Si me atrevo a decir que todavía la mujer está en segundo lugar… en segundo lugar. En un viaje aéreo les conté lo que se dice, como empezaron las joyas de las mujeres. ¿Se acuerdan? Bueno… Desde aquella época prehistórica si es verdad o no, veremos… la mujer está ahí. Y eso en el imaginario colectivo. Si acaso la mujer logra puestos importantes, de influjos importantes, los conocemos, casos de mujeres geniales. Pero en el imaginario colectivo ¡uy mira vos una mujer llegó! ¡Llegó a ser un premio nobel! Gran casualidad. Eso mismo… Ud. vea el genio literario cómo se expresa en estas cosas. Y esta en segundo lugar, ¿no? y del segundo lugar a ser objeto de esclavitud basta ver… por Termini, por las calles de Roma ¿no es cierto? Y son mujeres en Europa, la culta Roma. Son mujeres esclavas. Esclavas. Pues son para eso… Y bueno, de ahí a matarlas… cuando visité a un centro de chicas rescatadas en el Año de la Misericordia, una tenía cortada la oreja porque no había traído lo necesario y… ¿no? Ellos tienen un control especial sobre los clientes entonces… Si la chica no cumple le pegan o la castigan como a esta otra… Mujeres esclavas ¿no? Acabo de leer el libro de Nadia Murad, L’ultima ragazza, cuando estuvo acá me lo regaló en italiano. Si usted no lo leyó se lo aconsejo… Ahí está, en una cultura especial, pero está concentrado lo que todo el mundo piensa de la mujer. El mundo sin la mujer no funciona. No por porque es la que trae los hijos, dejemos la procreación de lado… Una casa sin la mujer no funciona. Hay una palabra que está por caerse del diccionario, porque todo el mundo le tiene miedo: ternura. Es patrimonio de la mujer. Ahora, de ahí al feminicidio, a la esclavitud, hay un paso ¿no? Cuál es el odio, yo no lo sabría explicar. Quizás algún antropólogo lo pueda hacer más ¿no? Y cómo se crea ¿matar mujeres es una aventura? No lo sé explicar. Pero que evidentemente que siga en segundo lugar, y ahora la expresión de sorpresa cuando una mujer es exitosa lo indica ¿no?
— Hay un tema, bueno, a usted se lo han dicho mil veces, es el tema de los migrantes, de los refugiados. Hay gente que dice: “y bueno siempre está hablando de este tema de los migrantes y habla mucho más de este tema que a lo mejor de hablar de los temas, de los valores que antes se decían valores irrenunciables del catolicismo como la defensa de la vida, por decir uno. Entonces, por qué siente que es su prioridad, porque yo siento que quizás es una de sus grandes prioridades este tema.
Porque es una prioridad hoy día en el mundo. Empezamos hablando de migrantes, ¿eh? Es una prioridad en el mundo, el mundo migratorio hoy día es tal punto que yo he tomado en mis manos la sección migrantes del Dicasterio del Desarrollo Humano Integral para darle un significado, no es cierto, estamos teniendo todos los días noticias que el Mediterráneo es cada vez más cementerio, por poner un ejemplo.
(…) Sobre el aborto yo hago dos preguntas no más, muy claras: ¿Es justo – ya la hizo otro periodista y la hice en la plaza y me contestó la plaza – es justo eliminar una vida humana para resolver un problema? Y la plaza gritó: ¡no! Y yo digo: no. Segunda pregunta: ¿Es justo alquilar un sicario para resolver un problema? No. El aborto no es un problema religioso en el sentido que porque soy católico no puedo abortar, ¡es un problema humano! Es un problema de eliminar una vida humana. Punto. Y ahí me paro.
— Qué es lo más bonito que cree que ha hecho…
Lo más bonito para mí siempre es estar con la gente, qué querés que te diga… Yo revivo cuando voy a la plaza, cuando voy a una parroquia…
— Las cárceles….
Cárceles… estar con la gente. Sí, soy Papa, soy obispo, fui cardenal… esto puede caer todo, pero por favor, que no me saquen ser cura.
— Que huela a oveja además…
Que huela a oveja y que huela a sagrario, los dos olores. Eso lo vivo, es mi vocación ser cura.
— Papa Francisco ya me ha concedido demasiado tiempo…
Yo les agradezco, le agradezco todo. Yo quisiera terminar hablando a Rocío. Esta mujer no pudo ver a sus hijos, no los pudo ver crecer y tenemos acá su camisa. Yo quisiera decirle a los que nos están viendo que más que una camisa es una bandera, una bandera del sufrimiento de tantas mujeres que dan vida y dan la vida y que pasan anónimamente. De Rocío sabemos el nombre, tantas otras no. De Grecia también. Pasan sin dejar el nombre pero dejan la semilla. La sangre de Rocío y de tantas mujeres asesinadas, usadas, vendidas, explotadas, yo creo que tiene que ser semilla de una toma de consciencia de todo esto. Yo quisiera pedirle a los que nos están viendo que en algún momento hagan un ratito de silencio en su corazón y piensen en Rocío, le pongan cara a Rocío, piensen en tantas mujeres como ella. Y si rezan, recen, si desean, deseen, y que ojalá el Señor les de la gracia de llorar. Llorar sobre toda esta injusticia, sobre todo este mundo salvaje y cruel, donde la cultura parece que es solo cuestión de enciclopedia. O sea quisiera terminar con este recuerdo y la palabra: Rocío.
— Se lo agradezco mucho como mujer y como mexicana. Gracias Papa Francisco.