Aunque parezca difícil de creer, la Unión Americana tiene aviones equipados con tecnología capaz de leer una hoja en el suelo a 19 mil pies sobre el nivel del mar (unos 57 mil 900 metros de altura). Desde 1995 estas poderosas máquinas son empleadas para usos estratégicos de defensa preventiva, militar y geopolítica en los hemisferios norte y oriental, principalmente.
Desarrollado a comienzos de la década de los 90, el MQ-1 Predator, por su nombre técnico en inglés, es un vehículo aéreo que no requiere de tripulación para poder ser piloteado. Se opera desde estaciones de control terrestres mediante el enlace de un satélite y una plantilla compuesta de 55 personas por base.
Desde un principio Estados Unidos encomendó a la empresa General Atomics Aeronautical Systems –con sede en San Diego, California–, hacerse cargo de su fabricación para uso exclusivo del gobierno. A partir de entonces la nave ha incursionado en conflictos bélicos como el de Bosnia, Serbia, Afganistán, Yemen e Irak como fuente de información.
Aunque dispone con capacidad ofensiva de incorporarle dos misiles AGM-114 Hellfire, este aparato tiene su principal arma en el potente sensor óptico AN/AAS-52(V), que proporciona un alto alcance de detección de blancos mediante rayos infrarrojos, con giros horizontales de 360 grados y verticales de 180, enviando imágenes precisas a remota distancia. Además posee un sofisticado lector de sonido digital creado por los laboratorios Dolby.
Henry Cuellar, congresista por el 28 Distrito electoral de Texas, es uno de los impulsores del “Depredador”, traducido así al español como símbolo guardián del territorio norteamericano. El legislador de originario de Laredo admitió que este avión ha permitido al American Homeland Security obtener notables resultados en sus tareas de inteligencia nacional, que en la última década ha sido amenazada por ataques terroristas y la porosidad de las fronteras.
“Esta herramienta es de mucha utilidad para el país. Yo tengo un video donde va mirando y si encuentra alguna anomalía se acerca y manda señales a las autoridades correspondientes para que se dirijan a esa área y actúen en consecuencia. Es que cuando vas a 19 mil pies puedes ver mucho por millas y millas y estos aparatos llevan unas cámaras muy avanzadas que pueden ver bastante al mismo tiempo”, destacó.
Actualmente el objetivo primordial de la aeronave no tripulada es detectar cruces de indocumentados, drogas y cualquier clase de contrabando proveniente del lado sur de la frontera. A decir de Cuellar, cuyos padres fueron trabajadores inmigrantes, cada avión tiene una capacidad de volar al menos 16 horas sin parar antes de abastecer combustible, aunque se trabaja para que alcance una autonomía de 42 horas.
“Puede estar allá arriba por mucho tiempo y si mira algo, manda la información a los oficiales de la Border Patrol y ellos van allá… Esto sigue a las personas”, señaló escuetamente.
Sin embargo, el precio de mantener en el cielo todos los días esta maravilla de la tecnología aeronáutica es muy elevado, aunque para Cuellar el gasto está bien justificado.
“Cuesta mucho, pero también es algo que ayuda mucho. Podemos hablar de que cuando se pone una base con todo y la gente que la opera cada equipo vale entre 20 a 30 millones de dólares (una cifra máxima cercana a los 400 millones de pesos mexicanos). En el pasado no había este tipo de aditamentos, pero ahorita ya contamos con uno en Corpus Christi, el cual ha sido muy efectivo, pues inspecciona una distancia de mil 200 millas entre Brownsville y la ciudad de El Paso. Esperamos en menos de dos meses disponer de otro más”, mencionó.
El centro de comando del segundo avión estará también en la costa sureste de la Unión Americana. El resto (de los ya existentes) obedecen órdenes en el lado oeste de la nación.
“En Arizona van a haber cuatro y en el norte hay otros dos o tres, pero aquí en esta área esperamos tener un mínimo de cuatro en un futuro cercano”, agregó Cuellar.
TECNOLOGiA DE PUNTA
El MQ-1 Predator es uno de los mecanismos aéreos más empleados en los últimos años por el gobierno de Estados Unidos para sus tácticas de inteligencia. De hecho, en la Guerra de Irak estuvieron participando alrededor de 60 aparatos de este tipo, de los cuales 20 fueron sacados de combate, según informes del ejército, no tanto por ataques en contra, sino por las condiciones atmosféricas de hielo, nieve, ventiscas y granizo.
El plano de montaje de esta nave incluye una antena radar, un sistema de navegación GPS, una antena de comunicación de satélite denominada Ku-bar; un grabador de video con sonido, antenas GPS a la derecha e izquierda de las alas; equipo de identificación, dos tanques de combustible, un refrigerador para el motor, una máquina a turbina 914F, un suministrador de energía, un módulo de control secundario, un codificador de video, un controlador de deshielo, un sensor electro-óptico infrarrojo, un detector de hielo, una bancada antiincendio y una cámara de morro, entre otros modernos instrumentos. Dichas especificaciones hacen del “Depredador” un gran aliado para espiar al enemigo y cuidar los intereses de la nación.
El motor que porta este avión –que no posee ventanillas ni cabina–, es marca Rotax de cuatro tiempos. Tiene un doble carburador, doble encendido electrónico, además de una capacidad máxima de 113 caballos de fuerza y cinco mil 500 revoluciones por minuto. Esto quiere decir que puede llevar una carga de cuatro toneladas y media adicionales. Su velocidad operativa es de 217 kilómetros por hora, con un alcance de hasta 726 kilómetros por hora.
Cuando el aeroplano mantiene una distancia pequeña entre la torre de control y la pista de aterrizaje maneja un sistema de comunicación banda C(8), pero al alejarse cambia al banda Ku, para transferir información triangular a través del puesto de comando, el satélite y la nave.
El “APX-100(6)”, es un procedimiento mediante el cual el “Depredador” se identifica al entrar en contacto con otro avión o radar, ya sean “amigos” o “enemigos”.
Aparte de Estados Unidos, en el mundo sólo tres países operan este modelo: Italia, Inglaterra y Turquía, aunque existen naciones con sus propios aeroplanos teledirigidos, como Israel y Rusia. El primero tiene, por ejemplo, al Skylark, al Hermes 450, al Skystar 300 y al UAV Orbiter, mientras que los soviéticos al Tupolevs Tu-141 y Tu 143.
Pero todo indica que la Unión Americana lidera esta industria, pues según el sitio español de noticias 20minutos.es “un documento del Departamento de Estado refiere que la nación pasó de tener 300 unidades “Depredador” en 2002 a contar más de siete mil en la actualidad”.
OJOS A DISTANCIA
Cuellar no quiso profundizar acerca del tiempo que estos aviones realizan su recorrido sobre la frontera ni tampoco sobre el itinerario que conservan: “Todo depende, porque si hallan algo se van a poner a volar en la zona en específico y bueno, cuando mencionamos el tema de la frontera de Texas con México, de Brownsville hasta El Paso estamos hablando de casi mil 200 millas.
“En estos momentos sólo está operando un avión en el área y esperamos sacar el otro. En menos de dos meses debe estar aquí ya el segundo”, reiteró.
El entrevistado dijo que a pesar de que el “Depredador” no lleva una tripulación física, la persona que opera el control principal es un piloto experto, lo cual permite conducir el aparato como si en realidad se estuviese ahí. El campo de visualización es incluso mejor al que se tiene en un aeroplano convencional.
“Esto es como un joystick, con lo que juegan los niños, que a control remoto puede planearse sin ningún problema, pero no tiene la opción de que alguien lo maneje por dentro”, agregó.
Cabe hacer mención que los materiales con que está construido este avión son a base de fibras de carbono entrelazadas con aramida (una fibra sintética) que lo hace mucho más ligero; sin embargo, el procedimiento es lento y requiere personal capacitado.
Por su parte, el fuselaje está soportado mediante una serie de costillas fabricadas en fibra de carbono y aluminio. El tren de aterrizaje de tipo triciclo también es de aluminio, así como los compartimentos donde se guardan los sensores.
La cola está insertada en “V” invertida para darle mayor estabilidad al aparato, para reducir la resistencia con el aire y para que las ondas de radares enemigos se reflejen en otra dirección.
Además, el “Depredador” –que tiene una longitud de 8.23 metros, una envergadura de 14.8 metros de ancho y una altura de 2.1 metros– está diseñado para que pueda fácilmente ser desmontado. Es factible sacar todos los equipos auxiliares, quitar las alas, el tren de aterrizaje, las superficies de la cola y el motor. Por ello, su transporte es sencillo y se pueden sustituir rápidamente las piezas enteras.
Por su gran polivalencia, la fama de este avión sigue creciendo, como incrementándose su utilización en diversas partes del mundo, incluso, al interior de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos. En este país lo emplea el Comando Aéreo de Combate, la Guardia Nacional Aérea, la Agencia Central de Inteligencia y la Patrulla Fronteriza, principalmente.
La facilidad y seguridad con la que recopila información geográfica de alto alcance permite al “Depredador” revivir pasajes de la Guerra Fría, en el que el espionaje fue el ingrediente fundamental del enfrentamiento ideológico que ha existido entre la Unión Americana y la Antigua Unión Soviética, aunque ahora temas como la migración ilegal, el terrorismo y la delincuencia parecen concentrar más el uso de esta tecnología. v