Texas.-
La cifra de indocumentados que formaron el gran campamento en la fronteriza ciudad de Del Río (colindante con Ciudad Acuña, Coahuila) osciló entre las 5 y 10 mil personas.
Fluctuó en el último mes de acuerdo al arribo de más caribeños y su posterior traslado, pero una parte ya fue desalojado.
Elementos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) repatriaron a cientos de ellos hasta Puerto Príncipe, Haití, y este viernes han comenzado las tareas de limpieza de la zona, aunque todavía hay un grupo numeroso. Quienes pudieron retornaron hacia México al saber que estaban siendo regresados a su país de origen.
Previamente en este mismo lugar estuvieron los centroamericanos y después llegaron miles de personas de Haití, algunas de las cuales ya se encontraban esperando en otras zonas fronterizas.
Acamparon primero debajo del puente internacional, que les dio sombra durante el ardiente verano, pero en las últimas semanas, al haber tantos inmigrantes, quienes no tenían tiendas de campaña empezaron a construir cabañas a usanza de los tiempos antiguos y, al mismo tiempo, como viven todavía las personas de las partes más pobres del planeta.
Una de ellas es Haití, que de acuerdo a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), es la nación con mayor índice de rezago en América Latina. Los antillanos cortaron carrizos del río Bravo y con ellos improvisaron pequeñas viviendas, para protegerse del calor y también de las noches frescas entrado ya el otoño.
Ahora los inmigrantes que quedan recogen sus pertenencias, resignados a ir donde los lleven, pues están amurallados. La gran mayoría son familias: padres, madres, menores de edad e incluso bebés. La zona es controlada por elementos de la Patrulla Fronteriza y soldados de Seguridad Pública de Texas (DPS, por sus siglas en inglés).
Asociaciones civiles están abogando para que les dejen mantenerse en los Estados Unidos. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) también ha solicitado a la administración del presidente estadounidense, Joe Biden, que no recrudezca las acciones en contra de la población haitiana en medio de una crisis humanitaria que tiene dividida a la opinión pública norteamericana.