Los Juegos del Hambre: en Llamas explora la tendencia decadente de los reality shows, que incendiaron las pantallas de televisión en el mundo durante el nuevo milenio.
La moda, que fue efervescente y pasajera, dejó un mensaje claro sobre la necesidad humana de más. En el mundo globalizado, interconectado por internet, la gente ya no se puede esconder. Todos, ahora, quieren saberlo todo de todos.
Los Juegos del Hambre son una respuesta a la incertidumbre sobre el futuro sin privacidad y con libertades cada vez más acotadas.
En el universo creado por la escritora Suzane Collins, los juegos del hambre son un sistema creado por un gobierno totalitario que ha dividido al país en distritos, de los que es elegido un guerrero que se enfrentará a otros representantes en un juego de cacería colectiva en el que resultará un solo sobreviviente y ganador.
Eso fue, en esencia, lo que se vio en la primera entrega de la serie, estrenada en el 2012.
Esta segunda parte continúa con los jóvenes ganadores de la más reciente edición de los juegos aniquiladores, Jennifer Lawrence y Josh Hutcherson quienes, en la película pasada, con su acto de fidelidad fraternal, deciden los dos morir juntos, lo que los hace ser favorecidos con el indulto.
El acto heroico de los jóvenes hace que los distritos comiencen a sublevarse. El malvado presidente interpretado brillantemente por el veterano Donald Sutherland, hace que los muchachos se enfrente entre sí, junto a los ganadores de ediciones pasadas, para golpear el ánimo de los ciudadanos oprimidos.
De esta forma todos son enviados a la jungla de la prueba donde empiezan a eliminarse mutuamente, mientras el juego es transmitido en vivo a toda la nación.
Lawrence demuestra que está lista para soportar roles de peso. Con apariencia atlética y un fenotipo que linda entre la belleza y la fealdad, es la luchadora que conduce la acción y al grupo de aliados que se mueven entre los arbustos para sobrevivir.
Todos los personajes que la acompañan empequeñecen. Ella es una competidora guiada por un valor a toda prueba, pero con un sentido moral que la hace parecer un ángel vengador, diestra en el arte de la arquería.
Francis Lawrence dirige esta secuela primera con una intensión más emocional. Hay mucho más drama que acción y los personajes se debaten entre dilemas importantes que circulan en torno a la lealtad.
Pero incluye un perverso componente político de los gobernantes que oprimen el pueblo, y que idean de manera reiterada formas de mantener su propio status.
En esa maraña de estrategias de política y supervivencia se mueven los bandos.
La primera parte de estos segundos juegos del hambre transcurre en la llamada Gira de la victoria, en la que la pareja es manipulada obscenamente como instrumento para obtener simpatías del sistema, mientras la gente, en sus pueblos que visitan se muere de hambre y se siente lastimada por la exhibición de los ganadores.
La parte de la acción es efectivamente tensa, con nuevos retos, más violentos e ingeniosos. El despliegue visual y el diseño de arte son magníficos. Los competidores se mueven en un escenario lleno de agua y árboles mientras tratan de sobrevivir, observador por el ojo del Gran hermano, que todo lo capta.
Ya viene una tercera parte, con la que se espera que se cierre el ciclo de la exitosa saga.
(Sin estrella) Pésima * Mala * * Regular * * * Buena * * * * Excelente