El fenómeno de la menudomanía no tiene fecha de caducidad. Pueden pasar 5, 10, 15, 20 años y más pero los integrantes del quinteto originario de Puerto Rico seguirán acelerando el ritmo cardiaco de sus admiradoras que crecieron a la par que sus ídolos, no importa que las huellas de la edad ya sean visibles.
Más de12 mil incondicionales fanáticas que asistieron la noche del miércoles a la Arena Monterrey tuvieron su propio reencuentro con Johnny, Miguel, René, Ricky, Ray y Charlie, quienes formaron ahora un sexteto para el beneplácito de aquellas que pacientemente esperaron el momento de verlos otra vez en escena, luego de 10 años de su última aparición en Monterrey.
Imitar los pasos de los ex Menudo desde sus respectivos asientos fue el sello característico del comportamiento de las seguidoras de la agrupación, en su mayoría treintañeras, quienes se hicieron acompañar de sus hijas o esposos.
Un ambiente nostálgico invadió el evento en el cual los boricuas tuvieron, a más de 20 años de distancia, el mismo recibimiento cálido y generoso; aunque si bien en aquél entonces su presentación fue en el estadio Universitario, en días pasados el eco que resonó en la Arena con la música de Menudo era prácticamente el mismo que hizo vibrar a la multitud ahí reunida para adorar a sus ídolos.
Y es que las clásicas melodías que ellos hicieron famosas a principios de los 80 como Claridad, Lluvia, Dulces Besos, Fuego, Quiero Rock, entre las más escuchadas, fueron coreadas sin difícultad por la docena de miles de voces, felices al sentirse adolescentes otra vez gracias a El Reencuentro.
Luego de interpretar varios de sus éxitos, Ricky se dirigió a sus contemporá-neas y les agradeció por ser “nuestro más fiel público”, provocando la euforia de las mujeres, a las que sus compañeros calificaron también como “hermosas, solteras y menores de 30 años”.
A ese punto, la energía y las hormonas femeninas estaban a su máxima potencia. En tanto, los ya maduros cantantes -René hasta es abuelo- seguían entonando su repertorio musical compuesto por un total de 28 canciones, lo que se tradujo en dos horas de concierto.
Quiero ser, Susana, Me voy a enamoriscar, Y yo no bailo, Mi banda toca rock, Cámbiale las pilas, A volar y Súbete a mi moto fueron otros de los temas que interpretaron, en ocasiones al unísono o -como en los buenos tiempos- cada uno se lució con el track que les correspondía.
Así, también Miguel quiso compartir una experiencia de vida que tuvo al sufrir un accidente hace un par de años, en el que casi pierde la mano. El testimonio le imprimió un tono reflexivo a la velada.
Sin embargo, la actitud positiva prevaleció, ya que lo pegajoso del ritmo y la sencillez en las letras han sido la clave para que el concepto de aquellos cinco jovencitos de rasgos finos y personalidad carismática haya funcionado tan bien aun con el paso del tiempo.
De hecho, las coreografías fueron las mismas y lse coordinaron a la perfección, pese a que Ray y Miguel son los que lucen algunos kilos de más, mientras que Johnny, Charlie, René y Ricky mantienen su físico en forma .
Quién sabe si en 10 años más regresará El Reencuentro, pero lo que es cierto es que es un fenómeno que ha sobrevivido a varias generaciones y su música está ahí, tan vigente como hace casi tres décadas.