“Soy el novato más viejo de la radio aquí en Monterrey”, exclamó Antonio Guerrero Hilton, quien desde hace algunos meses es locutor oficial de la 91 X, una de las estaciones con mayor registro de audiencia en los últimos años gracias a la música setentera y ochentera en que basa su programación.
A sus 50 años de edad, y poco más de 30 de carrera, el comunicador se jacta de hacer lo que más le gusta y ganar dinero por ello, además de que su voz ha sido escuchada en otras entidades vecinas.
Ahora, a tres décadas de distancia, recordó que al ser operador quería hablar ante el micrófono, pero en un principio fue rechazado como locutor y en vez de desistir escuchó el consejo sabio de un colega más experimentado.
“Cuando me invitó Polo Alvarez a trabajar con él en la RG como operador, después de haber estado en la XEH, XEFB, XEMN, le estuve insistiendo para que me probara como locutor en la época que estaban Enrique González, Leo González, Lacho Pedraza y me mandó a hacer un promocional de una canción que se llama Nada me apartará de ti, de Teri DeSario, lo que resultó un total fracaso.
“Es que el promo no me salió a pesar de varios intentos. En eso estaba en el pasillo de las instalaciones de entonces Organización Estrellas de Oro cuando pasó Héctor Benavides, quien al verme desanimado por mi desafortunada prueba me dijo: `lo importante no es tener voz, sino aprender a manejarla’ , una frase que se me quedó muy grabada y me sirvió mucho”, destacó el también académico de la Universidad de Monterrey.
INICIACION EN DISCOTECA
Como las oportunidades se presentan una vez en la vida, el inquieto estudiante tuvo una que no dejó escapar, ya que de ella obtuvo el aprendizaje necesario para forjar su futura carrera de locutor en el norte del país.
“Se me da la oportunidad de ir a Saltillo a trabajar a una discoteca que se llamaba Crazy Horse los viernes y sábados. Aquí me pagaban 800 pesos a la semana y allá me ganaba dos mil pesos por noche. Entonces hice mis arreglos en Estrellas de Oro para trabajar otros días y busqué mis compañeros me cubrieran para que no hubiera problema.
“Yo me fui porque empecé a hacer la voz de alguien que me encanta: se trata de Wolfman Jack, el locutor norteamericano. Aquí en Monterrey en el 67 llegó ‘El Monstruo’, uno que hacía esa misma voz . Dije: bueno, de una manera u otra yo no tengo voz, pero sí puedo hacer eso. Entonces, empecé a utilizar esa voz en la discoteca y fue la locura”, comentó el egresado de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UANL con especialidad en Publicidad.
Agregó que su desempeño en la discoteca ubicada en la capital coahuilense fue fundamental para su desarrollo profesional, ya que además de obtener importantes ingresos -cuatro mil pesos el fin de semana- , fue como un práctico ejercicio para lograr lo que tanto quería: modular la voz a su antojo.
“En aquel tiempo, entre el 77 y el 79, Saltillo estaba lleno de extranjeros, que para mi fortuna estaban muy complacidos con mi imitación. Iban y me daban dólares para que les dedicara una canción. ¡Imagínate!, el dueño estaba más que feliz y me ordenó que siguiera fingiendo la voz”, recordó quien también es identificado como “El espíritu de la radio”.
TODO son NUMEROS
Una de las virtudes del entrevistado es que recuerda datos y fechas con una precisión infalible. “Es que todo son números”, señala al indicar el día y la fecha exacta de su debut como locutor en la radio local.
“El martes 19 de febrero de 1979 empecé como locutor en la RG. En ese entonces tenía 20 años y en esa edad es común que uno tenga actos de rebeldía. Algo no me pareció y renuncié”, afirmó.
En ese periodo surgieron más cambios en su vida que le darían satisfacciones y gratos momentos, para lo cual tenía que concluir con los compromisos ya adquiridos.
“Me gusta terminar los ciclos. Me despedí muy bien del dueño de la discoteca, el señor Roberto Hernández porque ya estaba por terminar mi carrera y ya me había entrevistado con Jorge Cárdenas, el dueño de la estación WFM de Matamoros, Tamaulipas, porque me iba a ir a trabajar allá”, relató.
Mencionó que el fin de semana realizaba viajes con frecuencia a esta ciudad fronteriza porque le gustaba ir a comprar las últimas novedades en discos y durante su estancia escuchaba dicha estación por lo que pensó en buscar empleo en la radiodifusora.
Ahí estuvo del 15 de enero de 1981 al 19 de noviembre de 1982. Posteriormente se regresó a Monterrey únicamente para ocuparse de los trámites de su examen profesional, para viajar nuevamente a Matamoros donde había sido invitado a trabajar en otra empresa.
“Me fui para allá el 15 de enero de 1983 e hice los cambios, porque la estación se llamaba la Chica Musical y fue rebautizada como Stereo Sol, ‘El Resplandor de Matamoros’, y en esa época vino un cazador de talentos de Dallas para llevarse gente y nos hicieron la propuesta para irnos a la KUQQ de FortWorth, Texas.
“Allá en FortWorth fue una gran aventura porque llegué como locutor, luego me hicieron director pero estuve sólo los nueve meses que hizo calor, porque cuando me dijeron que tenía que ponerle cadenas a mi carro me asusté y mejor me regresé a Stereo Sol”, explicó.
Guerrero Hilton reinició sus labores en la estación de Matamoros donde había estado sólo por dos meses para irse a trabajar a Estados Unidos, pero dos años después tuvo que preparar nuevamente sus maletas para retornar a la KUQQ.
Fue durante 1985 que el regiomontano vivió momentos muy significativos en el aspecto profesional ya que tuvo la oportunidad de conducir un noticiero donde realizaba además reportajes de investigación.
“En ese año hubo sucesos muy importantes de los que me tocó dar a conocer, como por ejemplo los 40 años de la bomba atómica, cuando ocurrió el terremoto en la Ciudad de México, la muerte de Rither, quien diseño la escala, etcétera. Recuerdo que cuando estaba informando sobre el terremoto y mientras leía me enteré de la muerte de un amigo de la primaria y fue la primer nota difícil que pasé al aire”, relató.
Pese al buen sueldo y ambiente de trabajo, el comunicólogo no quiso firmar un contrato por 10 años y se regresó otra vez a México, sólo que ahora cambió su residencia a Reynosa, Tamaulipas.
“Arreglé la campaña para que el 6 enero de 1986 naciera Radio Rey. Fue una estrategia y un plan que me encantó y al año se convirtió en la estación número uno de AM por encima de las otras estaciones que eran de FM en la localidad”, expresó.
UN NOVATO CON EXPERIENCIA
Con todos esos cambios de ciudades y empleos, el ya experimentado operador, programador, locutor y director de estaciones de radio viró nuevamente su brújula para volver a la estación WFM.
“En Radio Rey estuve cinco años, pero por razones personales me retiro y me regresé a Matamoros donde había empezado en 1981, pero curiosamente empiecé a trabajar nuevamente en la WFM en 1991, exactamente diez años después de mis inicios en aquella frontera”, precisó.
Su condición errante continuó porque renunció siete años después, luego estuvo una breve temporada en Monterrey y para no perder la costumbre irónicamente volvió en el 2001 a la ciudad donde ha pasado la mayor parte de su carrera.
El año pasado Guerrero Hilton festejó 30 años de dedicarse a la radio y repitó la fórmula de buscar que los números coincidieran para tal evento.
“Cuando en 2007cumplí los 30 años de estar en radio quise que fuera en un día 30 pero en fin de semana, y aunque en enero fue el mes del aniversario, tuve que hacerlo hasta junio porque era el único día 30 que caía en sábado”, recordó.
Dijo que tenía pensado retirarse del medio, pero Alvaro Guadiana, un amigo catedrático de la UdeM le pidió que lo cubriera en su ausencia, ya que estaba por realizar un viaje a Colombia.
“A partir del 3 de septiembre de 2007 ya estaba yo aquí trabajando en la UdeM. Ese mismo día mi amigo Pablo Carranza me habló para invitarme a su programa Night Tracks, y durante la transmisión me habló mucha gente que estuvo conmigo en la primaria, en la secundaria, en fin, eso me hizo desistir de la idea del retiro”, señaló.
Mencionó que le pareció atractivo el concepto de 91X La Experiencia, y pensó que era una estación donde podía encajar a la perfección y no dudó en solicitar empleo como locutor de la misma.
“Ese día que estuve como invitado en el programa de Pablo, dije: ‘tengo que estar aquí’. Supe que estaban Poncho (Saldaña), Adrián (Peña), Lacho (Pedraza) y pues faltaba yo, entonces me propuse. El 2 de junio firmé mi contrato, el 8 cumplí 50 años y el 9 entré al aire, por lo que soy el novato más viejo de la radio aquí en Monterrey”, bromeó.