
Jaime Camil apuntó hacia Estados unidos y disparó su película Amor a Primera Visa, con la que pretende ingresar al competido mercado norteamericano, con una propuesta étnica y bilingüe.
Montado en la ola que provocó el mega hit No se Aceptan Devoluciones, que colocó a Eugenio Derbez en el radar de los vecinos, Camil hace, al igual que ésta, su crossover de exportación, que muestra a los gringos cómo se vive en el verdadero México.
Pero Camil no es Derbez. Habituado a la televisión, sin poder todavía consolidarse como histrión, se esfuerza demasiado y, como ha ocurrido a lo largo de sus años de fructífera trayectoria, no ha podido dejar de pensar que tiene enfrente una cámara y se la pasa actuando para la lente y no para hacer una interpretación.
Amor a Primera Visa es una comedia rutinaria familiar que relata las desventuras de Camil como un viudo, que desempeña un empleo folclórico, padre de una niña pequeña, que busca por métodos no del todo honestos llevar a la chiquilla a Estados Unidos.
Y para conseguir su propósito se involucra con una norteamericana con la que lleva una relación que los conduce hacia dilemas morales.
Demasiadas coincidencias con No se Aceptan Devoluciones. Las dos son distribuidas por Pantalion, empresa de Televisa que opera en el otro lado.
La acción transcurre en la Ciudad de México y más de la mitad de la película contiene subtítulos, para ilustrar los diálogos entre los protagonistas.
Posicionado en papel de galán de telenovelas, el simpático y siempre sobreactuado Camil, es un mariachi que tiene como socio y compañero de aventuras a Omar Chaparro, en su rol de alivio cómico y buscando también emular a Derbez, pero con diálogos chispeantes y requiebros muy mexicanos y espontáneos.
Hay momentos en que Chaparro le roba cámara a todos en la película por sus arranques de improvisación, que consiguen los mejores momentos.
Camil busca una visa para llevar a su hija con sus abuelos en la Unión Americana, para entregarla en custodia, pero por carecer de papeles, la oficial de migración interpretada por Laura Remsey, le niega el documento.
Por una bien lograda voltereta argumental, Camil coincide con la agente en una fiesta a la que va a tocar, lo que los involucra, luego, en una búsqueda de un aparato perdido y que es muy importante para ella.
En el trayecto se dan la oportunidad de realmente conocerse desde mundos opuestos: ella es una diplomática, que está a punto de emprender un viaje de trabajo alrededor del mundo y él, un pobre diablo que se dedica a ganarse la vida como un rascatripas.
Toda la cinta presenta el recorrido pesadillezco, onírico, surreal, de la pareja por los laberintos de la colorida capital. Camil va explicándole a la chica cómo se vive en la gran metrópoli, mientras ella va entendiendo y apreciando la mexicanidad.
Juntos realmente se entienden y entre ellos surge el amor.
Un acierto de la producción es la gran cantidad de cameos que le dan movimiento a la trama simple. Aparecen en roles diminutos Roberto Sosa, Luisa Huertas, Luis Fernando Peña, Jorge Zárate, Alejandra Goyas y Fernando Becerril.
Stockard Channing y Tom Arnold, figuras reconocidas en Hollywood, hacen aportaciones breves con fines exclusivos de taquilla.
Amor a Primera Visa es una carta de presentación de Jaime Camil. Es una cinta divertida y sin sorpresas.
(Sin estrella) Pésima * Mala * * Regular * * * Buena * * * * Excelente