Si bien ha pasado 58 años frente a un micrófono transmitiendo en vivo, el locutor Antonio Córdova también puede presumir seguir manteniendo el mismo compromiso hacia los radioescuchas -que adquirió desde sus inicios-, pues para él lo más importante es estar consciente de la responsabilidad que tiene de trabajar en un medio de comunicación como la radio.
Siendo muy joven, Juan Antonio Ramírez Córdova tenía la ilusión de ser torero, pero por azares del destino abandonó sus sueños de cortar orejas y rabos para ser una de las voces más identificables de Monterrey y México, pues antes de pertenecer al grupo Multimedios estuvo una década en diferentes radifusoras de la capital del país.
“Tengo 58 años de dedicarme a la radio, de los cuales casi 10 trabajé en la Ciudad de México y el resto lo tengo aquí en Multimedios, que es mi casa”, precisó el titular del noticiero vespertino de AW en el 1280 de amplitud modulada.
LOS TOROS, DESDE EL MICROFONO
Toño Córdova, como lo conocen sus amigos, señaló que durante su estancia en el Distrito Federal tuvo la oportunidad de trabajar en Radio Centro y en el Canal 5, además de otras emisoras, pero como altenaba su actividad de locutor con su afición por la fiesta brava, viajaba con frecuencia al extranjero.
“Trabajé en San Pedro Sula, Honduras; estuve en Costa Rica y luego en Manizales, Colombia, porque combinaba un poco mi labor en radio con mi afición a los toros, ya que siempre quise ser torero y fui novillero en alguna época de mi vida”, reveló el también cronista taurino.
Agregó que su afición a los toros nació cuando tenía entre 13 y 14 años, pero al llegar a sus 10 primaveras su voz ya se escuchaba, en la XEMR durante el programa La Legión Mexicana de Madrugadores -dirigido a los niños prinicipalmente-, donde era “el gritón de la hora”.
“Siendo adolescente empecé a ir a las corridas de toros, me empecé a aficionar y a recorrer `la legua´como se dice en el ambiente. Eso sí, mi vida de torero fue muy corta porque toreé a finales del año 49 al año 52 pues en esa época estaba muy difícil la situación taurina en nuestro país”, señaló.
Dijo que se sentía dividido entre esas dos pasiones, por lo que pudo alternar ambas actividades para finalmente convertirse en un profesional del área de la comunicación, pese a no haber realizado estudios universitarios.
Comentó además que también le hubiera gustado ser piloto aviador, como lo fueron algunos miembros de su familia, pero dicho anhelo no se concretó.
ESPECIE EN EXTINCION
Córdova es uno de los locutores de los llamados de “la vieja guardia”, pues su formación empírica no demerita su trabajo frente a los seudolocutores que actualmente ocupan las cabinas de algunas estaciones de radio.
Destacó que los compañeros de su generación tienen un mayor sentido de responsabilidad y conciencia sobre su labor como comunicadores, a diferencia de quienes los últimos años han tomado los micrófonos para insultar, ofender y burlarse de los(as) radiescuchas con su consentimiento.
“Yo soy uno de esos locutores que ya no existen, o sea: una especie en extinción porque hoy en día es muy común que cualquiera entre a trabajar en radio porque ya no presentan los exámenes que se hacían antes para obtener la licencia de locutor.
“Pero me considero uno de los locutores más completos porque he abarcado todas las especiadades que hay en la profesión, es decir, he sido narrador de novelas, locutor de cabina, y maestro de ceremonias en eventos de tipo políticos y de ciertos espectáculos”, añadió.
Córdova recordó que hasta fungió como presentador de un circo, una experiencia importante para su carrera porque en apariencia es una tarea sencilla pero tiene su grado de dificultad.
El ex novillero no sólo ha trabajado en radio. También incursionó en la prensa escrita al colaborar para el periódico El Porvenir bajo la tutela de Francisco Cerda Muñoz (qepd), reconocido pionero del periodismo en Monterrey y catedrático fundador de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la UANL.
“Tuve la fortuna de haber entrado a trabajar a El Porvenir que fue mi escuela porque, aunque no egresé de la academia, considero que soy periodista de oficio. A final de cuentas los primeros periodistas que egresaron de la universidad tuvieron por maestro a don Francisco Cerda y aunque yo no fui a las aulas con él, en la redacción me enseñó lo mismo que a sus alumnos”, expresó.
Reiteró que los periodistas empíricos estaban tan bien o mejor preparados que los universitarios, pues ahora se especializan en determinada área cuando en su época se podía ser cronista taurino, de beisbol, de basquetbol y otras disiplinas, además de cubrir diversas fuentes.
VOZ Y CULTURA
Pese a los avances tecnológicos que han tenido los medios de comunicación, dijo Córdova, se han descuidado los prinici-pios básicos de esta profesión.
Y en su opinión, tomando como referencia los años 50 -periodo en el que inicia su trayectoria en radio- para ser locutor era requisito indispensable tener una voz agradable y buena dicción, razón por la cual muchos aspirantes eran rechazados.
Como actualmente no es obligatorio tener esa cualidad (a voz) ni los conocimientos de cultura general, se ha devaluado la labor del comunicador tanto en la radio como en la televisión, señaló.
“Los locutores de mi época éramos totalmente diferentes a los de ahora, pues anteriormente teníamos un profundo respeto por el auditorio y ahora eso se ha perdido.
“También la Secretaría de Gobernación (Segob) tenía mucho que ver en el desempeño de nosotros. Ahora es muy común que los locutores no tengan el permiso que otorga ahora la Secretaría de Educación, porque en mis tiempos la Secretaría de Comunicación y Obras Públicas eran las que emitían los permisos, pero las sanciones eran por parte de Gobernación.
“Había un delegado de esta dependencia que visitaba, por decir, cada mes a las radifusoras, veía los expedientes de los locutores, que estuvieran en regla y todo ese tipo de cosas. En pocas palabras, había mucho control, lo que no sucede ahora”, recalcó.
El cambio se dio, continuó el comunicador, durante la administración de Carlos Salinas de Gortari, quien ordenó que la Secretaría de Educación otorgara las licencias a practicamente cualquier persona que lo deseara, sólo con pagar una cuota e inscribirse.
Comentó que eso ocurrió a raíz de que la desaparecida actriz María Félix grabara en aquel tiempo un comercial para una línea de telefonía celular y como no tenía la licencia de locutor, se la tramitaron de forma inmediata gracias a la nueva modificación en el proceso de acreditación de permisos.
SEMILLA SEMBRADA
Como profesional el periodista se siente satisfecho con sus logros, pero como persona dice sentirse muy orgulloso de haber formado una famila en la que dejó sembrada la semilla de la comunicación.
“Me siento muy orgulloso por que este trabajo me ha dejado, primero que nada, la oportunidad de formar una familia con mi esposa y criar a cuatro hijas, de las cuales dos han continuado con esta noble labor ya que eligieron ser periodistas”, señaló.
Aunque rechazó la idea de impartir clases formalmente en la Facultad de Ciencias de la Comunicación, el hombre de la voz inconfundible ha contribuido en la práctica en la formación de nuevos valores en la radio, pues muchos jóvenes comunicólogos han desfilado por AW Noticias.
Córdova dijo que si algún día ocupa un puesto directivo o tuviera el control absoluto de la radifusora, realizaría importantes cambios para que la programación y el contenido recuperaran su esquema familiar.
“Cambiaría todos los esquemas que hay actualmente y volvería a los antiguos. Seleccionaría a los muchachos que realmente quieran aprender y superarse para que entre todos mejorarámos la calidad de la radio”, aseguró.
A sus casi 60 años de carrera, Antonio Córdova no piensa en el retiro, pues considera que aún puede cumplir con los horarios que tiene actualmente en Multimedios Radio. Y tiene contemplado escribir un libro sobre sus anécdotas y experiencias dentro del oficio.
Por último, manifestó su deseo de que algún organismo o dependencia tome el control y sancione a las trasmisiones de radio y televisión donde no se aplica ningún tipo de censura al lenguaje impropio y soez.