
Los ojos de Ximena Subercaseaux ven a través del reflejo. Para ella el reflejo no sólo es un tema fundamental en su obra, sino una forma más elocuente de ver la realidad, esa realidad que de tan simple, pasa muchas veces desapercibida.
“El reflejo es uno de los temas de mi pintura, porque los temas de un pintor no son tanto las historias que cuenta, ni los objetos que usa, sino cómo los pinta. De alguna forma yo veo la belleza de las cosas a través de un espejo; creo que a través del reflejo es más bella la realidad que la realidad material misma, es por eso que me fascina ver las cosas reflejadas”, afirmó la artista chilena radicada en México desde hace dos décadas.
Desde el pasado 31 de enero se exhibe en el Museo Metropolitano de Monterrey la primera retrospectiva de la pintora junto con la producción de sus alumnos del taller 1+ 1+ 1.
Bajo la curaduría de Guillermo Sepúlveda, se hizo la selección de 45 piezas que abarca desde el 2000 hasta la fecha, en la cual aparece constantemente el recurso del reflejo, sobre todo en autorretratos y bodegones con utensilios de cristal y plata.
A Ximena Subercaseaux, le resulta muy atractivo ver cómo se reproducen las imágenes a través de los espejos.
“La realidad se multiplica en los reflejos, en los espejos. Vemos cómo un espejo refleja una imagen a su vez en otro objeto se refleja esa imagen, se refracta la luz y se devuelve”, abundó.
Explicó que esta apreciación tan personal a este respecto se debe a una actitud constante de ver más allá de lo evidente.
“Por ejemplo, ahora mismo veo los reflejos en esta vasija decorativa. No me limito únicamente a ver la vasija sobre la mesa”, explicó.
ROSAS EXPIATORIAS
Las rosas son símbolos muy presentes en la pintura de Subercaseaux. Esas rosas que le recuerdan a su infancia, cuando vivía en una hacienda ubicada en la región del Maule, en su natal Chile.
“Nosotros crecimos parte de mi infancia en una hacienda y a mi abuela le gustaban mucho las rosas. Recuerdo que incluso a veces el cura no venía por mal tiempo o cosas así, porque la capilla estaba en el campo, mi abuela nos confesaba, y en vez de ‘Padres Nuestros’ y ‘Aves Marías’ nos mandaba a podar sus rosas, entonces eran las rosas expiatorias”, relató.
Las rosas han sido otra fuente de inspiración importante para la artista, pues recordó cuando en su viaje a la Habana hizo una interpretación sobre el reflejo del mar en la isla.
“Todos los lugares tienen distinta luz y a veces la gente no se da cuenta, pero yo sí me fijo en eso; entonces cuando viajas a otra ciudad como la Habana, ves cómo tiene en toda esta línea de piedra el reflejo del mar, y eso es una cosa fantástica.
“De hecho titulé una exposición ‘La Habana: la rosa y la piedra’ (Centro de las Artes 2001), porque vi el mar como una rosa y además cuando estaba trabajando en ella lo hice de la mano de la poesía de José Lezama Lima y la rosa es un elemento que aparece con frecuencia”, destacó.
Consideró que hay una poética en la pintura, en donde se van entrelazando una cosas con otras para enriquecerla.
En su caso, agregó que de manera inconsciente recurre a estos y a otros elementos como las granadas para imprimir su sello personal en sus cuadros.
“Curiosamente yo empecé a introducir granadas en mis cuadros después de una exposición que se llamó Livación (Arte Actual Mexicano, 2004), que fue en homenaje a una persona que yo quería mucho y se murió. Después yo me enteré que las granadas son un símbolo de la resurrección.
“Pero el pintor no sabe eso, porque el pintor lo hace de manera inconsciente. Por ejemplo hubo épocas que yo ponía un salero con sal, y la sal también tiene una cierta simbología”, añadió.
TALLER 1+1+1
Sobre su labor como tallerista, Ximena se manifestó porque sus alumnos tengan identidad propia, aunque está consciente de que habrá quienes sigan alguna de sus tendencias.
“Algunos de mis alumnos tienen fuerte influencia mía, pero yo trato de que no sean ‘Ximenitas’, más bien trato de encontrar en ellos lo que es propio de ellos y fortalecer su desarrollo. Me gusta participar en la formación de los artistas”, señaló.
Refirió que para sus alumnos hay libertad para elegir sus propios proyectos, pero también trabajan por temas, como el año pasado fue el retrato y ahora van a empezar a practicar en el desnudo.
Por otra parte, sobre la actividad cultural y artística en Monterrey, comentó que esta ciudad es propicia para el surgimiento de nuevos creadores.
“Creo que Monterrey es un buen lugar para un pintor en México y creo que México es un buen lugar en América Latina para un pintor”, expresó.
En relación al arte contemporáneo, la artista chilena observó que la pintura está regresando al origen.
“Creo que en el arte todas las tendencias caben. Y creo que hay algunas obras conceptuales que son notables, pero que se ha colado mucha cosas sin sentido, como se ha colado mucha mala pintura también, pero de alguna forma la historia vuelve las cosas a su sitio”, expresó.
La retrospectiva de Ximena Subercaseaux permanecerá en el Museo Metropolitano de Monterrey durante todo el mes de febrero.