
Valentina Alazraki, corresponsal de Noticieros Televisa en la Ciudad del Vaticano, aseguró que desde hace un año nació la “Franciscomanía”, en referencia a la gran popularidad del Papa Jorge Mario Bergoglio quien ha sido bien acogido por los fieles católicos.
En entrevista para Hora Cero, la periodista mexicana expresó que el Papa Francisco logró, mediante su sencillez y naturalidad, ganarse el corazón de los creyentes desde su elección al trono de San Pedro hace un año.
La experimentada comunicadora dijo que al ser testigo de las reacciones de las personas de diferentes partes del mundo hacia el Papa Francisco, percibió que el Pontificado de Juan Pablo II por fin había concluido.
Alazraki compartió su punto de vista ante los cambios que ha efectuado Su Santidad Francisco en sus primeros 12 meses al frente de la Santa Sede, calificando de una “nueva primavera” por su cercanía con los católicos y las reformas que está promoviendo.
> ¿Cómo describirías el primer año del Pontificado de Francisco?
– “Como una nueva primavera para la Iglesia católica, incluso su forma muy particular de ser ha dado pie a que inicie una ´Franciscomanía´.
“Se nota que los creyentes están muy contentos, ya que el Papa Francisco ha establecido una cercanía con la gente y se ven entusiasmados con su carisma y humildad, no solamente porque lleva una sotana muy sobria, lleva zapatos sencillos y ortopédicos, que necesita por un problema de salud.
“Algunos creen que todo esto es una acción de mercadotecnia y está actuando así, sin embargo no lo creo porque cuando era Obispo y Arzobispo en Buenos Aires él vivía así, ni siquiera habitaba en el Arzobispado, sino en un departamento pequeño donde nadie le ayudaba, andaba en metro y autobús, visitaba a los pobres, comía con ellos en los comedores públicos, acudía a los albergues y siempre fue un hombre así de sencillo.
“El Papa Francisco quiere que la Iglesia baje a la calle y que los pastores huelan a oveja porque tienen que estar en medio del rebaño no encerrados en sus palacios; constantemente lo recalca y esa es la confianza que las personas requieren recuperar”.
> ¿Qué tan radical ha sido el cambio del Papa Benedicto XVI al Papa Francisco?
– “Creo que era una misión imposible para quien hubiese estado después de Juan Pablo II, y le tocó ese sacrificio al ahora Papa Emérito Benedicto XVI.
“Precisamente hace unos días con motivo del primer año de su renuncia envió un artículo para un libro sobre el Beato Juan Pablo II y dijo cosas muy reveladoras. Por ejemplo: que desde el primer momento tuvo la certeza de que Juan Pablo II era un santo, y lo dice quien colaboró con él más de 21 años en la Ciudad del Vaticano. Otra cosa muy importante que compartió y que engloba lo sucedido durante sus ocho años de pontificado es que no podía ni debía imitarlo, solamente seguir sus huellas.
“Y el Papa Benedicto fue claro al afirmar: ´Hice lo que pude de la mejor manera posible pero más que eso no pude hacer´. A un año de que Benedicto renunciara muy pocos entendimos su actuar y lo comparamos con Juan Pablo II, ya que al final de su pontificado se estaba muriendo y no renunció ni se bajó de la cruz.
“Él decía: ´Cristo no se ha bajado de la cruz, él me puso aquí y el día que me quiera quitar me quita´. Nos habíamos quedado con esa imagen y esa idea, por eso cuando el Papa Benedicto XVI dice ya no tenía fuerza ni la capacidad física ni espiritual para seguir adelante fue criticado, porque creíamos que estaba abandonando el barco que se estaba hundiendo.
“Ahora que pasó un año muchos entendimos su grandeza y humildad, ya que se dio cuenta de que por su edad, situación física y que sus colaboradores que no le obedecían, incluso su mayordomo la traición con el famoso ‘Vatileaks’ al robarle durante seis años documentos confidenciales, por eso y otras cosas su mejor decisión fue dejar libre el camino para que llegará un Papa como Francisco”.
> Con la llegada de Francisco y su muy particular forma de ser, ¿qué cambios crees que se han marcado en la Santa Sede?
– “Creo que lo más importante es el cambio de mentalidad, no solamente porque resida en el Santa Martha, se ponga los zapatos negros ortopédicos, vista de una forma más sobria y utilice un coche menos lujoso.
“Lo más destacado es que todos los días les recalque a los obispos, cardenales y sacerdotes que tienen que brindar un servicio y que deben realmente oler a oveja, como dice el Papa.
“Además de esa mayor transparencia y humildad, estar a disposición de la gente, ir a buscarla y no esperar que la gente vaya a ellos; es necesario abrir las puertas de la Iglesia a la hora que sea para que la población vaya y encuentre siempre una acogida.
“El Santo Padre dice que la Iglesia tiene que ser como un hospital de campaña que cure las heridas de la gente porque hay mucha gente herida.
“Toda esa visión de la Iglesia creo que es la verdadera reforma de Francisco, más allá de las reformas de las estructuras que son absolutamente necesarias, pero que todavía no sabemos hacia dónde va a parar, y ni él mismo lo sabe.
“También ha empezado una serie de reformas en la Curia Romana. El Papa ha creado varias comisiones para cambiar al gobierno, el sector de las finanzas y la administración, creó una secretaría de economía para que englobe todas esas actividades. Se ha hecho de un grupo de cardenales llamado el G8 que son sus consejeros, es decir, ahora es un gobierno más colegial”.
> ¿Cómo es la relación del Papa Francisco con la Curia Romana?
– “Se percibe que existe un poco de todo, y por lo que se observa diariamente el Papa Francisco goza de una extraordinaria popularidad afuera y se nota con la Plaza de San Pedro llena, la mantiene así cada miércoles y domingo pero también -que me han dicho- hay resistencias.
“Dentro del Vaticano no todos están contentos con sus reformas y formas de actuar porque cuando tocas intereses de decenios, obviamente pisas callos y hay gente que seguramente no está de acuerdo y van a tratar de oponer cierta resistencia, por eso es difícil saber hasta qué grado el Sumo Pontífice va a poder tumbar esas barreras, esos muros y esas mentalidades”.
> ¿Pudiéramos decir que el Sumo Pontífice está luchando contra corriente?
– “Seguramente sí, aunque cuenta con seguidores y personas que piensan como él, además de que se ha hecho de colaboradores que tienen su misma visión de Iglesia y de Curia, pero creo que todavía sobreviven personas que tienen una mentalidad diferente y habrá que ver quién gana”.
> ¿Qué opinas de la apertura del Papa Francisco en temas como convivencias de personas del mismo sexo, divorcios, abortos, entre otros?
– “Es evidente que es un tema que le preocupa, en el sentido de que quiere que la Iglesia esté en el mundo entienda lo que está pasando con las familias y la gente, por ejemplo: las crisis familiares, los matrimonios homosexuales, los divorcios y todas las consecuencias que eso tiene para las nuevas generaciones.
“La Iglesia y el Papa actúan en forma para hacer algo, probablemente no podrán cambiar las doctrinas pero sí pueden estar más cerca de la gente, tratar de entender más y ayudarla, sobre todo para que la población no se sienta excluida o aparte de la Iglesia”.
> ¿Qué símbolos marcan el Pontificado del Papa Francisco?
– “Personalmente lo que más me gusta es su forma de actuar y de comunicar, es un extraordinario comunicador a pesar de que tenía una fama de que no lo era porque no soportaba a los medios y en Buenos Aires nunca daba entrevista y ahora le ha salido una capacidad de comunicar que es absolutamente asombrosa.
“La gente que lo conoció antes dice que ha cambiado, algunos te aseguran que era más gris, un hombre que no sonreía tanto y un hombre que no comunicaba, aunque iba por las periferias, por la calle y en autobús, todo eso es cierto.
“Se acercaba a los pobres, comía en los comedores comunitarios con la gente humilde y necesitada, pero no es que fuera el comunicador o carismático, ese no era su perfil y ahora lo que realmente sorprende su capacidad de comunicar.
“Cada mañana el celebra una misa a las siete de la mañana y da una homilía improvisada. Claro que todas las mañanas se nota porque encuentra unas frases tan divertidas, tan claras y sencillas que se te quedan grabadas. La gente luego las repite y no es sólo la importancia de que se te quede la frase, sino que te entre en lo profundo porque detrás de ella existe un mensaje para que vivas de una forma mejor, más sencilla, más austera y solidaria con los demás.
“Creo que tiene una didáctica muy buena, es como un párroco y al mismo tiempo como un maestro o educador, incluso catequista”.
> A lo largo de este año se ha destacado la sencillez del Sumo Pontífice. Ahora bien, tú, como testigo diario de este pontificado, ¿qué más resaltarías?
– “Definitivamente que el Papa Francisco está disfrutando su etapa frente a la Santa Sede. Él está contento de que la plaza está llena pero no por una operación de marketing, creo que ahora realmente le está gustando mucho esa cercanía porque se ve que es totalmente espontáneo.
“Cada miércoles sube y baja del Papamóvil, intercambia los solideos y le regalan todo tipo de camisetas de los equipos de futbol; da vueltas por la plaza saludando, haciendo ademanes, sonríe y en fin pienso que lo goza, que realmente es feliz con esa multitud, esa acogida, el cariño de la gente y que se retroalimenta mucho; y eso lo veíamos con Juan Pablo II cuando él estaba cansado y llegaba a un encuentro con las multitudes de jóvenes que le entregaban tanta energía.
“Se puede decir que se cargaba de esa energía y que, por decir, entraba casi muerto a un encuentro y salía 20 años más joven”.
> Sabemos que el Sumo Pontífice es muy activo en las redes sociales. ¿En qué crees que beneficia esto?
– “La presencia de la Iglesia en las redes sociales ahora es extraordinaria. Él tiene más de 12 millones de seguidores en sus nueve cuentas en los diferentes idiomas, y creo que es importante porque la idea del Vaticano es que la Iglesia tiene que estar donde está la gente, y actualmente ahí se mantienen las personas y los jóvenes. Por eso es necesario que la Iglesia este ahí y el Papa esté y que entienda ese lenguaje porque obviamente la hace más cercana a esas comunidades cibernéticas”.
> Después de que Juan Pablo II fue convertido prácticamente en parte de México, ¿cómo sientes la reacción de los mexicanos con el Papa Francisco?
– “Vengo poco a México y por lo tanto no tengo totalmente el pulso de la situación, pero por mi experiencia -y aunque me puedo equivocar-, existe mucha simpatía por el Papa Francisco en México, y creo que a los mexicanos el Sumo Pontífice les cae bien.
“Al mismo tiempo tengo la sensación de que Juan Pablo II siempre será el Papa mexicano, y es una figura que difícilmente podrá ser opacada porque es parte de nuestro patrimonio nacional, porque vino cinco veces y nos quiso más que a cualquier otro pueblo y nosotros lo quisimos más.
“Juan Pablo II es mexicano, es como nuestro, es como una herencia que tienes ahí y eso no le quita nada al Papa Francisco, pero creo que es una relación tan extraordinaria que la gente habla ahora de Francisco, le cae bien, lo quiere y lo reconoce como Sumo Pontífice, cuestión que es muy importante, pero Juan Pablo tiene un lugar que seguramente nadie se lo va a quitar”.
> Es conocido que la Iglesia católica sufrió una crisis de confianza, ¿crees que se ha recuperado con esta apertura del Papa Francisco?
– “Pienso que sí, hay muchos sondeos que dicen que además de la aceptación enorme que tiene el Papa Francisco también algunos párrocos o sacerdotes te hablan de la gente que se acerca más a la Iglesia, que se confiesa más y por eso creo que poco a poco habrá un nuevo acercamiento sobre todo porque los creyentes se siente más acogidos, comprendidos e identificados con la misericordia y el perdón, que el Papa siempre dice: ´Dios nunca se cansa de perdonar, somos nosotros lo que nos cansamos de pedir perdón´. Creo que estamos saliendo de esos años más críticos”.
> En 1974 te iniciaste como periodista y te han tocado cinco Pontificados. ¿Qué tan diferentes han sido esas etapas?
– “Aunque hayan sido cinco Papas, me ha tocado trabajar sobre todo con Juan Pablo II, Benedicto XVI y ahora con el Papa Francisco. Fueron papados muy diferentes. Con Juan Pablo II fueron 26 años y medio, por lo que ser periodista en esa época era una aventura extraordinaria porque seguías a un líder religioso, pero también a un líder mundial. Un personaje que realmente incidía en la historia. Fue un hombre que estaba decidido a ser la historia de alguna manera.
“Vivimos momentos extraordinarios y nos sentíamos testigos de esos acontecimientos históricos. También fue una experiencia humana impresionante, sobre todo en la última parte del Pontificado cuando ya estaba tan limitado físicamente; fuimos testigos ya no del hombre de acción sino del hombre místico con una entrega y fortaleza increíble. Fue una doble experiencia impresionante.
“En los ocho años del Papa Benedicto fue una época muy difícil marcada por escándalos, pero no debido a su persona, sino a lo que sucedía dentro y fuera de Ciudad del Vaticano; además, creo que errores de comunicación hicieron su Pontificado todavía más complicado.
“El Papa Emérito es un hombre con una inteligencia y profundidad teológica impresionante, pero para alguien que trabaja para la televisión -como en mi caso- era muy complicado sintetizar en uno o dos minutos conceptos tan profundos, además de que no acompañaba esas liturgias con algún gesto como era el caso de Juan Pablo II y ahora de Francisco, que ayuda un poco a retransmitir el mensaje. Entonces con Benedicto fue difícil.
“Ahora con el Papa Francisco me siento como una periodista que inicia de nuevo porque ha traído un aire de primavera. Da gusto seguirlo porque todos los días dice algo o inventa alguna cosa, da sorpresas y siempre hay nota. La verdad es una experiencia que me llena de entusiasmo”.
> En tus inicios como corresponsal en Ciudad del Vaticano, ¿te imaginaste una transformación de la Iglesia católica al paso de tiempo?
– “Nunca. Era muy joven y jamás me imaginé que iba a seguir todo el pontificado de Juan Pablo II por más de un cuarto de siglo. La realidad es que cuando empiezas y eres joven no tienes la perspectiva, vive un poco el día a día, por eso nunca me imaginé ese pontificado tan largo, menos que se iría Benedicto XVI con su renuncia y ahora ver un Papa latinoamericano, además de la convivencia actual de dos Papas.
“Si tú me hubieras dicho eso hace algunos años yo concretamente diría ´imposible´, y ahora vemos ahí dos hombre vestidos de blanco que se conviven y rezan juntos. Para mí sigue siendo una imagen bastante llamativa pero ha sido una convivencia muy buena, porque el Papa Benedicto es una persona extremadamente delicada y sensible, sin entrometerse en nada, y el Papa Francisco dice que es como tener un abuelo sabio en casa.
“Recurre a él porque tiene una experiencia dentro de la Curia Romana y la Iglesia en Roma muy superior a la suya. Francisco evitaba visitar la Ciudad del Vaticano y solamente lleva un año ahí. Son cosas muy sorprendentes que nunca me hubiera imaginado”.
> Estamos a un mes de la canonización de los Beatos Juan XXIII y Juan Pablo II. ¿Qué se espera para esta ocasión tan especial el domingo 27 de abril?
– “Roma se está preparando y ya está acostumbrada a los grandes eventos, como pasó después de la agonía y muerte de Juan Pablo II, cuando vimos 3 millones de personas que se hacían filas de 15 ó 20 horas para pasar un segundo frente al féretro del Santo Padre, y luego la beatificación con más un millón de personas.
“Se esperan millones de personas y los hoteleros dicen que en Roma ya están 80 por ciento de las habitaciones reservadas.
“Lo que importa es que va a ser una canonización única. Porque es la primera vez que van a santificar a dos Papas y aparte diría que vamos a tener cuatro Papas: dos en el cielo y el Papa Francisco abajo, y lo más probable es que lo acompañe el Papa Emérito Benedicto, entonces imagínate una canonización con cuatro Papas, eso es algo que, si te lo hubieran contado, lo creías imposible.
“Es algo que nunca se ha visto, sobre todo dos en la tierra y tampoco se ha dado una doble canonización de dos Papas. La verdad desde el punto de vista noticioso y para la historia de la Iglesia es algo absolutamente único”.
> Fuiste llamada a ser uno de los 100 testigos para la beatificación de Juan Pablo II. ¿Cuál fue tu experiencia?
– “Primero fue de sorpresa, no me imaginaba que iba a tener el honor de ser testigo para tal acontecimiento en la Iglesia. Solamente otro periodista y yo fuimos parte de esos 100 declarantes. Es un proceso riguroso porque contestas un cuestionario de más de 130 preguntas continuas, de las cuales solamente respondes las que realmente conoces.
“Al principio me llamaba la atención que la mayoría de las veces conocía más cosas, gestos, acciones del Beato Juan Pablo que sus propios guardias y después comprendí que era lógico, ya que ellos vigilaban que el público estuviera en orden, que no se registrara un altercado y estaban pendientes de que alguien fuera atentar contra el Papa, y nosotros como periodistas estábamos atentos a cada movimiento que el Santo Padre hacía para poder retransmitirlo a nuestra nación a través del televisor.
“Fue un privilegio que me hayan considerado para aportar mis vivencias por más de 26 años, así como en los 100 viajes -de un total de 104- que hice acompañando a Juan Pablo II alrededor del mundo”.