Por ALEJANDRA TORRES
Mi mejor amiga es Karen Martínez y digo esto porque ella realmente me cambió la vida desde el primer día que la conocí.
Karen tiene 22 años, es recién graduada de la escuela para educadoras Normal Miguel F. Martínez y es una chava entregada a todo lo que hace.
Desde niña participa en las actividades de la Parroquia Corpus Christi donde ha estado en coros, fue catequista y hasta coordinadora de grupos. Se caracteriza por siempre ser alegre, servicial y dispuesta a ayudar en lo que sea.
Hace unos meses fue diagnosticada con leucemia, lo cual ha movido a muchas personas a su alrededor a ayudarla con movimientos de oraciones, con otras actividades como grabaciones de videos y donaciones de cabello para demostrar que todos están con ella.
En entrevista compartió un poco de esta enfermedad, cómo la está llevando a cabo y qué es lo que la fortalece en estos momentos.
¿QUÉ ES LA LEUCEMIA?
La leucemia es una falta de glóbulos rojos en la sangre, pero al mismo tiempo es que la médula comienza a fabricar más glóbulos blancos que rojos y no es que sean malos, si no que el cuerpo necesita más glóbulos rojos que blancos, es por eso que se convierte en algo malo para el cuerpo.
Karen en estos momentos va en la tercera etapa de seis del tratamiento.
Desde noviembre del año pasado ella comenzó a sentir unas bolitas en el pecho, las cuales le asustaron, por eso comenzó a hacerse estudios y gracias a ello pudo saber que tenía leucemia y no cáncer de mama.
Las bolitas terminaron siendo moretones dentro de la piel lo cual no era nada grave, pero fueron las que le ayudaron para ir a checarse y detectar que el problema estaba más atrás, en los ganglios, que estaban muy inflamados debido a la falta de glóbulos rojos.
Ya con un estudio de sangre lograron ver que estaba muy baja en defensas, por eso la llevaron a hacerse el estudio de la médula, lo que dio por resultado cáncer.
Estos últimos estudios fueron el 16 de enero de 2013, y dos meses después notó las bolitas en el pecho.
“La leucemia es un cáncer silencioso y muy rápido, no te enteras hasta que comienzas a tener episodios de desmayos continuos, descompensación en el cuerpo”, explica Karen.
Pero ella nunca tuvo estos episodios tanto que entró al hospital, algo que los doctores no podían creer hasta hoy que su enfermedad comenzó a complicarse, ya que antes de su fase de quimios comenzó a debilitarse y un virus después atacó su sangre contaminándola sin razón alguna.
Volviendo al momento de la entrevista, lo que comentaba Karen es que lo más impresionante es cómo Dios la preparó para este momento. Es difícil decirlo siendo no sólo la reportera, sino su amiga, realmente no he conocido en mi vida a alguien tan llena de Dios y tan protegida por Él.
Desde noviembre del año pasado que le notaron las bolitas, ella se fue preparando mental y espiritualmente, ella dice que desde ese momento sentía que había algo, por ello decidió que fuera lo que fuera, tendría que combatirlo para luchar y salir adelante.
LA NOTICIA
Al momento de enterase de la noticia fue de lo más difícil. Ella cuenta que lo sentía con tristeza pero a la vez con calma, que ya después de meses de no saber que la tenía, debía estar luchando con algo que no sabía qué era.
Por eso que ella dice que fue un momento de sentimientos encontrados, se sentía triste pero a la vez ya tenía la verdad en sus manos y eso era lo mejor a estar luchando contra nada.
En ese momento sintió miedo pero como ella nos dice “Dios siempre ha estado conmigo, nunca me ha dejado, como ahora que más lo necesito no me va a dejar”.
Comenta que en esos momentos para muchos es fácil dejar de creer que Dios los ama, ya que no aceptan esta realidad tan dura, pero es cuando más deben de creer y de confiar, esto es algo que no sólo a mí sino a muchos Karen nos ha enseñado.
“En los momentos más difíciles es cuando Dios te está abrazando”, asegura.
Al preguntarle que si pensó en desviarse o dejar de confiar en Dios ella dijo “es que Él nunca me ha dejado, porque Dios está con todos, con mi familia, con mis amigos, en los que vienen a verme, en el día, en todos lados, o sea ¿cómo decir que no está conmigo si realmente aquí está?”. Es entonces cuando nos ponemos a pensar si realmente los problemas son bastante grandes como para dejarnos caer y dejar de creer si Dios está siempre con nosotros, dice.
MILAGROS DEL CIELO
Alrededor de Karen han sucedido muchas cosas impresionantes que hacen creer, desde escarchas en la Virgen al rezarle, gente que se le acerca sin conocerla, como enfermos en el hospital hasta enfermeras que le aseguran que Dios está con ella, pero lo más impresionante es la cadena de oración que se ha extendido por todos lados.
Y es que hay veladas de oración en las iglesias, en el seminario, videos en las redes sociales para animarla, chavas que se cortan su cabello y lo donan al Teletón para niños con leucemia, otros se rapan para que ella no se sienta sola, que no sólo es una lucha de una persona, sino de muchas en oración con Dios.
Una de las personas que conoce muy bien a Karen y a su familia es el párroco de la Iglesia Corpus Christi, el padre Juan Ángel Acosta.
El pasado 7 de mayo saliendo del hospital dirigió a la comunidad unas palabras que en lo personal dejaron a todos sin aliento.
Primero, el padre comentó que el visitar a Karen no fue una coincidencia si no una “Diosidencia”. Al llegar al hospital no se explicaba qué lo había orillado a ir y al entrar a verla, tampoco se explica lo que él vio.
“Veía a Karen, sé que era ella, estaba ahí pero no sé qué fue lo que en ese momento vi, era Karen pero a la vez no era ella. Es la primera vez que me sucede algo tan fuerte con un enfermo y vaya que he visitado muchos en mi vida”, recuerda el padre Juan Ángel.
“La oración de todos es muy importante, pero invito a todos a tener una mirada más profunda y saber leer con fe los signos de los tiempos, es decir, ¿qué nos está diciendo Dios a través de Karen? Nosotros le pedimos que cure a Karen, que la salve y es correcto.
“Pero, ¿quiero que me cure a mí? ¿Quiero que Dios entre en mi vida?”, dice el sacerdote en una carta dirigida a su comunidad.
Señala que esta presencia lo transformó y arrancó de sus formas de vida, de su pensamiento. “Los deseos que son contrarios a mi salvación (salud espiritual) y a la voluntad de Dios. ¿Mi vida es sana?”, recalca el padre.
La condición de Karen pone en tela de duda muchas formas equivocadas de vivir y ver la vida que los jóvenes sostienen.
“La vida es un regalo de Dios, no somos los dueños, sólo escuchamos las palabras de Dios que nos convienen, a nuestro interés y aficiones, pero a veces cerramos el corazón a propuestas que nos piden que demos más de sí, que venzamos las semillas de egoísmo que hay dentro de nosotros. ¿Cómo pedirle a Dios que cure a Karen? Y no queremos que nos cure de un cáncer más grave, el del pecado”, relata.
Señala que la Pascua que estaba viviendo es ante todo una experiencia del amor de Dios.
“En la cruz fuimos rescatados por el amor del Señor y hemos resucitado por ese amor”, dice.
“Este mensaje llegó al corazón de los jóvenes ya que muchas veces sólo están pensando en Dios cuando lo necesitan y realmente es que ellos dejan de ser meros espectadores de la obra de Cristo y se convierten en verdaderos agentes de la salvación”.
Los jóvenes son los que más movimiento han hecho en torno al caso, tanto que llegó a oídos de figuras públicas como el motivador, doctor César Lozano.
“El jueves 9 de mayo el doctor me llamó pidiéndome que comentara en su programa un poco sobre el suceso de Karen, ya que no se podía explicar la magnitud de gente haciendo oración, donando sangre (no sólo para ella, sino para otras personas que necesitaban en el hospital) alrededor de una sola persona.
“Conforme a la donación, en estos días nos percatamos que el hospital alberga a personas sin familiares, personas con enfermedad de leucemia que no tienen quién les donara plaquetas o sangre y se comenzó un movimiento de ayuda a estas personas.
“Yo le dije al doctor Lozano que los mismos jóvenes conseguían personas que donaran para los enfermos que no tenían a nadie.
“De esta manera podemos darnos cuenta que el mundo está lleno de milagros. Dios nos llamó por medio de Karen a ser testimonio y vida del amor de Dios. Ya no sólo ayudando a Karen o a su familia sino a más personas. El mensaje no sólo es comentar sobre el caso sino hacer cambiar al que esté leyendo este reportaje”, le dije.
Con frecuencia dejamos para el siguiente día algo que pudiste haber hecho hoy, como decirles a tus familiares que los amas, sonreír, dejar que el trabajo no sea tu única vida y comenzar a vivir.
Karen siempre fue un ejemplo de una persona que vivía al día, claro se enojaba con sus padres o con sus hermanos pero aun así trataba de ver siempre el lado positivo.
Aprender a amar como Karen no es sencillo, ella ama su enfermedad a pesar de que la esté pasando muy mal, aprender de ella no es fácil, pero es posible, si se lleva a Dios en la sangre y en el corazón. Creo que si se ve a Dios en el otro nuestra vida sería muy diferente. Con esto todos aprendimos que los verdaderos amigos son los que realmente están contigo en las buenas y en las malas, aprendimos que no importa qué tan grande sea el problema, sino cómo aprendes a solucionarlo.
Vivir al máximo, cada instante y momento es importante.
Sabemos que saldrá adelante y que todo esto es para dar un mensaje de vida y de amor a Dios a todos los que conozcan de ella.
Karen siempre será un ejemplo de fortaleza ante las adversidades.