El detective Edgar “ El Zurdo” Mendieta, el personaje emblemático de Elmer Mendoza, reaparece “corregido y aumentado” en “Nombre de Perro”, el título más reciente que forma parte de la saga que inició con “Balas de Plata” y continuó con “La prueba del ácido”.
Mendoza, quien estuvo recientemente en la ciudad para presentar su última novela en la tercera edición de UANLeer, en la que además impartió un taller dentro de las Jornadas Académicas de esta feria universitaria del libro que se realizó dentro del marco del 80 aniversario de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
El escritor Eduardo Antonio Parra, quien fungió como presentador, observó como el detective Mendieta se humaniza a medida que avanza la saga, ya que consideró que el “zurdo” es un personaje algo complejo que tiene que lidiar con sus problemas personales mientras realiza sus investigaciones.
Observó que en “Nombre de Perro”- la cual acaba de ser lanzada la segunda edición- el estilo era más ligero en relación a las otras dos, pese a que en esta última la trama se torna complicada.
“Estoy consciente de que lo quiero hacer, pero no de que lo consiga. Con la forma que yo tengo de trabajar, en la que cuento mi historia y voy corrigiendo y corrigiendo; y en esas correcciones hay capítulos que crecen, capítulos que se empequeñecen y capítulos que desaparecen, hasta que hay un momento en que se queda inmóvil.
“Y cuando está inmóvil pienso: ¿qué tengo que hacer para que se parezca a mi otra obra, pero que tenga su personalidad? Esto partiendo de una idea que es como si nuestra obra fuera un edificio o una casa que tiene varias habitaciones se parecen, pero son diferentes, pues dada una tiene un elemento que las diferencian de las demás”, expresó el novelista nacido en Culiacán, Sinaloa.
Confesó que justo en “Nombre de Perro”, sufrió mucho porque no encontraba la fórmula para modificar la historia que ya estaba resuelta, pero algo tenía que agregar para que esta última entrega tuviera su propia identidad.
Sobre las ventajas y desventajas de escribir una saga, Mendoza reconoció que hay varias en ambos sentidos. Por un lado, la ventaja es que se van dosificando aspectos del personaje en las diferentes series, para que los lectores siempre tengan curiosidad sobre lo que sigue en la siguiente novela.
“La desventaja, agregó, creo que se forma una obligación para continuar. Es muy difícil terminar una novela, ponerle punto final. Es que traes mucha aceleración y yo siempre he escrito un poco más.
“Cuando publiqué ‘La prueba del ácido’ dije que nomás iban a ser dos. Cuando se lo comente a Xavier Velasco y a Arturo Pérez Reverte, me dijeron : estas loco, apenas estás encontrando un personaje y no lo puedes eliminar, escribe al menos otra”, compartió el escritor que le gusta incluir a sus amigos poniéndole sus nombres a diversos personajes.
Aseveró que el continuar escribiendo la historia de un personaje como es en el caso de el detective Mendieta, es una forma de compartir y de estar en contacto con sus seguidores.
NI LOS BUENOS, NI LOS MALOS
En las novelas de Elmer Mendoza el narcotráfico es un personaje más. Parra le cuestionó que si alguna vez había sentido temor en abordar este tema, sobre todo en “Nombre de Perro”, en la cual , el “zurdo” Mendieta se involucra con Samantha Valdés, jefa del Cártel del Pacífico.
“A mi nunca me han llamado, ni los buenos, ni los malos. A veces pienso que seria bueno pedir asilo en alguna República Bananera. No, no es cierto, yo creo que los elementos que tienen mis novelas, hacen que no sean novelas que hablen solamente de eso.
“Ahí hay muchas cosas y pienso que las personas que pudieran llamarme ponen a alguien que las lea y a lo mejor terminara diciéndoles otra cosa, o a lo mejor termino atrapándolos como lectores”, comentó entre risas Elmer Mendoza.