Las selecciones del beisbol infantil están formadas con 14 niños y, cuando se anuncian los nombres de los privilegiados, el resto puede tender a sentir una frustración que los lleva a abandonar su carrera deportiva.
Con Vicente Marroquín no pasó así, ya que en su niñez fue el “número 15” de la Liga Sierra Madre y le sirvió como un aliciente para fundar la Liga Santa Catarina y dedicarle prácticamente su vida.
“Yo jugaba la segunda base y era bueno, pero me faltaba bateo. Antes de anunciar la selección me lastimé y fue el pretexto para que me dejaran fuera. Se puede decir que la Liga Santa Catarina es producto de un jugador número 15”, dice con una sonrisa.
El patriarca y manager de la categoría 11-12 años que participa en el Nacional de Ligas Pequeñas, agrega que, además de no haber sido “estrella infantil”, fue manager de la Liga La Fama y un malentendido lo llevó a fundar la Santa Catarina.
“En 1970, ya como entrenador, me tocó dirigir y perder el pase al Nacional, que me lo ganó la Sierra Madre en Matamoros. Se disgustó tanto el presidente de la Liga La Fama que nos hicimos de palabras y así nació la Liga Santa Catarina”, recuerda.
Actualmente los Tigres participan en el Nacional de Ligas Pequeñas que otorga un boleto a Williamsport y esperan quitarse el mote de “ya merito” porque en 2006 se quedaron a un triunfo de avanzar a la cita con el mundial, pero perdieron ante Matamoros.
“Primero nos dijeron así por las derrotas sufridas ante La Fama -doble revés para perder el pase al nacional- y luego la derrota del 73 cuando Mitras se fue Williamsport”, recuerda.
HISTORIA DE SUPERACIÓN
La Liga Santa Catarina inició en 1970 en un campo prestado por la compañía ixtlera y fue todo un éxito porque cientos de chamacos se inscribieron.
“Los primeros años fueron de pocos resultados”, acepta Marroquín. “Jugábamos en pura tierra. Se jugaba de día, no había alumbrado, no había césped. El primer año hubo cuatro equipos en la categoría 11 y 12 años, eran 60 niños cuando se inauguró”.
Marroquín dijo que llegaron a tener 320 niños en 1990, que fue el tope. Cuando les cedieron el terreno que tiene actualmente no había accesos suficientes y bajó la inscripción.
“Tuvimos que meterle infraestructura para poder ponernos a la altura de los demás. Con otras mentalidades en la directiva y en los jugadores comenzó a subir el nivel”, asegura.
Santa Catarina cuenta con uno de los territorios más grandes entre las ligas de Nuevo León, ya que abarca el 75 por ciento del municipio, el resto lo comparten con las ligas Sierra Madre y Revolución.
“Siempre han peleado un poco más de zona, pero depende mucho de la gente que administre esas ligas. Son ligas que no participan del todo y los niños se quedan sin jugar”, dice.
Otro de los obstáculos de la Liga Santa Catarina es que sólo contaban con con campo y tenían que entrenar a todas las categorías.
“Se nos acaba de entregar una unidad deportiva que comprende un terreno de juego para niños de 13 a 18 años, con césped artificial, nomás falta el alumbrado”, agrega Marroquín.
Espera que en la administración de Víctor Pérez les sea concedido el terreno del viejo parque, donde podrían construir un diamante para niños pequeños.
“Tenemos hecho la petición de regresar al viejo parque exclusivo para los niños más chicos”, explica Marroquín y dice que lo harían con las medidas exactas de las categorías menores para poder ofrecerlo a toda la región.
“Tenemos esperanza de poder completar el programa y si eso se da entonces sí tendremos ventaja porque tendremos capacidad instalada para ofrecerle un espacio a todos los niños… y no es que seamos egoístas, pero cederle terreno a ligas que no trabajan es negarle a los niños la posibilidad de que jueguen”.
Marroquín dice que en la medida que trabajen Sierra Madre y Revolución, como lo está haciendo Villa de García, se les podría conceder un poco más de espacio.
BAJA EL NIVEL
Para Marroquín, el nivel de las ligas pequeñas en Nuevo León era mejor hace 15 ó 20 años.
“Tú vas a muchas ligas y están muertas, son ligas de softbol, no hay beisbol infantil y por eso no hay competencia. El hecho de que tengamos más ligas no significa que tengamos más calidad”, asevera.
“Había mucha más calidad en las épocas de los 70, 80, que la que tenemos actualmente. El futbol infantil y el futbol americano no han quitado muchos niños. Algo estamos haciendo mal como programa que no es tan atractivo como en los años 70. Jugar beisbol infantil en esos tiempos era un deseo de todos los niños”.
Dijo que la Liga Santa Catarina se basa en los principios de Williamsport con un sistema de voluntarios y una cuota simbólica.
“Cobramos 100 pesos mensuales a los niños y eso nos da un ingreso de 15, 20 mil pesos mensuales no alcanza. El hecho de que no tengamos nómina de entrenadores ayuda, pero es un arma de dos filos porque no tenemos el nivel que quisiéramos”.
Dice que hay voluntarios que ni siquiera jugaron, entonces en el pecado llevan la penitencia.
“Pero es el espíritu de la Liga Santa Catarina y así va a seguir siendo”, dice y recuerda el famoso cuento de Juanito el mío.
“Le preguntaron a un entrenador ´¿cómo quedó la selección?´y él contestó: ´buenísima. Son Juanito el mío y 13 más”.
Ante la falta de espacios, en Santa Catarina entrenan avanzados, intermedios y principiantes al mismo tiempo y eso le quita tiempo a los seleccionados, que tienen realmente unos 45 días para prepararse ante de los torneos.
Dice que el trato es igual para todos y eso es básico en el sistema Williamsport.
“Cuidamos tener un balance y no siempre se logra la calidad porque le damos prioridad a la participación de todos. No tenemos softbol y no lo tendremos porque estamos convencidos que el campo es para los niños”, dice en alusión a que otros campos hechos para ligas pequeñas son ocupados principalmente para los adultos.