EL REY MIDAS
Nominado para llegar en noviembre de 2017 al Santos de Torreón, todo quedó en cercanía y especulación. Pero él no pierde la fe de regresar un día a los Rayados de Monterrey, que tienen motivos suficientes para conservar en un nicho especial del recuerdo a Víctor Manuel Vucetich, pues durante su última etapa como director técnico de los albiazules los llevó a conseguir dos títulos de liga (torneos apertura 2009 y 2010) y el tricampeonato en la Liga de Campeones de la Concacaf el 27 de abril de 2011, el 23 de abril del 2012 y el 1 de mayo de 2013. Y por si fuera poco les dio el pase a tres Mundiales de Clubes, aunque él ya no asistió al último, al ser sustituido en el timón del equipo por José Guadalupe Cruz.
Fue así como correspondió al apodo un tanto exagerado de “Rey Midas”, que los conocedores le dan porque metafóricamente todo lo que toca lo convierte en oro en su profesión de entrenador, si bien es cierto ha pasado por caídas dolorosas como la despedida del Puebla en 2002, del Veracruz en 2005 y 2006, así como de los Jaguares de Chiapas en 2007 y la misma que sufrió con los Rayados de Monterrey, al cesarlo en la jornada 6 por una racha de malos resultados y, finalmente, el 31 de enero de 2017, salió por la misma razón del club Gallos de Querétaro, a los que llevó al Campeonato de Copa en 2016, dirigiéndolos en 70 partidos, para un total de 17 triunfos, 14 empates y 27 derrotas, con un 31% de efectividad. Tampoco le fue muy bien como director técnico de la Selección de México por un mes, durante las eliminatorias rumbo al Mundial de Brasil 2014, y el 13 de octubre de 2013, los dueños de clubes, con Emilio Azcárraga a la cabeza, no aprobaron su continuidad por considerarlo “muy opaco” en su estilo, y prefirieron a un showman como lo es Miguel “El Piojo” Herrera.
SENCILLEZ Y MODESTIA
Junto con Francisco Avilán, son los únicos que han dirigido al Monterrey y a los Tigres en los famosos clásicos locales y es el único que ha sido campeón con ambos equipos de aquí.
“Sigo recordando con mucha satisfacción los logros de los Rayados, pero hay que reconocer la dinastía de jugadores que formaban el equipo, y no quiero mencionar a unos cuantos, porque sería injusto no tomar en cuenta a todos, y al cuerpo técnico y dirigentes o administradores también, pues de una u otra forma, como familia, no hubo uno solo que no hiciera lo que le correspondía para escribir la mejor era en la historia de este club”, dice con toda modestia, sin desear colgarse las medallas él solo.
Así es de sencillo “Vuce”, como se le conoce por la abreviatura de su famoso apellido, pues no es de los que presumen sus logros a la vista de todos. Son parte de su intimidad y en su domicilio los trofeos y pergaminos ni siquiera están en la sala principal, sino en un subterráneo de su vivienda, al pie del Cerro de la Silla, donde decidió quedarse entre los regiomontanos al considerarse uno de ellos por adopción, porque Monterrey le llenó el ojo para vivir en la urbe industrial a partir de su incursión con los Tigres de la UANL, cuando los hizo campeones de Copa en 1996 pero no pudo salvarlos y sufrió el trago amargo del descenso.
Fue una tensión tremenda esa vez, ya que hasta la penúltima fecha luchamos con todo para ganar a los Rayados en espera de que Morelia perdiera, lo cual no sucedió, y se acabó el sueño de salvarnos. No se dieron las cosas y eso tampoco se olvida, al tener en la mente el dolor de los aficionados y sus lágrimas. Pero afortunadamente para el club Tigres y su gente, al año siguiente ya estaban de nuevo en Primera División y han vuelto a saborear otros campeonatos.
CABALLERO FORMAL
De 1.72 de estatura y 70 kilogramos de peso, su figura física sobresale por unos ojos verdes de mirada compasiva, con el adorno de unas canas tupidas de su pelo corto, siempre bien arreglado. Es un caballero en sus encuentros con cuanto aficionado le pide una fotografía o un autógrafo. Su imagen dentro y fuera de las canchas es de un hombre respetuoso, atento y educado. Cortés en su saludo con amigos y desconocidos, no se le nota en su rostro la huella del estrés que deja el trabajo de director técnico de un equipo de Primera División. Sabe ponderar los resultados para no caer en excesos. “Ni soy lo máximo cuando mi equipo gana, ni soy lo peor cuando pierde. Ni saboreo el cielo si sumamos los tres puntos, ni me quema el infierno si el rival me los arrebata. Así es el futbol”. Y lo dice con una convicción que no deja dudas de su forma de ser.
“No soy temperamental en mis expresiones. Pero no se crea que no soy de carne y hueso o que no sé protestar y “regarla” cuando se trata de defender a mi equipo y a mis jugadores”, aclara con un tono de voz muy firme, rechazando que sea frío en la banca o que se pase viendo los partidos con los brazos cruzados nada más, aunque hay periodistas que se quejan porque en sus entrevistas es muy aburrido, porque no les da a sus palabras el toque de la estridencia.
“NATURALIZACIÓN”
En su ir y venir de una ciudad a otra, Vucetich -identificado simplemente como “Vuce”- en su primera época en Monterrey tomó la decisión de “naturalizarse” regiomontano, y a fines del siglo pasado no lo pensó más. Le cayó bien la ciudad para él y sus hijos, especialmente porque también estuvo de acuerdo su esposa Yolanda Montes de Oca, fallecida en el año 2008, y después a él se le facilitó mucho hacerla de papá y de mamá al venir a trabajar con los Rayados. Diana lo confirma: “Mi padre es bien padre y siempre quiere lo mejor para nosotros. Por eso nos dijo que lo mejor estaba aquí, sin dudarlo”.
Los valores, el espíritu de lucha, la entrega a causas solidarias y cierta religiosidad muy afinada le llamaron la atención para comprar casa y ver crecer a los suyos, más ahora que ya es abuelo. “Soy un bendecido de Dios, no cabe duda, por lo que he logrado con los dos equipos en los clásicos y por ser campeón con ambos, aunque me hubiera gustado salvar a Tigres del descenso”, afirma con la mirada puesta en tan significativos recuerdos en su vida deportiva. Y no pierde la fe de regresar por la revancha con el equipo de las rayas “porque no me gustó la forma como me echaron, pues me dejó un sabor amargo después de la buena relación que mantuvimos”. Por eso, como el militar estadounidense Douglas MacArthur al salir de Filipinas en la Segunda Guerra Mundial, “Vuce” no se cansa de repetir para sus adentros: “Volveré”.
CON LOS REGIOS
-¿Cómo fue tu llegada a los dos equipos de esta Sultana del Norte?
-Me tocó ser contratado en situaciones muy complejas. Al club Tigres me invitó en junio de 1995 el señor Rector de la UANL, Manuel Silos, por llamado directo de Guillermo Lara, el nuevo directivo que estaba a punto de nombrar en busca de la salvación porque había verdadero peligro de caer a la Segunda División. Y no olvido que arreciaron las críticas de todas partes contra el Rector Silos y contra todos los que trajeran la camiseta de Tigres entonces, porque se trataba de tumbar a quien era, y es, un conocido promotor de jugadores, y en medio de esa andanada de programas de radio y televisión o reportajes en los periódicos, me di a la tarea de estructurar el equipo y de conocer un poco los antecedentes de la plaza, porque Sergio Oria ya tenía tiempo en el área deportiva.
-Y en el caso de los Rayados sucedió que yo estaba a punto de firmar con el León, pero la directiva no hacía acto de presencia; entonces, una noche de enero de 2009 recibo una llamada telefónica de Luis Miguel Salvador pidiéndome que me presentara en Monterrey al inicio del torneo de clausura porque habían surgido unas diferencias de opinión con el entonces entrenador Ricardo Antonio Lavolpe, quien inesperadamente salió de la institución. Y fue así como me vine a encontrar con un grupo de jugadores de gran valía como personas y como futbolistas.
IMAGEN DE SERIO
Víctor es hijo de un exfutbolista inmigrante argentino de nombre José Antonio Vucetich Adler y de doña Esther Rojas. Nacido en Tampico el 25 de junio de 1955, es el tercero de cuatro hermanos, y llevado por su afición al soccer, abandonó los estudios de Psicología para irse a la ciudad de México a jugar con las reservas del América durante cuatro años, hasta que fue enviado al Cuautla de la división inferior y luego pasó al Atlante en 1978. No trascendió más allá de lo que su juventud le dio de energía para retirarse de las canchas a sus 28 años de edad e iniciar la carrera de entrenador en el torneo 1988-89, con Potros Neza, equipo filial del Atlante al que ascendió a Primera División, pero sin lograr que le renovaran el contrato, por lo que se enlistó con el León a la siguiente temporada, logrando meritoriamente el campeonato de la Segunda División.
Hombre de pocas palabras, sin estridencias en sus declaraciones ni espectacular en sus desplazamientos cuando dirige a sus equipos desde la banca, ha impreso a su personalidad el sello de la compostura, la tranquilidad, del control y de la calma aun en situaciones complicadas. Dice Aldo de Nigris, el exmilitante del Monterrey, con el que fue campeón, que él lo quiere como a un padre por su capacidad de trabajo y su serenidad: “Es el clásico jugador de ajedrez que piensa, piensa mucho su estrategia para los planteamientos o cambios, y los hace con la seguridad de revertir un resultado malo”. Y tiene un tacto fino en el trato a los jugadores estrella cuando hay que hacerles ver que él es el responsable de la alineación del equipo.
RESPETO, RESPETO
Vucetich se ha forjado un carácter sólido a base del aprendizaje que le ha dejado el futbol. Pero de las grandes enseñanzas que siempre llevada a la práctica en su relación con los periodistas es el respeto a las críticas, porque entiende muy bien lo que significa la libertad de expresión.
-¿No te llega a desestabilizar la metralla de los medios de comunicación?
-Hay que saber digerir todo lo que se habla y se escribe de ti, de tu trabajo y de tus equipos, aunque muchas veces no estés de acuerdo o te conste que tus críticos de la prensa o de la tribuna están en un error. Es parte de la democracia y es a lo que lleva a veces la pasión en el futbol. Pero eso no significa que te quedes callado, sino que con todo respeto sepas entablar un diálogo y hacer valer tu punto de vista. Respeto, respeto ante todo, sobre todo porque el trabajo de los periodistas es importante para la información y orientación de la opinión pública.
MERCADOTECNIA
-¿Qué zonas débiles ves en el futbol profesional que deben mejorarse?
-Hay tres puntos que me gustaría señalar para que nuestro futbol no solamente sea un espectáculo de masas, sino también una ventana al mundo de lo que México es, más allá de este deporte. Primero que nada, más inversión y organización en escuelas formativas integrales para poder recurrir a las canteras locales cuando se descubran verdaderos talentos a los que se debe dar oportunidad en la máxima categoría. Con chavos así, además de futbolistas, con estudios y una preparación para la vida como personas, vamos de gane. En segundo lugar, creo que hace falta que los periodistas y comentaristas, además de conocer más de este deporte y sus reglas, sean tan profesionales y certeros en su trabajo que no busquen el sensacionalismo y los escándalos para informar o llamar la atención, porque la comercialización de los medios de comunicación y la mira en la ganancia económica únicamente, hacen mucho daño, porque si proceden así, dejan al margen lo más importante de su profesión, que es la ética. Y por último creo que en todo el mundo se está saliendo de control el mercado de las cartas de los futbolistas y si esto sigue así, el dinero será el que mande y habrá clubes que ya no puedan ser tan competitivos frente a los millonarios, además de que por ese desbocamiento de la mercadotecnia, el futbol cada vez se vuelve más elitista y menos del pueblo, y podría llegar un día en que los aficionados, que son los que pagan las entradas, no pueden desembolsar más para ver un juego en directo.