Con 65 años de historia del Club de Futbol Monterrey, cuatro títulos en su haber podrían parecer pocos, pero si se detalla que tres de ellos se han obtenido en la última década, esto marca un claro progreso en el trabajo realizado.
Aunque antes de esta era pocos los que apostaban a los del cerro de la Silla, actualmente los Rayados del Monterrey son considerados el mejor equipo de México, según la Federación Internacional de Futbol de Estadística e Historia.
Hoy son muchos los proyectos, inversiones y los anhelos que giran a su alrededor. Desde hace una década, José González Ornelas, director del Consejo Administrativo de Femsa; Jorge Urdiales Flores, presidente del Club, así como Luis Miguel Salvador en la vicepresidencia, se han dedicado a ver desde el escritorio los logros que han conseguido.
DEL FRACASO AL FESTEJO
Tras alzar el más reciente trofeo de liga que el equipo obtiene, el presidente del Club de Futbol Monterrey, Jorge Urdiales, declaró que las miras ya están puestas en la Concacaf, para posteriormente ser invitados al Mundial de Clubes.
Sin embargo, estos anhelos no pasaban por la mente de quienes estaban al frente del conjunto albiazul en 1996, cuando no conseguían ni siquiera patrocinadores que les brindaran un respaldo para participar más dentro del circuito de futbol profesional.
En aquellos tiempos, Rayados era propiedad de Jorge Lankenau y Grupo Financiero Abaco, teniendo solamente como patrocinador a Banca Confía, que también formaba parte de los negocios del mismo dueño del Club.
El conflicto económico sólo era parte de los problemas que había al interior de la institución, y es que el rendimiento en las canchas tampoco pasaba su mejor momento, lo que provocó que la venta de abonados fuera a la debacle para los Torneos de Liga Invierno 96 y Verano 97.
Pero las notas extra deportivas del club no pararon ahí, en abril de 1997 el gobierno municipal de Monterrey sacó a relucir el adeudo de impuestos del club, por lo que procedieron a clausurar el estadio Tecnológico, lo que por unos momentos puso en duda la realización de un encuentro.
Después de esto todo se empezó a venir en picada, en noviembre de 1997 el equipo ya no podía entrenar en el Refugio, posteriormente también perdieron El Cerrito, luego de que un juez fallara a favor de Dinámica Deportiva Monterrey, filial de Protexa.
Ese mismo año, Jorge Lankenau Rocha fue detenido acusado de fraude, y aunque el club ya estaba tocando fondo tanto administrativa como futbolísticamente, al estar a unos pasos de descender.
Y es que en 1998, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público sacó a relucir que Rayados tenía un adeudo de 100 millones de pesos ante ellos, aunque por su parte Citibank los acusó por la misma cantidad, lo que ponía a todas luces a la institución en quiebra.
Otro trago amargo en la historia del club es la falta de pago a los jugadores, situación que incluso provocó que los deportistas amenazaran con no jugar si no obtenían su sueldo. A la par de todo esto, el descenso también rondaba la institución, lo que se derivaba en parte por la falta de motivación monetaria hacia los jugadores.
LA NUEVA ERA
Finalmente, en junio de 1999 Jorge Lankenau Rocha quedó fuera de la institución albiazul, luego de que la Federación Mexicana de Futbol decidiera desligarlos del organismo, reconociendo a la nueva directiva.
En 2002 el Grupo Femsa entró al rescate del club, acordando con Lankenau, Juan René Vega y Augusto Trigos cederle los derechos. La disputa legal terminó hasta 2006, cuando finalmente Femsa tomó el control de los Rayados, al dar por concluidos los trámites legales y administrativos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, para que ahora sí fueran reconocidos como propietarios.
En ese momento, José González Ornelas, presidente del Consejo de Fomento Deportivo, empresa perteneciente a Femsa y que estaba a cargo de la institución, anunció que la directiva con Jorge Urdiales Flores a la cabeza continuaba.
Fue en 2001 cuando Urdiales Flores llegó a la presidencia del Club de Futbol Monterrey, y fue precisamente a él a quien le tocó hacer que la gente se olvidara de todo lo que tuvieron que pasar para continuar participando en Primera División.
Sin embargo, dos años después llegó el anisado campeonato en el Clausura 2003, luego de 17 años de participar en el máximo circuito de Futbol Mexicano. En aquel entonces el director técnico a cargo era Daniel Pasarella, quien se trajo el título con sus muchachos de la casa de los Monarcas Morelia.
En 2004, comenzó la era de Miguel Herrera, quien por cuatro años estuvo dirigiendo a la escuadra albiazul a la que llevó a conseguir un subcampeonato en el Apertura 2004, uno más en el Apertura 2005, mientras que para el Apertura 2006 llegaron hasta la Liguilla.
A partir de ahí el nivel de los albiazules comenzó a bajar, pero tras el paso de dos entrenadores, finalmente volvieran a alzar el trofeo en el Clausura 2009 de la mano de Víctor Manuel Vucetich en un torneo en el que se conjugaron alegrías y tristezas tras la muerte de Antonio De Nigris, quien militara en los Rayados y cuyo hermano, Aldo De Nigris, se encontraba dentro del equipo titular.
Poco después de bordar su tercera estrella sobre el escudo, los albiazules se impusieron en la Final del Torneo Interliga 2010, lo que además les dio la oportunidad de obtener su pase directo a la Copa Libertadores 2010.
El bueno paso de Monterrey en las canchas se prolongaba, y es que para el torneo Bicentenario 2010 los del cerro de la Silla se instalaron en el superliderato luego de 17 jornadas, consiguiendo además 36 puntos, lo que ha sido su mejor cifra para torneos cortos en la historia.
Con tan buenos antecedentes la fiebre del “bi” inundaba la ciudad; sin embargo, el llegar como favoritos les valió sólo hasta cuartos de final, fase en la que cayeron ante los Tuzos del Pachuca.
Para el Apertura 2010 hablar de Rayados era sinónimo de los primeros lugares, condición que se ganaron al permanecer invictos a lo largo de 13 jornadas; sin embargo, justo cuando ya estaban perfilados para la Liguilla comenzaron los errores.
La primera derrota fue sufrida en casa ante sus rivales en la final de 2009, Cruz Azul, quienes vinieron a sacarse la espinita y dejaron en mal a los albiazules al llevarse la victoria cuatro goles a dos.
Aunque después de este partido perdieron dos más ante Puebla y Chivas, los ánimos de los hinchas no decayeron, y menos los de los hombres de pantalón largo, ya que el presidente del Club, Jorge Urdiales, declaró que prefería perder en la temporada regular y no más adelante.
“En donde nos gustaría más el invicto sería en la Liguilla, es un torneo diferente y el perder un partido te puede dejar fuera.
“En igualdad de circunstancias, si me dijeran ahorita: ‘si de aquí a los cinco partidos que faltan, más los posibles seis que fueran lo máximo en Liguilla, ¿dónde le gustaría perder?’, pues ahorita, no en la Liguilla. ¿Por qué? Porque tiene repercusiones diferentes. Como lo dije cuando fuimos superlíderes, que hubiéramos preferido el campeonato que el superliderato”, señaló el directivo.
Y Urdiales no erró, los Rayados de Monterrey, a pesar de haber acumulado menos puntos que en el torneo anterior, solamente perdieron un partido: el de ida de la final, pero gracias a su buena posición en la temporada regular cerraron en casa, y con el apoyo de la denominada mejor afición de México, les bastó para quedarse con el trofeo, el cual levantan en casa después de 24 años y que ofrecen a sus seguidores por segunda ocasión consecutiva en menos de doce meses.