Un dia histórico aquel 29 de Agosto de 1937, cuando el paso del modernismo dejó muy atrás la Plaza El Coliseo para dar paso a la flamante Plaza de Toros Monterrey con un formidable mano a mano entre los triunfadores de la madre patria Fermín Espinoza “Armillita” y el orgullo de Monterrey Lorenzo Garza, estando como sobresaliente y sediento de gloria Silverio Pérez, cuya alternativa estaba a la vuelta de la esquina. (Años después recibirían también su alternativa los señorones Manolo Martínez y Eloz Cavazos, ¡olé!).
El nuevo coso rompía con lo establecido por ser de cemento y le cabían nada menos que 12,000 espectadores, grandiosa cantidad si tomamos en cuenta que corría el año de 1937.
La Sultana del Norte -capital industrial de México- siempre ha sido una ciudad pujante, así que la Plaza de Toros ubicada en la colonia del Prado no podía quedarse quieta y así tenemos que fue ampliada con el tiempo, agregando mas gradas en los buenos tiempos del empresario César Garza. El hecho de albergar 17,000 almas le dio el distintivo de Monumental.
Otro inquieto empresario, Leodegario Hernández, instaló el techo y es en Noviembre de 1963 cuando se re-inaugura este gran escenario, toreando Juan Silveti, Mauro Liceaga y el hispano Juan García Mondeño.
Lo mejor estaba por venir: A partir de 1970 sería reconocida como “la primera plaza techada del mundo”; la inauguración del techo retráctil tuvo como padrinos a Joselito Huerta y Eloy Cavazos, corría el mes de Mayo.
¡Era todo un espectáculo ver el techo retráctil!
Los que acudíamos a las funciones de Lucha Libre íbamos llenando paulatinamente la plaza y una vez instalados nos quedábamos viendo hacia arriba fascinados con ese techo viviente, grande y majestuoso.
Por cierto, era común que se empalmaran los eventos y mientras ingresabas a disfrutar la Lucha Libre te topabas con un mar de gente que a su vez desalojaba la plaza, a veces casi chocabas con Rómulo Lozano y otras personalidades amantes de la fiesta brava.
Esto hay que puntualizarlo: Es una plaza de toros, no obstante se han llevado a cabo infinidad de eventos muy diversos desde el nacimiento de esta plaza, aquellas luchas sobre hielo, funciones de Box, espectáculos artísticos y ecuestres, rodeos y mas, mucho mas.
La gente recuerda con cariño aquel espectáculo que ofrecía Antonio Aguilar con toda su familia, los conciertos de Vicente Fernández, Soda Stéreo, Vainilla Ice, Cindy Louper, el evento “Viva la Radio”, etc…
Respecto a las jornadas luchísticas, a finales de los años treintas y en las décadas posteriores la afición vibró con las grandes figuras del costalazo, bajo la promoción de gente como don Jesús Garza Hernández, René Guajardo y Carlos Elizondo, participando esporádicamente la prestigiada WWE, además de Adolfo Madero con su Lucha Libre Vip, Lucha Libre Azteca y Triple A.
Ya que estamos con el deporte del pancracio, vayamos con una anécdota de los años sesentas: Andaban de moda “las sillas malinche”, fabricadas en madera con muy buen gusto, aunque eso parecía importarles un comino a los bravos luchadores que conforme arreciaba la rivalidad no se tentaban el corazón para tomar la silla y destrozarla sobre la humanidad del enemigo en turno. Sobra decir que los promotores prefirieron mejor las sillas metálicas, pero… aumentó la saña de los encuentros; ¡como le llovían críticas al promotor René Guajardo por la forma en que los luchadores se bañaban en sangre utilizando las durísimas sillas!
Contrastando con los aguerridos combates, nos parece estar viendo la caballerosa imagen del arquitecto Benavides narrando los encuentros, cediendo la estafeta al inolvidable “tribilín” Gerardo Castro; años después ingresa el Canal 28 con aquel programa de “Máscaras y Cabelleras” donde figuraron el propio Gerardo Castro y Ernesto Aguirre, después Antonio Sánchez y el Locutor 28 (Nicanhor Aguirre).
Algunas funciones quedaron inmortalizadas gracias a la televisión: Aparte de los Canales 12 y 28 también ingresaron Canal 7 (Lucha Libre Azteca) y Televisa (AAA), además de TVC Deportes y por supuesto los cronistas de la WWE.
Sigamos con la historia.
Imposible olvidar aquella combinación de Toros y Lucha Libre, tan aceptable en aquellos románticos tiempos; al comenzar los sesentas fue todo un acontecimiento ver al mismísimo Santo, Black Shadow, Carlos Moreno y El Gladiador, además del maestro Rolando Vera, toreando frente a los ojos de un afortunado público.
Cambiando de espectáculo pero siguiendo con la misma plaza, resultó imponente la entrada tan original de Lalo Mora bajando desde todo lo alto, lentamente, mientras la plaza estaba a oscuras y una luz circular lo iluminaba; los adelanots tecnológicos han caminado de la mano con el coso de la colonia del Prado. A sus órdenes en la avenida Alfonso Reyes 2401, Norte.
Ahí donde José Marroquín, nuestro querido Payaso Pipo dijo adiós.
Claro que los momentos tristes han hecho su aparición, conviene señalar una coincidencia en cuestión de fechas: Fue en Agosto de 1937 cuando se inauguró la Plaza de Toros Monterrey, después conocida como la Monumental y mas tarde con el nombre de Lorenzo Garza, y fue también un mes de Agosto del año 2009 cuando la madre naturaleza decidió cobrar la factura mediante unos fuertes vientos que debilitaron aquel techo que nos llenaba de orgullo, y hacia el mes de Octubre de ese 2009 entra Protección Civil a la escena y lo demás usted lo sabe: Concluyó la etapa del techo retráctil.
La Monumental se quedó un tanto desnuda, en descargo diremos que luce colosal.
Solo el tiempo nos dirá si habrá mas adelante otro techo, lo imaginamos mas modernizado, mas apantallante, tal vez ofreciendo un espectacular juego de luces, en fin, se lo dejamos a los expertos.
Ya viene Agosto 2013: 76 años de leyenda… y contando.