“Yo sí le voy, le voy al Sarape”, “Yo sí le voy, le voy al Sarape”. Esa era la canción que se escuchaba en el parque Francisco I. Madero la noche del sábado 29 de agosto, cuando los Saraperos de Saltillo terminaron con 39 años de aproximaciones y se coronaron campeones de la Liga Mexicana de Beisbol.
En su temporada 40 en el viejo circuito, los Saraperos pusieron fin a seis finales perdidas desde aquella de 1971 cuando habiendo ganado los primeros tres partidos sobre Jalisco, luego perdieron cuatro en forma consecutiva para allegarse el mote de “Ya merito”.
Asimismo, desde ese año trajeron en la espalda la maldición de “Cananea Reyes”, manager de los Charros.
Saltillo perdió además las finales de 1972 ante Córdoba, 1973 y 1988 ante Diablos, 2004 contra Campeche y 2005 con Tigres de Puebla.
Esta vez fueron los mismo felinos, pero ahora de Quintana Roo, los que mordieron el polvo ante más de 17 mil aficionados en el Madero y miles más en el estadio olímpico donde a través de pantallas gigantes vieron el sexto de la serie.
Rafael Díaz, quien en 1996 fue el ganador del juego de campeonato de los Sultanes, lanzó partido completo y resultó el Jugador Más Valioso al obtener dos victorias en la final.
Pero hubo otros jugadores que también tenían méritos para ser tomados en cuenta, como Jesús Cota, Cuco Cervantes y Hernando Arredondo.
Orlando Sánchez, quien tomaba el timón del equipo por primera vez, logró también su título primo. El boricua ha sido campeón en tres décadas diferentes, ya que en 1986 lo hizo con Puebla, en 1991 con los Sultanes y ahora con los coahuilenses.
Álvaro Ley también hizo su debut como presidente, una vez que su hermano Juan Manuel le delegó la responsabilidad.
José Luis “Gato” García tuvo su primera oportunidad como director deportivo y no pudo ser de mejor manera. En febrero se arreglaba con Reynosa cuando los Saraperos le dijeron que recibiría su gran “chance”.
EL GRAN PARTIDO
Saltillo ganó los dos primeros de la serie final en casa, pero luego fueron a Cancún y sufrieron dos derrotas. Como estaba en el plan, se trajeron el quinto y volvieron a casa por uno más.
Rafael Díaz fue el encargado de “domar” a los Tigres y lo hizo bien al diseminar ocho hits durante las nueve entradas.
Por su parte, los Saraperos hicieron cuando menos una carrera en los primeros seis episodios para meter el partido en la congeladora y darle tiempo al periódico Vanguardia para que pudiera imprimir una edición especial que se entregó en el parque al caer el out 27.
Nelson Teilón conectó jonrón de dos carreras en la primera entrada para enfilar el barco.
Cuco Cervantes coronó un racimo de seis anotaciones en la segunda con un cuadrangular que enfrió a los felinos.
La historia estaba escrita, ya nadie arrebataría a los Saraperos el campeonato tan anhelado por tantos peloteros y dirigentes que pasaron toda su carrera deportiva sin lograrlo.
Ídolos como Juan Navarrete, Lupe Chávez o Miguel Solís pasaron décadas en el club sin poderse coronar, pero ahora, como residentes de la ciudad, seguro estarán orgullosos de que el “Ya merito” ha pasado a mejor vida.
¡Viva el rey!