Este año el pitcher originario de Reynosa fue firmado por los Reales de Kansas City, de la Liga Americana. El joven, quien fue descubierto por los Sultanes de Monterrey y ya jugó en las ligas Mexicana de Beisbol y del Pacífico, sigue en su proceso de preparación con el conjunto filial del que es el líder en números.
A Marcelo Martínez se le recuerda como un chico tímido e introvertido, pero explosivo en su forma de jugar. Casi de una manera callada, este beisbolista ha ido escalando posiciones hasta llegar a ser fichado por una escuadra de las Grandes Ligas en Estados Unidos.
Tiene como credenciales el haber disputado, entre otros importantes torneos, el Mundial de Ligas Pequeñas de Williamsport, Pennsylvania, en el año 2009 con la Treviño Kelly de Reynosa, conjunto con el que obtuvo un tercer lugar; así como haber formado parte de la plantilla principal de los Sultanes de Monterrey, Nuevo León, y los Naranjeros de Hermosillo, Sonora.
Su padre, Eduardo Martínez, dijo sentirse muy orgulloso por el paso que lleva Marcelo.
“Lo firmaron y se lo llevaron en marzo para allá. Y ahorita anda en la liga Rookie de Burlington, Carolina del Norte (también conocida como la Liga de los Apalaches, la cual existe desde 1911), y en la que participa el club de los Reales de Kansas City. Ahorita acaban de hablar de él, porque va de líder haciendo ponches y lleva muy buenos números”, manifestó.
Este joven beisbolista, que acaba de cumplir 22 años, jugó toda su infancia en la Treviño Kelly, una liga infantil a la que llegó a la edad de cuatro años.
“Empezó desde abajo muy pequeño, hasta que terminó en 2009 en Williamsport. Allá consiguieron un tercer lugar. Cuando regresó lo empezaron a invitar equipos de McAllen, Texas, e incluso, de Houston, iba cada tres semanas a jugar torneos a una academia que tienen allá.
“Cuando estaba estudiando aquí en Reynosa terminó su preparatoria. Le daban permiso de ir y venir en la Academia del Carmen de Nuevo León.
“Terminó la prepa y me dijo, papá, me quiero dedicar a esto. Déjeme probarme”, recuerda su progenitor.
SU SALTO AL PROFESIONALISMO
El señor Eduardo tuvo una seria charla con Marcelo antes de dejarlo probar suerte en el beisbol. Le dio dos años y si en ese plazo no se consolidaba regresaría a Reynosa para estudiar la universidad.
Fue así que en el año 2013 el chico se fue a El Carmen, la academia que tiene la Liga Mexicana de Beisbol muy cerca de Monterrey, Nuevo León, y de ahí ya no lo soltaron.
“Todos los equipos de la LMB tienen ahí sus sucursales y prospectos. Los Diablos Rojos del México, los Pericos del Puebla… Y ahí es un internado y los muchachos están desde que empieza la temporada.
“Ahí viven, les dan alimentación, tienen gimnasios, es un esfuerzo de la Liga Mexicana de Beisbol y los clubes que la sostienen. Es un semillero”, describió.
Al año siguiente de llegar a El Carmen, Marcelo fue enviado por el equipo de los Sultanes a su sucursal de Mexicali, Baja California Norte.
“Esa es en verano y también la tienen en invierno en Salamanca, Guanajuato. Ahí también estuvo mi hijo. Posteriormente el club lo firmó hace dos años y lo trajeron en el conjunto principal como pitcher relevista, tenía 19 años.
“Terminó la temporada en el equipo principal y lo firmaron los Naranjeros de Hermosillo para la temporada de invierno. Y allá anduvo jugando contra Algodoneros. La del Pacífico es una liga más fuerte que la Mexicana, porque tiene jugadores de AAA y hay mucho extranjero”, destacó su papá.
RUMBO A LAS GRANDES LIGAS
Pronto Marcelo, siendo muy joven, comenzó a destacar en la Liga Mexicana del Pacífico.
“Fue ahí donde lo vio un scout de los Reales de Kansas City. Y lo firmaron. De ahí lo llevaron a los campos de entrenamiento en Arizona este año 2018 y luego lo asignaron a esta liga Rookie.
“Y ha tenido juegos muy buenos. Como es pitcher abridor hace días lanzó seis entradas y ponchó a 12 de 18 bateadores que enfrentó contra la sucursal de los Yankees, de Nueva York. Trae muy buen récord y nomás le dieron un solo hit, no le sacaron carrera.
“Y ya van dos salidas que tiene con esta liga en la que poncha a 12. La anterior fue en cinco entradas”, mencionó el señor Eduardo.
Actualmente el zurdo de Reynosa se desempeña con los novatos de los Reales y se foguea con equipos de la misma categoría, pertenecientes a la Liga Americana, como los Yankees de Nueva York, los Dodgers de Los Ángeles, los Padres de San Diego y los Astros de Houston, por mencionar algunos.
Su padre comenta que Marcelo siempre ha sido un deportista muy disciplinado.
“Es lo que dice su manager (Brooks Conrad). Menciona que es un muchacho que va a llegar muy lejos porque trabaja mucho. Tiene muy buen comando, como le llaman ellos.
“Nunca fue de andar desvelándose, siempre fue dedicado y cuando no había temporada seguía entrenando y yendo al gimnasio. Es un muchacho con el que gracias a Dios mi esposa y yo no hemos tenido nunca ningún problema”, destacó.
POR MÉRITO PROPIO
Con frecuencia aparecen noticias rimbombantes de prospectos mexicanos que son firmados por equipos de las Grandes Ligas; sin embargo, Marcelo Martínez, sin mucho ruido, se está haciendo de un lugar propio para un día poder lograr su sueño de debutar en la “gran carpa”.
“Subió solito sin ayuda, sin padrinos. Ahí en Hermosillo los Naranjeros lo quieren mucho porque era el más chamaco de todos y pues estaba conviviendo ya con puro beisbolista profesional.
“Ha seguido los procesos más importantes. En la escalera está subiendo escalón por escalón. Aquí en México jugó ya lo más alto que pudo que es Liga Mexicana de Béisbol y Liga Mexicana del Pacífico. Profesionalmente hablando ya no hay nada más para arriba. Ya pasó por todo desde la academia, sucursales, así como equipos profesionales”, refirió su papá, quien aún recuerda cómo años atrás su teléfono no dejaba de sonar cuando Marcelo había regresado del Mundial de Williamsport realizando un buen papel.
Martínez, quien tiene la particularidad de que a la hora de lanzar cierra los ojos, se desempeña en un equipo donde los pitchers no salen a la caja de bateo, sino solamente al montículo.
“En la Liga Nacional sí batean. Tiene su reglas cada liga y en la Americana los pitchers no batean, como que los cuidan mucho para que no se vayan a lastimar.
Marcelo se estiró y actualmente mide 1.90 metros y tiene un cuerpo trabajado en gimnasio.
El señor Eduardo y su esposa, Rosa Elena Salinas lo han acompañado en todo este proceso.
“Es un esfuerzo de andar con los muchachos para arriba y abajo. Tienen mucho que ver los padres, porque debemos apoyarlos mucho, que cuando son niños hay que llevarlos, porque no siempre pueden solos. Si había que trasladarlos a Matamoros o a Monterrey, y son sacrificios y cada quien va por su propia cuenta.
“Marcelo es el más chico de mis hijos: el mayor es Eduardo, licenciado en Mercadotecnia, da clases en la universidad y mi hija Mónica también es maestra universitaria. Marcelo es mi coyotito de 22 años”, afirmó.
Siendo uno de los niños más callados que disputó el Mundial de Williamsport, este joven es el que hasta ahora ha llegado más lejos en este deporte.
“Unos empezaron pero la mayoría no llegaron. No es tan sencillo. Hay otro que se llama Luis Enrique Pérez, pero al parecer anda en sucursales. También es cuestión de suerte, porque hay muchas veces depende de los manager el futuro de los muchachos.
“Acá en el caso de Marcelo lo firmaron este año, pero hace como tres ya lo andaban buscando los Astros de Houston, pero Sultanes nunca lo soltó. Y muchas veces truncan el futuro de los muchachos”, ilustró.
No obstante, su sobrada tranquilidad es un don que le permite sacar los partidos difíciles adelante.
“Siempre ha sido muy tranquilo y a mí hasta me tiene sorprendido. Comentó el manager que cuando se complica un juego o se le ponen dos o tres en base salen de los problemas siempre.
“Ha sido un crecimiento en lo personal, profesional y cultural para Marcelo. No sabía hablar bien inglés y ahora lo platica muy bien…
“Hablaba muy poco, el que les enseñan en la escuela. De estar conviviendo con puros muchachos de Estados Unidos se le facilitó el idioma”, destacó su padre.
Así, Marcelo Martínez se perfila como uno de los grandes prospectos mexicanos en el beisbol de Estados Unidos, y quien sigue los pasos de su amigo Jaime García, que también jugó en la Treviño Kelly.
De hecho, el chico originario de Reynosa acaba de ser nombrado jugador de la semana por la Appalachian League, por sus siglas en inglés, que junto con la Pioneer League, son el segundo peldaño más bajo de la escalera de las ligas menores y uno de los escalones naturales hacia la gran carpa.