Considerado el mejor jardinero derecho de todos los tiempos en el beisbol mexicano, quienes lo vieron jugar resaltan su precisión al momento de enviar un tiro a las bases y la seguridad en sus manos que lo hizo tener un impresionante promedio de .982 de fildeo, el más alto en la historia de la pelota nacional.
Epitacio “La Mala” Torres, quien nació el 19 de septiembre de 1921 Villaldama, Nuevo León, es un referente de los jugadores históricos que han vestido la casaca de los Sultanes de Monterrey.
Su famoso apodo lo ganó cuando militaba con el equipo de tercera fuerza “Gasolina Águila”, donde comenzaron a llamarlo “La Mala” debido a las similitudes que existía entre su juego y el del entonces reconocido pelotero Salvador Malacara.
Zurdo para tirar y batear, sus mil 831 imparables lo colocan como el sexto mejor bateador izquierdo en el beisbol mexicano, además de que fue el primer pelotero que conectó mil hits en el torneo, una hazaña que aún es recordada en estos tiempo por la forma en la que se dió.
Cuentan las crónicas que transcurría la temporada 1947 y “La Mala” Torres de Sultanes, y el cubano Agustín Bejarano de Los Diablos Rojos del México, se disputaban en el encuentro realizado el 12 de septiembre, el honor de ser el primer jugador en la liga en llegar a los mil imparables.
“La Mala” Torres llegaba en desventaja, pues contaba con 997 imparables mientras que su rival tenía 999.
En su primer turno al bar el caribeño fue ponchado mientras que el mexicano logró conectar su primer imparable de la noche. La hazaña estaban movimiento.
La segunda aparición de ambos fue infructuosa y tuvo que llegar la sexta entrada para que, en una gran jugada defensiva, el cubano se quedara con las ganas de conectar el hit que le faltaba, mientras que el mexicano logró pegar de hit, alcanzando el número 999.
Dos entrada después, con ambos jugadores empatados, Bejarano volvió a fallar mientras que “La Mala” Torres pegó una línea al jardín central que le dió el récord de convertirse en el primer jugador en la liga en conectar mil imparables.
Sin embargo esta no fue la única hazaña que colocó al mexicano en los libros de historia. El 3 de agosto de 1954, se disputó el Juego de Estrellas entre una selección de mexicano contra extranjeros en la ciudad de Monterrey.
El encuentro se había ido a extra innings por un férreo empate a cero, sin embargo, en la décima entrada, “La Mala” Torres resolvió el partido con un home run en la décima entrada que le dio la victoria a los mexicanos 1-0.
Sultanes no fue la única casaca que defendió el jugador. En la Liga de la Costa del Pacífico jugó ocho temporadas con Mazatlán y una con Tijuana. Conquistó el título de bateo en 1947-48, con porcentaje de .362. Además, en 1943 participó en el Campeonato Cubano con el equipo Marianao.
“La Mala” Torres tuvo la oportunidad de militar en el mejor beisbol del mundo pues fue firmado por los Senadores de Washington, sin embargo por cuestiones personales nunca se reportó a jugar.
Manejó al Monterrey en 1955 y 1956 y en 1958 se retiró como jugador activo. Tras eso fue manager en la Liga del Centro y en Ligas Pequeñas. Durante un tiempo también manejó al equipo de Alijadores de Tampico.
Falleció el 21 de abril de 1971, dejando a su esposa y tres hijos, los cuales uno de ellos siguió sus pasos en el beisbol profesional.